Enlace Judío – La titular de la Corte Suprema de Israel, Esther Hayut, advirtió hoy que las amenazas del presidente de la Knéset, Yariv Levin, de ignorar las resoluciones del poder judicial podrían llevar a la anarquía y al caos, informó The Jerusalem Post.

Sin mencionar explícitamente a Levin, pero en alusión a él, Hayut dijo a la conferencia de la Asociación de Abogados de Israel que “hay funcionarios públicos que se han autorizado a pedir el incumplimiento y la falta de respeto de las resoluciones judiciales con las que no están de acuerdo”.

“Hay una gran amenaza implícita en estas declaraciones altamente irresponsables, y es importante advertir claramente, que socavar la legitimidad de los tribunales y sus fallos perjudica el Estado de Derecho, y de ahí, el camino hacia la anarquía y el caos es corto”, dijo.

La semana pasada, la Corte Suprema amenazó con anular una Ley Básica sobre el presupuesto por considerarla problemática y no ajustarse a los parámetros de las Leyes Básicas.

Varios políticos de derecha, entre los que se encuentra Levin como jefe del poder legislativo, han manifestado públicamente que si la corte llega a anular una Ley Básica por considerarla inconstitucional, pedirán al gobierno ignorar las decisiones del tribunal.

Levin es un ferviente crítico de la Corte Suprema y aboga por la introducción de cambios en su estructura y su autoridad para reducir significativamente su influencia en cuestiones de política pública, que considera autoridad exclusiva de la Knéset.

Hayut y la mayoría de los altos funcionarios judiciales han suplicado a la Knéset aprobar una constitución que frene tendencias populistas del parlamento, para que el tribunal no se vea en la posición de ser el único en impedirlas, mientras determina las normas de restricción en base a las Leyes Básicas.

En cuanto a la ley básica presupuestaria en cuestión, la corte determinó que podía intervenir porque contradecía los principios de otras Leyes Básicas relacionadas con el presupuesto.

Además, la Corte Suprema sostuvo que la controvertida ley es parte de un arreglo político a corto plazo etiquetada erróneamente como una Ley Básica a largo plazo para tratar de mantener al tribunal alejado de la cuestión.

Tres jueces disintieron y señalaron que el tribunal carece de autoridad para analizar o caracterizar si una Ley Básica está correctamente concebida como un principio a largo plazo, o como un estrecho arreglo político a corto plazo.

El Fiscal General Avijai Mandelblit argumentó que en una democracia el poder legislativo debe respetar y obedecer las decisiones del poder judicial, aunque no esté de acuerdo con ellas.

Subrayó que ninguna democracia o sistema de Estado de Derecho puede funcionar sin estos principios básicos.

Mandelblit expresó su preocupación por los elevados ataques recientes a la Corte Suprema por parte de funcionarios públicos, aludiendo de nuevo a Levin y otros.

El ministro de Justicia, Benny Gantz, salió en defensa de Hayut y advirtió que “la corte está maniobrando bajo fuego y para mantener la estabilidad del sistema de gobierno, que se ve perjudicado de elección en elección”.

Gantz enfatizó que el hecho de que ciertos funcionarios públicos, como los jueces, estén siendo atacados por hacer su labor, “suscita la preocupación de que no hemos aprendido la lección del asesinato de Yitzhak Rabin”.

Dijo que todos los funcionarios públicos deben condenar inequívocamente la incitación a la violencia, especialmente contra otros funcionarios públicos.

En respuesta a Hayut, Levin acusó a la corte de cruzar la línea al intervenir en las leyes básicas.Puntualizó que su labor es defender la soberanía de la Knéset cuando la corte “sobrepasa” sus límites y seguirá haciéndolo.

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