Enlace Judío – Si los contagios de coronavirus en Israel aumentaran drásticamente, la posibilidad de cerrar el Aeropuerto Ben-Gurión podría volver a estar sobre la mesa, dijo este miércoles su ministra del Interior, Ayelet Shaked.

“La realidad de hoy es diferente a la de hace unos meses, y tratamos de mantener los vuelos abiertos a los ciudadanos”, señaló Shaked durante su visita al Aeropuerto Ben-Gurión, de acuerdo con The Jerusalem Post.

“Si hay un brote [de contagios] significativo, simplemente se cerrará el aeropuerto. Esto es por supuesto lo que se debe hacer cuando haya un rebrote significativo”, enfatizó.

El Aeropuerto Ben-Gurión ha sido considerado el punto débil de Israel en la lucha contra la pandemia. Las regulaciones de viaje se han cumplido de manera deficiente y viajeros han evadido la normatividad.

Desde que asumió el cargo, el nuevo gobierno en Israel se ha comprometido a solucionar los problemas en el aeropuerto.

Entre las primeras medidas aprobadas, se aprobó una multa de 1,500 dólares para quienes vuelen sin un permiso autorizado a países a donde está prohibido viajar: México, Argentina, Brasil, India, Rusia y Sudáfrica.

La medida fue confirmada por el Comité de Ley y Constitución de la Knéset, cuyo presidente, el legislador de Avodá Gilad Kariv, reprendió al gobierno por su decisión de declarar de índole penal este tipo de infracción sin una supervisión parlamentaria.

“Esta línea roja no se volverá a cruzar, la próxima vez que suceda cancelaremos la sanción”, dijo.

Además, los vuelos de países prohibidos se trasladaron de la Terminal 3 a la Terminal 1, para evitar mezclar a los pasajeros con otros viajeros.

Todos aquellos que ingresan a Israel desde países con el mayor nivel de riesgo deben ponerse en cuarentena incluso si están vacunados o recuperados de COVID-19.

Según el Ministerio de Seguridad Pública, en los últimos 3 días la Policía realizó entre 3,000 y 3,500 visitas diarias a personas en cuarentena, y atestiguó entre 13 y 18 infracciones por día. Hasta el miércoles hay unas 41,000 personas en aislamiento.

El martes se identificaron 292 nuevos casos de coronavirus en Israel, de unas 68,000 pruebas de detección realizadas. Este miércoles se confirmaron al menos 224.

Ambos números son similares a los del día anterior, además de ser los más altos en aproximadamente 2 meses.

En las últimas 2 semanas, desde el comienzo de brotes en algunas escuelas israelíes, el número de nuevos portadores de coronavirus identificados diariamente ha aumentado de 10 o 20 a las cifras actuales, mientras que los casos activos aumentaron de menos de 200 a unos 1,900, casi la mitad de ellos, alumnos de escuelas.

Sin embargo, el número de pacientes graves se ha mantenido estable entre 20 y 25; en la primera quincena de abril, con un número similar de casos activos, todavía eran alrededor de 150.

Al mismo tiempo, la campaña de vacunación también ha recuperado velocidad. El martes se administraron casi 20,000 inyecciones, también la más alta en 2 meses.

Más de la mitad de ellos se administraron a niños de 12 a 15 años, cuya vacunación es considerada por el gobierno como una alta prioridad y una herramienta importante para prevenir nuevos brotes.

Hasta ahora, unos 77,000 menores de este sector etario han recibido su primera dosis, de una población de alrededor de 550,000.

Israel tiene actualmente alrededor de 1.4 millones de vacunas de Pfizer-BioNTech, pero dado que expirarán a fines de julio, las primeras dosis se administrarán solo hasta el 10 de julio.

Según el Canal 12 israelí, Israel está en conversaciones avanzadas con el Reino Unido para transferir el suministro al Reino Unido y recibir a cambio el suministro que se supone que Pfizer entregará a Londres en septiembre.

También el miércoles, el Ministerio de Salud anunció que dos huéspedes que se hospedaron en el Hotel Leonardo junto al mar Muerto entre el 23 y el 26 de junio y participaron en las actividades de baile en el hotel dieron positivo.

A todos los que también asistieron a las actividades se les pidió hacerse la prueba aunque no presenten ningún síntoma o estén vacunados o se hayan recuperado.

Se requirió que las personas no vacunadas entraran en cuarentena, mientras que a las personas consideradas completamente inmunizadas se les pidió que se aislaran hasta que recibieran los resultados de la prueba.

De la noche a la mañana, la Knéset extendió la vigencia de las leyes sobre la pandemia por otros 5 meses.

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