Enlace Judío México e Israel – Actos, no palabras. De qué sirve que, cada Día Internacional del Holocausto, presidentes se manifiesten con discursos acartonados y “Nunca más” cuando, en actos cotidianos, demuestran abiertamente que el antisemitismo está vivo y activo.

Es el caso de Francia, país donde puedes golpear y patear a una mujer judía de 60 años y luego tirarla por la ventana, sin ser juzgado debido a estar bajo un “arrebato delirante” por consumo de drogas.

El hecho de defenestrar a personas tiene sombrías reminiscencias. Era un modus operandi de los nazis, quienes arrojaban a bebés judíos por las ventanas, o también, terrible imagen, a discapacitados en silla de ruedas. Defenestrar significa también echar a una persona de su cargo o de una situación: Sarah Halimi ha sido doblemente defenestrada.

Ya no podemos hacer nada por esta mujer, cuya última experiencia consistió en los golpes y las palabras allahu akbar, antes de que su cuerpo fuera estrellado en el pavimento. Pero podemos pedir justicia, para que la impunidad no aliente a más crímenes de odio.

Podemos recordar el pasado antisemita de Francia, un país que ha profesado un odio vernáculo, que entregó a sus ciudadanos judíos a los nazis, y que, desde entonces, no ha podido protegerlos.

Por una terrible coincidencia, otra víctima sin justicia tiene el mismo apellido que Sarah: Ilan Halimi, de 23 años, torturado y quemado en el 80% de su cuerpo, encontrado desnudo y maniatado junto a una vía de tren, y que murió en su traslado al hospital.

El asesinato de Mireille Knoll, ¡sobreviviente del Holocausto! La masacre de Toulouse de 2012, en la que un extremista islámico nacido en Francia abrió fuego en una escuela diurna judía, matando a un joven rabino y a sus hijos de 3 y 6 años, así como a una niña de 8 años.

Tres años después, un hombre armado que prometía lealtad a ISIS mató a 4 clientes en un supermercado Kosher en París.

Entre otros.

Se ha dicho que se debe protestar contra la injusticia hecha a Sarah Halimi porque ella también era ciudadana francesa y no porque era judía. Creo que nosotros, los judíos, debemos de levantar la voz precisamente porque es un tema judío.

Porque hoy, en pleno siglo XXI, todavía se muere en Francia, donde nació la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por haber nacido judío.

Por ello, exigir a Francia una consigna y mandato bíblico, base de la ley universal: “Justicia, justicia perseguirás”.


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