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Un estudio reciente publicado por un físico teórico israelí, Abraham Loeb, presidente del departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, ha demostrado que puede haber otros lugares (y tiempos) para buscar.

Enlace Judío México | De acuerdo con la ciencia moderna, para que exista la vida en un planeta deben existir ciertas condiciones clave, incluyendo el agua líquida y una temperatura determinada de la superficie. Por esa razón, en la búsqueda de vida extraterrestre, los científicos buscan planetas que están a la distancia correcta de la estrella que está en órbita, que tiene la temperatura perfecta. Sin embargo, un estudio reciente publicado por un físico teórico israelí, Abraham Loeb, presidente del departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, ha demostrado que puede haber otros lugares (y tiempos) para buscar.

La vida evolucionó por primera vez en el planeta Tierra hace unos 3,8 millones de años, pero la idea de Loeb sugiere que podría haber evolucionado en el universo en otros lugares 10 mil millones años antes. Loeb señaló que después del Big Bang, el universo se inundó de radiación cósmica. Esta radiación se enfrió gradualmente a su temperatura actual de menos de 270 grados Celsius. Sin embargo, unos 15 millones de años después del Big Bang, la temperatura de esta radiación fue de entre 0 y 100 grados.

Lo que esto significa es que el universo era un lugar más cálido, y si planetas se formaron en ese entonces, potencialmente podrían tener la temperatura adecuada para la vida con independencia de la distancia a la estrella que está en órbita.

“Cuando el universo tenía 15 millones de años, el fondo cósmico tenía una temperatura de un cálido día de verano en la Tierra”, explicó Loeb. “Si existieron planetas rocosos en esa época, entonces se podría haber mantenido su superficie cálida, incluso si ellos no residen en la zona habitable alrededor de su estrella madre.”

Loeb afirmó que esa condición sería para planetas rocosos, es decir planetas con una superficie sólida. Aunque los resultados actuales muestran que no hubo tales planetas en existencia tan temprano en la vida del universo, Loeb afirma que, puesto que la temperatura era la correcta, la vida podría haber evolucionado en otras formaciones rocosas, que sólo estaban flotando alrededor del universo y no orbitaban cerca del sol.

La investigación de Loeb puede abrir una nueva ventana de 7 millones de años, donde la vida podría haber evolucionado en otras partes del universo y en gran medida cambiar el “cómo” y “dónde” los científicos busquen evidencia de vida extraterrestre.

Fuente:prensajudia.com