Enlace Judío – El jefe del partido israelí Yamina, Naftali Bennett, y el primer ministro Benjamín Netanyahu concluyeron este viernes una reunión en medio de las negociaciones poselectorales para tratar de conformar una coalición de gobierno.

Ambos acordaron “la necesidad de formar un gobierno estable y funcional lo antes posible” y discutieron posibles formas de lograrlo “en la situación política que ha surgido”, señaló un comunicado conjunto emitido tras el encuentro, de acuerdo con The Times of Israel.

Los dos acordaron mantenerse en contacto, se agregó. En un mensaje publicado en sus redes sociales, Bennett dijo seguir todavía con los esfuerzos para poder establecer un nuevo gobierno en Israel.

“Actúo con la sensación de que nuestro maravilloso Estado no es algo que se puede dar por sentado. Por los boicots y los sentires de cada uno de ‘solo yo estoy en lo correcto’, perdimos nuestro hogar hace 2,000 años. Por ello continuaré con grandes esfuerzos para lograr el establecimiento de un buen gobierno para Israel lo más pronto posible”, dijo.

Mientras tanto, según una fuente anónima de Yamina citada por el periódico Haaretz, se estaría volviendo cada vez más improbable que Bennett recomiende a Netanyahu o al líder de la oposición Yesh Atid, Yair Lapid, para formar el próximo gobierno cuando se reúna con el presidente Reuven Rivlin la próxima semana.

La opción por la que se podría decantar Bennett, de acuerdo con la fuente citada por el rotativo, es que él se recomiende a sí mismo ante el presidente israelí, quien está facultado para decidir, a discreción, a quién encomendar la tarea.

Bennett se reunirá con Lapid el sábado por la noche para discutir las posibles vías de cooperación con el llamado “bloque de cambio” que integra a partidos opositores a Benjamín Netanyahu.

Tanto el bloque de partidarios aliados a Netanyahu como el bloque anti-Netanyahu están compitiendo por el respaldo de Yamina, que es crucial para reunir una mayoría de 61 miembros en la Knéset.

Incluso con el apoyo de Bennett, se espera que ambas partes enfrenten obstáculos importantes. Ninguna de las partes parece capaz de formar un gobierno sin el respaldo del partido islámico árabe Ra’am, dirigido por Mansour Abbas.

Ra’am ha dado señales de estar abierto a la posibilidad, pero los partidos de derecha en ambos bloques se resisten a cooperar con este.

Después de las elecciones, de acuerdo con reportes, Bennett ha estado exigiendo convertirse en primer ministro en un acuerdo de poder compartido con Lapid o Netanyahu, a pesar de que su partido solo tiene 7 escaños en la Knéset.

El Likud de Netanyahu ganó la mayor cantidad de escaños en las elecciones, 30, mientras que Yesh Atid es el segundo partido más grande con 17.

Lapid se reunió el jueves con líderes de la alianza de partidos árabes israelíes Lista Conjunta. Los líderes de la Lista Conjunta no se comprometieron a brindarle su apoyo y reiteraron que otros no considerarán recomendar a Lapid a menos que reciba las recomendaciones de 55 legisladores.

Los líderes del partido comenzarán a reunirse con Rivlin el lunes para dar sus recomendaciones, y se espera que el miércoles el presidente entregue el mandato para formar el próximo gobierno al candidato que cree que está en mejores condiciones para hacerlo.

Gideon Sa’ar, líder del partido Tikvá Jadashá que busca reemplazar a Netanyahu, está trabajando para negociar una coalición alternativa que vería a Bennett rotar el cargo de primer ministro con Lapid.

Sin embargo, se dice que la idea se ve obstaculizada por las disputas sobre quién debería realmente tener la tarea de formar la coalición y ambas partes se muestran escépticas sobre el compromiso del otro de cumplir con el acuerdo de reparto del poder.

Antes de las elecciones, tanto Sa’ar como Bennett dijeron que querían que Netanyahu fuera destituido del poder, pero también prometieron no dejar que Lapid fuera primer ministro.

El miércoles, Netanyahu solicitó públicamente a Yamina y Sa’ar que dejaran de lado sus diferencias y se unieran a él en la formación de un gobierno. Sa’ar, quien prometió destituir a Netanyahu, rechazó inmediatamente la oferta, pero la respuesta de Yamina fue ambivalente.

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