Enlace Judío México e Israel –  Jerusalén, siglo 1. Las necesidades de cada día consumen a la población de Judea, pues como una provincia Romana más, su gente tiene que lidiar todos los días con los altos impuestos que hay que pagar. En este contexto un puñado de hombres y mujeres judíos se lamentan por una reciente crucifixión, se trataba de un judío llamado Yoshua, que tuvo el atrevimiento de desafiar a las autoridades judías de su tiempo, además de llamar cueva de ladrones al sagrado Templo.

La Biblia cristiana cuenta que el Sanhedrin presionó a Poncio Pilato para que Yoshua fuera crucificado y el imperio Romano ordenó la respectiva ejecución, el grado de responsabilidades en esta muerte continúa siendo un debate hasta el día de hoy, lo que es un hecho es que tras la crucifixión el tema pretendía ser olvidado, pues después de todo, los hombres que eran condenados por auto proclamarse mesías formaban parte de algo cotidiano, tan sólo entre el año 6 a.e.c hasta el 66 d.e.c hubo 24 hombres que se auto proclamaron mesías en aquellas tierras, por lo que se pretendía que la muerte de Yoshua no tenga mayor trascendencia, así que después de su crucifixión un viernes al lado de dos delincuentes más, la gente volvió a su vida diaria de un modo normal.

Sin embargo, en vida Yoshua había logrado un grupo de fieles seguidores y éstos no iban a permitir que su palabra sea olvidada, aquellos seguidores afirmaron ver a su líder 3 días después de su muerte así que para aquellos judíos Yoshua era el Mesías y había que comunicarlo al resto de la gente.

Fue así como inició una lucha de los pocos contra los muchos, de los más desfavorecidos contra los más poderosos y abusivos. La lucha no sería fácil, para los romanos resultaba bastante frustrante que crucificar a aquel hombre no haya sido suficiente, sino que ahora sus seguidores continuaban insistiendo con la idea de que aquel crucificado era el mesías que para los judíos era tan esperado.

Así que comenzaron años de persecución a esta nueva secta de judíos, los romanos los consideraban unos rebeldes y para los judíos que no creían que Yoshua era el mesías, esta nueva secta no era más que un puñado de blasfemos insolentes.

La discrepancia dentro del judaísmo desembocará en el surgimiento de una nueva religión, así que esa división de pensamiento entre la población judía sería sólo el inicio.


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