La esencia de un rey y el camino de un justo. Reflexiones rabínicas

Enlace Judío Rab Shlomo Katz / la esencia de un rey – El próximo miércoles, 15 de Siván, es a la vez el aniversario de cumpleaños y el yahrzeit de Yehuda, el cuarto hijo del patriarca Yaakov. (Shalshelet Hakabalah; Melitzei Esh).

Con respecto a Yehuda, R’ Joseph B. Soloveitchik z “l observa: De todos los hijos de Yaakov, fue Yehuda quien se ganó el derecho de ser el precursor del Rey David y del Mashiaj. La Torá retrata a Yehuda como una persona cuya rectitud fue puesta a prueba muchas veces; a diferencia de su hermano Yosef, cuyo comportamiento era el modelo de la coherencia, Yehuda a veces luchó y cayó. Yosef y Yehuda son ejemplos de lo que el Rambam llama “jasid me’uleh” y “moshel b’nafsho”, respectivamente.

El Rambam explica (Shemoneh Perakim, capítulo 6) que un “jasid me’uleh” es una persona que es innatamente justa. Quiere hacer lo correcto y lo hace sin ninguna lucha interna evidente. Es coherente. Rashi sugiere (Shmot 1:4) que Yosef era una persona así; “El Yosef justo que pastoreaba los rebaños de su padre es el mismo Yosef justo que gobernaba Egipto”.

Un “moshel b’nafsho”, por otro lado, siente la atracción de la inclinación al mal, aunque sea en un grado mínimo, pero supera estos desafíos. Esto es lo que hizo Yehuda al salvar a Tamar, es lo que no hizo completamente cuando se le dio la oportunidad de salvar a Yosef, un error que corrigió arriesgando su propia vida para salvar a Binyamin.

Yehuda, y no Yosef, fue elegido como antepasado de los reyes. El concepto de la Torá de un rey no es el de alguien que es “mejor que” sus súbditos, sino el de alguien que ha experimentado y superado luchas espirituales. Sólo entonces puede guiarlos en la conquista de sus propias inclinaciones malignas y en el cumplimiento de la voluntad de Di-os. (Yemei Zikaron, pp. 70-75)

Fuente: torah.org

Sefora: Séfora es una mujer adulta con corazón de niña, cree fuertemente en que el único sentido del hombre es ético y como tal tiene una misión en la vida. Quiere recuperar una tradición perdida y agradece a Dios todos los días haber nacido como mujer. Le gustaría llegar a ser excelente ama de casa un día. Recuerda que la raíz de su nombre es hebrea (Tzipora) y quiere decir pájaro, símbolo de la libertad; para ella, el bien más preciado. Ve en el judaísmo una fuente de vida muy valiosa y se acerca a rabinos, escritores y personajes judíos para interpretar su mundo. Busca traducir palabras bellas para que más personas puedan encontrase en este mar.