Enlace Judío – Alfred Rosenberg, uno de los nazis más peligrosos del gabinete de Hitler ha gozado de cierta privacidad y anonimato involuntario que han protegido su mal nombre y pueril obra, a pesar que existen varías biografías publicadas. El llamado “padre de la iglesia nacional socialista”, “escritor de la biblia nazi” o “arquitecto del Holocausto” fue un hombre de ideas y no de acción, autor intelectual de un crimen, un personaje determinante para entender al nazismo.

Este artículo sobre esta calaña nazi es un recuento de su inhumana influencia en la política de la Alemania de la Segunda Guerra Mundial y de todo ser que crea en los conceptos de “raza superior”, es una revisión de su nociva forma de crear perversos conceptos y de los pensamientos maléficos que le dieron voz y acción a un movimiento responsable de millones de muertes en toda Europa.

El degenerado, repudiado y pervertido nazi Alfred Rosenberg, quien fuera entre otras cosas ministro del Reich para los Territorios Ocupados nombrado por Adolf Hitler, y ministro de Asuntos Exteriores del Partido Nazi, entre muchos otros cargos de alto nivel que ocupó en el periodo más espeluznante de Alemania, fue un radical lleno de odio y resentimiento acreditado como uno de los ideólogos, “intelectuales” y “pensadores” más influyentes en la Alemania nazi en cuanto al racismo y antisemitismo como política de Estado se refieren.

El mentalmente inestable Rosenberg fue un salvaje promotor y cocreador del concepto de “la raza aria” y de la” superioridad germánica” sobre cualquier grupo étnico diferente a este dentro de la adoctrinación y propaganda nazi, que consideraba como “infrahumanos” o “ subhumanos” a toda persona no aria. Conceptos que supo “vender” muy bien a  Hitler, con quien tenía una gran influencia ideológica así como con el Partido Nazi, al que hábilmente logró infectar con sus nocivas teorías, tergiversando la obra de Nietzsche para darle salida a su clara psicopatía que obscurecieron la historia de la humanidad para siempre.

El antisemita profesional y de tiempo completo

Rosenberg jamás se identificó con los comunistas, apoyó con firmeza a los movimientos antibolcheviques, se hizo un ferviente nacionalista y supremacista germánico, fue un notorio antisoviético y antisemita. Fue muy activo en la escena ultranacionalista alemana que se convirtió en el movimiento nazi años después. Se afilió al partido de los trabajadores alemanes en dónde se hizo escritor de su periódico panfleto de propaganda donde sus ideas antisemitas, antibolcheviques y anti otros grupos raciales se hicieron evidentes. Dicho partido político es lo que se convirtió en el Partido Nazi que puso a Hitler en el poder en 1933.

Llamó la atención de un ultranacionalista alemán, Dietrich Eckart, un “cazatalentos nazi” quien fue el impulsor de un joven Hitler para que creciera en la política germana. Eckart, totalmente extasiado y fanatizado por el iracundo antisemita Rosenberg, le brindó todo su apoyo para que escribiera panfletos llenos de insultos raciales y políticos contra cualquier grupo que pensara diferente a los nacionalistas alemanes.

Rosenberg pronto creo conceptos como “el judeo-bolcheviquismo” argumentando que los bolcheviques que habían convertido al Imperio ruso y repúblicas colindantes en la Unión Soviética eran enemigos del pueblo alemán y racialmente inferiores, tanto los judíos como los eslavos, a los que a estos últimos consideraba “arios degenerados” o “arios prostituidos”. Responsabilizaba a estos grupos de los crecientes problemas sociales y económicos en Alemania y del mundo, porque el cielo era el límite de su verborrea más parecida a la diarrea oral.

Sus escritos lograron darle una voz al resentimiento social alemán y apuntar todos sus males en una dirección: los judíos y los bolcheviques, que con gran éxito logró convencer a los derrotados alemanes en máquinas de odio, unificó la crisis y el resentimiento popular en una peligrosa ideología mortal. Eckart, impresionado por la palabrería antisemita y llena de odio de un claramente perturbado y enfermo mental Rosenberg, lo nombró jefe editor de ese diario en 1923 para que pudiera seguir parloteando sus locuras con total libertad.

Cuando Hitler estuvo  en la cárcel, Rosenberg fue nombrado como uno de los líderes del Partido Nazi mientras el futuro Führer pasaba unas bien merecidas vacaciones “a la sombra”. Rosenberg luchó con gran éxito (lamentablemente) en evitar que el movimiento nazi se desintegrase, de hecho lo solidificó, logró darle unidad nacional y gran fuerza mandando al  “estrellato” nazi al mismo Alfred Rosenberg como “teórico” del movimiento político ultranacionalista teutón.

Nazi (nace) una estrella

Rosenberg odiaba con fuerza a los cristianos alemanes, tanto como a los judíos y a los comunistas, despreciaba las raíces hebreas de la religión cristiana y dedicó años de su despreciable existencia a desconectar del cristianismo protestante alemán todo origen israelita. Manipuló ideológicamente a los alemanes, en especial a los cristianos, a abandonar su fe para ser suplida por el Partido Nazi y la ideología de superioridad racial y odio a los judíos y eslavos bolcheviques.

Sin embargo, nunca pudo realmente imponer su ataque contra los cristianos alemanes, más porque el Partido Nazi buscaba el apoyo de este grupo conservador, mientras que el depravado Rosenberg lo despreciaba públicamente así como a los católicos alemanes, a los que acusaba de “traidores a la patria”, pues consideraba al catolicismo como una “degeneración judaizante”.

Fundó organizaciones para preservar las artes y cultura alemanas desde un punto de desprecio y odio a otras culturas, destruyendo toda raíz judía que pudiera entenderse así de ellas. Publicó mucho sobre historia del judaísmo (la cual conocía muy bien) desde un punto de vista totalmente antisemita, en donde culpaba de todo a los judíos y a sus “infrahumanos” aliados: los pueblos eslavos, para seguir sonando como disco rayado.

Fue un gran promotor de la obra antisemita Los protocolos de los sabios de Sión citada por toda persona de bajo coeficiente intelectual que la entiende como “documental”. Y como buen nazi incursionó en el ocultismo y doctrinas “obscuras” convirtiéndolas en su verdadera religión, como era la norma en los nazis de alto nivel.

Al regresar de la cárcel Hitler, este le pidió a Rosenberg que regresara a sus escritos incendiarios y demás actividades de odio y propaganda, llamadas por él periodismo. Gracias a la cantidad absurda de ideas y conceptos que desarrolló, de allí sacó su obra máxima, un pedazo de basura publicada en 1930, un libro que vendió más de un millón de copias entre la fecha de su publicación hasta 1945: El mito del siglo XX, libro acreditado como la filosofía “oficial” del nazismo en donde todos sus planes allí estaban expuestos, incluyendo el antisemitismo institucionalizado y el futuro de lo que consideraban “la cuestión judía“ y lo que llevó a “la solución final”.

La Biblia nazi

Rosenberg aseguraba que su libro era la versión oficial del nazismo. Fue un libro muy popular y venerado dentro de los trabajadores alemanes, de la base ideológica, de las masas; de allí la fuerza de Rosenberg en el partido. Sin embargo prominentes Nazis como Göring y Himmler consideraban a Rosenberg como un loco peligroso. El mismo Himmler trataba de alejar a Rosenberg de Hitler y cortar influencia sobre este.

En los últimos años de la guerra, Hitler llegó a distanciarse de Rosenberg al considerarlo un radical extremo. Rosenberg no era respetado por los nazis de alto perfil por considerarlo un neurótico inestable. Se dice que algunos nazis de alto rango no leyeron realmente el libro. Era demasiado denso, tedioso, oscuro y, sobre todo, aburrido, con un tono semireligioso, lleno de idolatría fanática hacia la raza aria, escrito en un lenguaje difícil, según que el mismo Hitler lo definió como “un libro incoherente” cerca del final de la guerra, aunque antes de la guerra el mismo Hitler llamó a Rosenberg como “el padre del nazismo” elogiando su libro y teorías a más no poder. El libro de Rosenberg creó y sembró muchos conceptos e ideales nazis que estos replicaron por años hasta su derrota total en 1945. Dicho libro se convirtió en el plano de ruta del proyecto nazi.

 

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