Enlace Judío.- La periodista Ima Sanchiz entrevista al israelí Avi Loeb, catedrático de Astrofísica de la Universidad de Harvard, publicado por el periódico español La Vanguardia, donde sentencia: “No estamos solos en el universo”

Loeb tiene casi 59 años, ha nacido en Israel y vive en Harvard. Dice tener tres mujeres, refiriéndose a su mujer y sus dos hijas. Afirma que estamos gastando demasiados recursos luchando unos contra otros mientras la ciencia nos ofrece trabajar de manera conjunta para forjar un futuro mejor.

Soy judío y mantengo la tradición, dice, pero no soy practicante.

Durante once días alucinantes los científicos del observatorio de Hawái pudieron observar y analizar un extraño objeto que entró y atravesó nuestro sistema solar. Los detalles que observaron fueron tan extraños que, tras descartar todas las opciones posibles, el astrofísico Avi Loeb  llegó a la conclusión que el objeto, bautizado como Oumuamua (explorador, en hawaiano), era un artefacto fabricado por una inteligencia extraterrestre. La controversia estaba servida, muchos científicos niegan sus evidencias, que explica en Extraterrestres. La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra (Planeta). Loeb es asesor de la Presidencia de EE.UU. en Ciencia y Tecnología, entre otras insignes academias y sociedades científicas.

La periodista quiso saber si Oumuamua representaba esperanza o desesperanza, a lo que Loeb respondió que “el conocimiento siempre es esperanza. Saber que hay otras civilizaciones más avanzadas tecnológicamente que la nuestra nos aporta modestia y posibilidades inusitadas”.

El 19 de octubre del 2017, gracias al telescopio de Hawái, avistamos un objeto que venía de fuera del sistema solar, dijo Loeb. Al principio pensamos que podía ser un cometa o un asteroide. Pero era imposible ya que no dejaba cola ni gas. Luego pensamos que era solo una roca, continuó, pero aceleró y no se dejó arrastrar por la fuerza de la gravedad del Sol, y era un objeto plano, como un pancake, y muy brillante, metálico. Tras mucho estudio concluí que era tecnología alienígena.

No todos los astrofísicos coinciden al respecto.

Siempre creimos que éramos el centro del universo, dice el astrofísico, pero somos comunes y tenemos que encontrar la evidencia de los otros. A lo mejor no estarán vivos en el mismo momento que nosotros.

Es como la arqueología que nos permite encontrar y estudiar civilizaciones antiguas. Oumuamua puede ser un vestigio de una civilización alienígena ya extinguida, explica Loeb a la periodista.

Avi Loeb (Foto: Shawn G. Henry / Der Spiegel)

Loeb sugiere que es la primera evidencia de vida y tecnología en el espacio. Admite que hay mucha reticencia entre la comunidad científica por diversas razones, una puede ser que abre las posibilidades de que no seamos el más listo del barrio, y eso amenaza el ego de muchas personas. La tendencia es mantener lo que ha sido sostenido todo el tiempo.

Interrogado por Sanchíz respecto a la posibilidad de que haya vida inteligente en alguno de los 1.021 planetas habitables que existen, el israelí responde que sí, pero en este momento “no sabemos dónde están ubicados y requeriría una búsqueda extensiva, y como es un tema tabú no hay financiación y los jóvenes se ven disuadidos de seguir esta ­línea de investigación”.

Loeb reconoce que está intentado cambiar eso. Parte de la comunidad de físicos están trabajando en cosas para las que no tenemos evidencias como el multiverso, dice. Considero que nuestra obligación como científicos es describir la naturaleza, y eso significa poner atención a las anomalías y evidencias como Oumuamua y ser honestos.

Ignora si Oumuamua estaba tripulado, si bien su movimiento indicaba que no estaba controlado. Muchos de los objetos espaciales que encontraremos serán muy antiguos, dice Loeb. Nosotros hemos enviado muchas sondas espaciales, y cuando viajan miles de millones de años acaban no funcionando.

Nuestra galaxia ha existido durante 10.000 millones de años y la mayor parte de las estrellas nacieron antes que el Sol y habrán producido sus propias civilizaciones ahora ya extintas, y producido su propia basura espacial.

El israelí dice que los alienígenas han estado en la mente de todas las civilizaciones. “Oscar Wilde decía que todos estamos en el fango, pero algunos miramos las estrellas; y creo que entre la gente común hay muchos, por eso este tema suscita tanto interés”.

Avi Loeb es autor del libro de no ficción Extraterrestre.

Dice haber analizado este objeto de la misma manera que ha analizado cualquier tipo de anomalía encontrada en el contexto del universo. Pero el interés es tremendo: quince productores de Hollywood le han transmitido su interés en hacer una película sobre el libro. Él aceptó si lo interpretaba Brad Pitt, bromea.

No cree que criaturas biológicas puedan sobrevivir a esta amplia trayectoria entre estrellas, cree que se podría hablar de instrumentos o de otra tecnología pero no de seres vivos. “Y ahora tenemos mejor y más tecnología pero no más evidencias”, dice.

Considera erróneo centrarnos en la desclasificación de documentos del Pentágono sobre avistamientos de ovnis. En su opinión, deberíamos desplegar los mejores instrumentos científicos en las ubicaciones de donde han emanado esos avistamientos que no confiar en testimonios visuales.

Las implicaciones de este descubrimiento para los humanos son muchas. “Encontrar objetos que apunten al hecho de que no estamos solos y que hay otras civilizaciones tecnológicas más sofisticadas que nos han precedido nos demostrará que formamos parte del mismo equipo, y en lugar de despilfarrar recursos luchando entre nosotros, quizá consigamos una mayor conexión”, afirma.

Nos darán un atajo hacia nuestro futuro. Puede que encontremos tecnologías que nos hagan dar un salto de millones de años.

Ante la incógnita de cómo absorberá eso la psicología humana, preuntado por la periodista, responde que de la misma manera que cambió la psicología de su hija cuando fue por primera vez en la guardería y vio que no era la única niña importante y que no era especial ni única.

Llevamos 100 años enviando mensajes al espacio, la periodista quiere saber ¿por qué no nos contestan?

Loeb afirma que lo harán pero que la estrella más cercana está a 4 años luz y el resto lejísimos, recibir una respuesta requiere mucho tiempo, dice.