Enlace Judío – El consejo y gabinete de soberanía gobernante de Sudán votó oficialmente este lunes para anular la llamada ley de boicot contra Israel, como parte de los esfuerzos de normalización de lazos diplomáticos entre ambas naciones.

La decisión de derogar la ley de 1958 fue confirmada a principios de abril por la oficina del primer ministro sudanés, que dijo que los ministros también confirmaron el apoyo de Sudán al establecimiento de un Estado palestino como parte de una solución al conflicto palestino israelí.

La medida para eliminar finalmente la ley de la legislación sudanesa fue confirmada por el ministro de Justicia sudanés, Nasredeen Abdulbari, luego de una sesión conjunta entre el consejo de soberanía gobernante y el gabinete, informó The Times of Israel.

La legislación prohibía el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel y prohibió cualquier vínculo comercial con el Estado judío.

Las sanciones para quienes violaran sus estipulaciones, como realizar actividades comerciales con israelíes, incluían hasta 10 años de prisión y una multa significativa.

En enero, Sudán firmó los Acuerdos de Abraham con EE. UU., allanando el camino para que el país africano normalizara lazos diplomáticos con Israel.

La firma se produjo poco más de dos meses después de que el entonces presidente de EE. UU., Donald Trump, anunciara que Sudán comenzaría a normalizar los lazos con Israel.

Antes de Sudán, la administración Trump intermedio acuerdos de normalización de Israel con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, este último un país que ya había tenido en el pasado un cierto grado de lazos con el Estado judío.

Sudán se encuentra en un camino frágil hacia la democracia después de que un levantamiento popular llevó a los militares a derrocar al dictador Omar al-Bashir en abril de 2019. El país ahora está gobernado por un gobierno conjunto militar y civil que busca mejores lazos con Washington y Occidente.

En diciembre la administración de Trump eliminó a Sudán de la lista estadounidense de Estados promotores del terrorismo. La medida fue un incentivo clave para que el gobierno de Jartum normalizara las relaciones con Israel.

La economía de Sudán había sufrido décadas de sanciones y mala gestión estadounidenses bajo al Bashir, que había gobernado el país desde un golpe militar respaldado por los islamistas en 1989.

La designación se remonta a la década de 1990, cuando Sudán acogió brevemente al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y a otros terroristas buscados. También se creía que Sudán había servido como vía para que Irán suministrara armas a los terroristas palestinos en la Franja de Gaza.

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