Enlace Judío México e Israel – Batya Jaffe, y su perra Lucy viajarán a Miami para ayudar con apoyo psicológico en la zona del derrumbe en Champlain Towers South en Surfside, Florida y en entrevista exclusiva, Batya nos revela cómo trabaja Lucy.

Batya Gugenheim de Jaffe es una mexicana residente en Israel. Es voluntarias en United Hatzalah Israel y, con Lucy, brinda asistencia animal de respuesta en crisis; ambas están certificadas en apoyo psicológico de primeros auxilios.

Gugenheim es la única que ofrece esta especialidad en Israel. Completó un entrenamiento especial que reúne a especialistas en salud mental.

“La idea es tomar gente que ya son terapeutas, psicólogos, o especialistas en salud mental y entrenarla para ayudar a estabilizar a las personas que acaban de estar en una crisis.  pasar algún gran trauma, como familiares, sobrevivientes y hasta espectadores. También a las mismas personas de rescate como policías, bomberos, los mismos terapeutas, entre otros”, detalló Batya.

“Somos parte de United Hatzalah Israel, una organización que se dedica a responder a emergencias con médicos y paramédicos. Entonces recibimos la noticia de que se necesita ayuda al momento que acaba de pasar la crisis y llegamos máximo media hora después de que ocurrió la crisis; cuando en EE. UU., les toma, por ejemplo, dos o tres días hasta que se llegue a responder”, agregó.

Recientemente, Batya y Lucy atendieron una emergencia en la que una niña tuvo un accidente y su hermanito de 7 meses fue lastimado.

“Era un sábado. Una familia estaba hospedada en un hotel y una niña de 14 años agarró un termo de agua caliente, el termo explotó y toda el agua cayó en su hermanito de 7 meses; el niño se quemó. Mi esposo es médico y salió a atender la llamada y tratar al niño. De pronto, vio que la hermana a la que se le había roto el termo había entrado en crisis: no hacía contacto con otra gente, se había escondido atrás de una columna y se golpeaba la cabeza contra la columna diciendo fue sin querer, fue sin querer, fue sin querer. No había quién la pudiera calmar. Entonces vinieron por mí y con diferentes tipos de técnicas, que hemos aprendido y desarrollado en base a lo que vamos viendo, logramos finalmente de verdad estabilizarla y llegar a un lugar en donde podía tranquilizarse, contarnos bien lo que pasó, calmarse e ir a visitar a su hermanito en el hospital”, relató.

Batya compartió que, en algunas ocasiones, no es posible trabajar a las personas en crisis con Lucy, ya que existen personas que no les gusta el acercamiento con animales, en especial con perros. Por lo que en estos casos Lucy no entra en acción y tienen que intentar otra manera de atenderlas.

“Normalmente la manera en la que trabajo con mi perra es que primero checo con la familia si le gusta los perros, porque lo que más miedo nos da es agregar estrés a la crisis. Si es alguien de una comunidad o una cultura que sí está abierta a perros, entonces llego yo con mi perra”, detalló.

De acuerdo a la experiencia de Batya y Lucy, algunas comunidades o culturas no tienen disposición para ser auxiliados con un animal de servicio.

“Hay jaredíes que no están acostumbrados a ver perros y gente que les teme; en especial, jaredim y árabes son culturas que no aceptan perros y que todas sus vidas fueron educados a que no pueden tocar perros: les causa mucho miedo o asco, hay que ser muy sensibles a la cultura”, resaltó.

Lucy llegó a Batya cuando tenía 3 meses de vida y desde entonces se han dedicado a entrenarla para este servicio. Batya además percibe cuando Lucy está más dispuesta a trabajar con alguien, ella asegura que Lucy tiene un sexto sentido para distinguir quien la necesita más.

“La llevo entrenando toda su vida para esto, pero definitivamente tiene un sexto sentido: huele tensiones y  proporciona empatía de una manera impresionante”, compartió.

Batya nos comentó que ya se encuentran haciendo los trámites y ultimando detalles para volar a Miami y poder apoyar en la zona del lamentable derrumbe ocurrido en Champlain Towers South en Surfside, Florida.

“Hay que arreglar con el aeropuerto y con el vuelo, hay que recibir permisos especiales para subirla en cabina porque es una perra de servicio. Aparte de eso se tiene que ir con el veterinario a que la revise y llenar varios tipos de certificados y papeles diferentes que se necesitan enseñar en el aeropuerto. Fuera de eso, tengo media maleta mía y media maleta para la perra, con su comida, con sus dulces y sus botellitas de agua, con todo lo que se me ocurre que pueda necesitar para que esté cómoda, porque también ella va a trabajar y se va a cansar. También ella necesita sus cosas”, detalló.

Al llegar a la zona del siniestro Batya señala varios objetivos en los que podrían trabajar.

“Tenemos varios tipos de metas, no estoy segura todavía cómo va a funcionar pero me imagino que va a ser una combinación entre estar en el área apoyando a los diferentes equipos de rescate que están ahí, que llevan días trabajando, han visto cosas muy difíciles y están muy cansados, como a los familiares que están alrededor, esperando; también a las familias que sobrevivieron”, indicó.

“Esperamos también hacer varios círculos de intervención, grupos en los que la gente puede compartir cómo se siente y nosotros ayudarles con nuestros métodos”, finalizó.

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