Enlace Judío – La violencia que en estos días abruma a nuestro país obliga a emprender un balance equilibrado sobre sus orígenes y probables resultados.

En primer lugar, es ya evidente que el gobierno fracasó en sus estimaciones de los recursos que poseía Hamás dirigidos a dar un agresivo golpe a la presencia judía en el Medio Oriente. 

Desde la última acción israelí en la Operación Margen Protector en julio/agosto de 2014, se creyó que transcurriría un largo tiempo hasta que los jefes y las filas de esta organización terrorista habrían de recuperar algún poder militar. 

Trágico error. En los últimos días, el amplio y preciso bombardeo de Jerusalén y Tel Aviv —además de ciudades y Kibutz cercanos a la Franja— desalojó esta tesis. Ciertamente, los ataques fueron debidamente neutralizados y obtuvieron modestos resultados. Sin embargo, Hamás reveló en estas iniciativas una capacidad que sorprendió a no pocos en este país, incluyendo al alto mando militar. 

Ciertamente, la respuesta no se hizo esperar. Importantes instalaciones en la Franja han sido de momento destruidas, incluyendo la liquidación de por lo menos dos líderes importantes de su liderazgo terrorista. 

No obstante, las agresiones continúan con diversos medios. Es verosímil suponer que al fin las Fuerzas de Defensa de Israel lograrán disolver los principales focos agresivos y que ulteriormente reevaluará algunas señales de desequilibrio en sus fuerzas y recursos.

El frente interno 

Por otra parte, durante largo tiempo los gobiernos del país han supuesto que los ciudadanos israelíes de origen árabe y confesión musulmana —un quinto de la población— adoptarán con gratitud y lealtad las libertades que se les concede, libertad y derechos ausentes en no pocos países poblados por sus hermanos en la fe de Alá. 

Sin embargo, los actos de violencia en Yafo, Lod, Ramle y en el norte del país desbaratan este supuesto. Un escenario que obliga a toda la ciudadanía a reflexionar sobre errores que se han cometido y qué debe corregirse a fin de llegar a una creativa convivencia ciudadana. 

Los estériles y vanidosos torneos electorales

Finalmente cabe advertir que 4 costosas pugnas dirigidas a instituir una estable coalición gubernamental han acentuado las escisiones en el país, además de trastornar el orden de prioridades que debería presidirle. 

De diferentes maneras una amplia opinión pública se ha manifestado repetidamente exigiendo cambios en la jefatura del país. En no pocas circunstancias faltaron en el país liderazgo y rumbos, penosa circunstancia que se ha traducido en múltiples debilidades y errores en la concepción estratégica que debía en todo momento presidirle. 

Corregir y avanzar 

La presente y espinosa situación que nos abruma como ciudadanos israelíes obliga una revisión radical de estructuras y concepciones. Hay bases para confiar en que alguna nueva y fresca constelación gubernamental atinará a corregir ausencias y retomar rumbos. Pienso que es una necesidad ineludible en estos días

 


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