Si hay algo que nos preocupa sobre nuestra sexualidad, no debemos esconderlo

PROBLEMAS O DISFUNCIONES SEXUALES MASCULINOS:

Es importante diferenciar los trastornos sexuales en tres grupos principales:
  • Las enfermedades. En este grupo se encuentran aquellos padecimientos puramente fisiológicos, que pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero se manifiestan en la actividad y los órganos sexuales. Entre estas, se encuentran las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)
  • Las Parafilias, que son activaciones del deseo sexual en situaciones no habituales que interfieren con una actividad sexual mutuamente satisfactoria y:
  • Las Disfunciones Sexuales, que son inhibiciones del deseo sexual o cambios psicofisiológicos que alteran el ciclo sexual.

Podemos dividir el ciclo sexual en tres etapas básicas:

  • Deseo: Incluye fantasías y ganas de tener actividad sexual
  • Excitación: En los hombres se manifiesta por sensaciones de placer y cambios físicos como el aceleramiento de la respiración y la erección, y:
  • Orgasmo: Es la culminación del placer sexual, que generalmente viene seguida de la eyaculación y un relajamiento posterior.

Se llama Disfunción Sexual a un trastorno de cualquiera de estos elementos y pueden ser de los siguientes tipos:

  • Trastornos de Deseo Sexual
  • Trastornos de la excitación
  • Trastornos del Orgasmo y
  • Trastornos por dolor

La diversidad de trastornos es muy extensa, pero de manera esquemática, las disfunciones sexuales masculinas más comunes son:

  • Disfunción eréctil: Es la falta de capacidad para tener una erección o mantenerla durante el coito, a pesar de estar mentalmente excitado.

Esto puede tener causas físicas, psicológicas o una mezcla de las dos.

Las causas psicológicas más comunes son la depresión, el estrés, problemas de pareja y pánico escénico, la ansiedad provocada por tener un buen desempeño.

La disfunción eréctil puede presentarse a cualquier edad. Si se da en una relación de pareja, el remedio puede obtenerse por medio de terapia conductual de un especialista.

Si esto le sucede a alguien sin pareja, la solución es un poco más complicada y el tratamiento se basará en tratar de eliminar miedos, aprender a comportarse en los encuentros sexuales y en utilizar medicamentos orales para alcanzar la erección y con ello, recuperar la confianza.

La disfunción eréctil, en algunos casos tiene una consecuencia indeseable; El hombre puede evitar el uso del condón para no perder la sensibilidad, aumentando con esto la posibilidad de contraer y transmitir infecciones y alguna enfermedad de transmisión sexual.

En cuanto a las causas físicas, estas pueden ser: enfermedades cardiovasculares, diabetes o hipertensión, por lo que la aparición de disfunción eréctil puede constituir un aviso de que algo no está funcionando bien en el cuerpo.

La obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, así como el uso de algunos medicamentos, como antidepresivos, pueden causar también disfunción eréctil.

Por último, está el paso de los años. Con el tiempo, la producción de testosterona disminuye y con esto, la libido y la capacidad de erección. Todos los hombres tendrán, en algún momento de su vida algún episodio de disfunción eréctil. Esto se debe enfrentar con confianza y mayor tiempo de estimulación; la sola idea de un mal desempeño es un disparador instantáneo de la pérdida de erección.

Por siglos de cultura machista y patriarcal, este ha sido uno de los temas más estudiados respecto de la sexualidad no solo del hombre, sino de la especie humana, pero es en los últimos 20 años que han aparecido soluciones reales y relativamente seguras, como el sildenafil, llamado comercialmente Viagra, el tadalafil, Cialis y otros, cuya función es aumentar el flujo sanguíneo a los genitales. Siempre deben ser utilizados bajo supervisión médica.

Medicamentos para la disfunción eréctil Strenda (avanafil), Cialis (tadalafil), Viagra (citrato de sildenafil) y Levitra (vardenafil HCl).

Es importante tener en cuenta que estas sustancias no son afrodisiacos, no van a producir la erección por si sola. Esta va a ser consecuencia de un ciclo sexual normal, en el que exista el deseo y la excitación.

Una afección física muy poco común, relacionada con la disfunción eréctil, pero en sentido opuesto es el Priapismo. Su nombre deriva del dios griego Príapo, que era una deidad de la fertilidad agrícola y de las cosechas. Se le representaba con un falo enorme, con una erección permanente. Todavía hoy, en Pompeya, se pueden ver frescos y una estatua de este dios.

El priapismo se define como “una erección prolongada, a veces dolorosa, sin que haya excitación sexual”

Sus causas son variadas, desde trastornos hereditarios dela sangre hasta lesiones, problemas de los nervios, los músculos o los vasos sanguíneos del pene, ingestión de algunos medicamentos o drogas, hasta la picadura de insectos.

Puede llegar a ser grave ya que la sangre que no fluye, no se oxigena y esto puede causar, desde disfunción eréctil hasta necrosis. Si la erección es dolorosa y dura más de cuatro horas, es urgente recibir atención médica.

Curiosamente, se han observado casos de priapismo en personas afectadas de COVID 19.

  • Eyaculación precoz: Es cuando el hombre no es capaz de retener el semen y lo expulsa prematuramente.

El sexólogo alemán Erwin Haeberle propuso llamarle “tiempo de orgasmo insatisfactorio”, tomando en cuenta que en estado natural, es normal alcanzar el orgasmo en uno o dos minutos, ya que con eso se consigue el objetivo de la reproducción.

Sin embargo, para la vida sexual del hombre y de su pareja, esto si representa un problema, cuando él no llega siquiera al primer minuto o eyacula en el momento mismo de la penetración. Es en estos casos en que se convierte en una disfunción, que es el mayor trastorno sexual de hombres menores de 40 años de edad.

El tiempo para alcanzar el orgasmo no es un dato científico. Varía de persona a persona, de una situación a otra y hasta entre culturas y educaciones.

Algunos estudios sitúan el promedio en 5 minutos, otros llegan a los 10, mientras que quienes practican técnicas como el sexo tántrico sostienen que pueden prolongarlo por horas.

El problema no reside tanto en el tiempo sino en la falta de control y en que suceda muy frecuentemente. Esta disfunción tiene causas que son más psicológicas que físicas, por lo que su tratamiento se basa, mayormente en terapias; cognitiva, ejercicios para controlar la excitación y las ansiedades y de desensibilización, que pueden hacerse solo o con pareja.

También pueden utilizarse cremas anestésicas, con la precaución de usar condón para no afectar la sensibilidad de la pareja y más recientemente se han descubierto medicamentos que ayudan a remediar esta condición.

Una solución sencilla y placentera es buscar posiciones y ritmos sexuales que retrasen el tiempo de eyaculación.

Esto es lo opuesto a la eyaculación precoz. Es cuando el hombre necesita mucho tiempo para eyacular o finalmente no lo consigue.

Esta condición, también es experimentada por prácticamente todos los hombres en alguna etapa de la vida y se convierte en un problema solo cuando sucede de forma continua.

Las causas pueden ser físicas, como lesiones en el sistema nervioso, psicológicas, como depresión o problemas de pareja o el consumo de drogas, antidepresivos, tranquilizantes y alcohol en exceso.

Hay quienes dicen que también puede ser resultado de que el hombre haya acostumbrado a masturbarse de manera muy intensa y la estimulación de la vagina de la muer no le sea suficiente para llegar al orgasmo y la eyaculación.

Al igual que en otros casos, si llega a ser un problema serio, lo recomendable es acudir con un especialista.

Algunos remedios que valen la pena probar es intentar posiciones sexuales diferentes, otras prácticas sexuales, como la manipulación y sexo oral por la pareja y el uso de geles y de vibradores.

  • Falta de deseo:

Aunque esta condición, tradicionalmente ha sido atribuida mayormente a las mujeres, los cambios sociales actuales y el aumento de la expectativa de vida la hacen más evidente en los hombres.

Coloquialmente se ha dado por llamarle Andropausia y es causada, mayormente por la disminución de la producción de hormonas, principalmente de testosterona.

También es resultado de estados de ánimo, depresión y el ingrediente siempre presente en el mal sexo, los problemas de pareja.

Los remedios van, desde la administración de testosterona, por medio de inyecciones o parches, lo que a veces puede tener efectos secundarios indeseables, hasta terapias sexuales.

Otros factores, más controlables, que pueden causar la falta de deseo son, el consumo de alcohol, la obesidad (que también puede producir falta de deseo en la pareja) y una dieta inadecuada.

Una disfunción sexual masculina poco frecuente es el Dolor Sexual que puede ser causada por infecciones, problemas nerviosos, traumatismos en el pene o inflamaciones. La Enfermedad de la Peyrone es la formación de placas fibrosas que hace que el pene se curve anormal y dolorosamente. Afortunadamente es muy poco frecuente.

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Tener sexo es maravilloso. Hay estudios que muestran que las personas con una vida sexual sana y activa gozan de mejor salud en general pero también es cierto que una mejor salud física y mental favorece una vida sexual plena.

Por esto, es conveniente adaptar el lema olímpico y tener presente que entre los mejores afrodisíacos están el ejercicio y una alimentación adecuada.

Sexus sanus in corpore sano
(sexo sano en cuerpo sano)


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