Dude/ ¿Cuál es tu personalidad sexual?

Ciertos rasgos de nuestra personalidad, forma de hablar o nuestra forma de aprender, están presentes en el modo en que actuamos en el territorio sexual

La sexualidad no es un pasatiempo ni una actividad de tiempo parcial.
Es una forma de ser
Alexander Lowen
Médico y psicoterapeuta estadounidense

Personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, que permanece más o menos constante a lo largo de nuestra vida y nos define, frente a nosotros mismos y frente al resto del mundo.

Todos nacemos con nuestra personalidad básica, que se va definiendo al paso del tiempo como resultado del medio en que nos desarrollamos y de las experiencias vividas y es el elemento que nos permite desarrollar nuestras habilidades personales e integrarnos con la sociedad.

La personalidad nos define e identifica de la misma manera que lo hacen nuestras huellas digitales.

Y aunque va modificándose y moldeándose a lo largo de la vida, la esencia se mantiene, es como nuestra firma en la vida. Ya lo dice el refrán: Genio y figura, hasta la sepultura.

Así como nuestra personalidad se muestra en la manera en la que nos conducimos en nuestra vida social, laboral, familiar, en la manera como comemos, hablamos y nos vestimos, también se manifiesta en nuestra vida sexual. Y más aún, nuestra personalidad sexual se manifiesta en toda nuestra vida.

Aunque el amor es un sentimiento universal, existen muchas y muy diferentes formas de amar que se basan en las creencias, la educación y en las experiencias vividas.

Es cierto que cada uno somos únicos y diferentes a los demás y que tenemos nuestra forma particular de amar, pero existen determinados “estilos” para hacerlo, que se pueden agrupar en tipos de personalidad sexual.

La clasificación y la manera de agrupar los estilos es muy elástica y varía de un lugar, una cultura y un momento a otros, además de que no hay personalidades “puras”; Todos tenemos un poco de varias, pero hay algunos rasgos predominantes. Conocerlos nos permitirá conocernos y hacer nuestras experiencias sexuales más placenteras y gratificantes.

Personalidades sexuales según el punto de vista de la sexualidad:

Los Desfogadores. –  Son quienes ven el sexo como una forma de desahogo, como si fuera un calmante o a un somnífero.

Los Exploradores. –Son los turistas sexuales, que quieren probar siempre cosas nuevas y excitantes. Visitan y se van.

Los Parejos. –Son aquellos para quienes es importante que el dar y el recibir esté equilibrado y pierden el interés si no sienten la misma conexión hacia y desde la pareja.

Los dadores. – Son los que dan más de lo que reciben, para quienes el bienestar del otro es más importante que el suyo propio.

Los guardianes. – Son quienes ponen el énfasis en la seguridad de la relación. Generalmente son personas que han experimentado traumas y han sufrido mucho por amor. La dificultad con estas personas radica en que ponen demasiados requisitos, que casi nadie puede cumplir.

Los buscadores de pasión. – Identifican el sexo con experiencias fuertes, lujuriosas, salvajes.

Los hedonistas. – Son los buscadores de placer. Para estos últimos, las relaciones son menos genitales y su idea de placer involucra mucho erotismo y va más allá de solo sexo.

Los priorizadores. – Buscan siempre un hueco en su apretada agenda para esta actividad imprescindible. 

Los románticos. –Son espirituales. Para ellos, el sexo es mucho más de lo que pasa solamente en el cuerpo, es una experiencia mística y trascendental.

Los buscadores de emociones. – Están en el lado opuesto de los tranquilos y románticos. Son los que siente atracción por el sadomasoquismo, los fetiches y las transgresiones.

No hay personalidades sexuales buena ni malas en si mismas. Todos tenemos un poco de cada uno y la mezcla varía de acuerdo con nuestra edad, nuestras experiencias, nuestra pareja y el tipo de relación. Lo importante es entender que ni somos dechados de virtud ni somos depravados por tener determinada personalidad sexual, siempre y cuando nos abstengamos de causar daño físico o emocional a otras personas.

Muchas veces el sexo es la expresión de otras cosas que pasan en nuestras vidas. Puede ser un camino a la relajación, a la comunicación, a la compañía, a la búsqueda de nuevas experiencias y hasta al ansia de poder.

En base a esto, las personalidades sexuales se pueden agrupar en cuatro grandes grupos:

I.- El tipo básico: sexo instintivo, desechable.

La mayor parte de la humanidad se sitúa en este grupo. El sexo, que antes estaba prohibido o mal visto si no era dentro del matrimonio y confines reproductivos, ahora se ha convertido en un bien de consumo.

Y así como mucha gente se siente definida por la marca de ropa que usa o los lugares a donde asiste, también intenta adecuar su personalidad sexual a la imagen de sí mismo que quiere presentar. Por esto el tremendo auge de los sitios en internet de citas y ligue, para conseguir, desde supuestas relaciones serias hasta sexo casual sin ningún compromiso. Subsiste la necesidad constante de renovar. Se le da más valor a lo nuevo que a la conexión emocional.

II.- A la búsqueda del placer sexual

Una de las características especiales de los humanos es la búsqueda del placer, del bienestar y de la seguridad,  así como la sensación de que -probablemente-, estamos diseñados para ser felices.

Como sociedad, la actual siente menos culpa, que otras anteriores, por buscar placer, aunque luego, individualmente, nos reprimamos y no nos demos permiso de experimentar más placer sexual.

Esto es resultado una falta de educación y cultura sexual que nos hace sentir culpa al confundir al hedonismo con egoísmo.

III.- El sexo como una forma de comunicación

Quienes buscan en el sexo algo más que una fricción genital y desean una unión realmente íntima con la pareja deben estar dispuestos a desnudarse emocionalmente. Ser capaces de que la otra persona reciba eso y hacer lo mismo. Esto no depende solo de la química ni del flechazo.

Es una intención que hay que poner práctica y que tiene que ver con la motivación recíproca. La comunicación erótica no requiere de años de convivencia; requiere de decisión y de intención.

Es el miedo a sufrir, a ser lastimados lo que impide el striptease del alma.

IV.- El sexo como sustituto del miedo o del poder

El cerebro puede confundir el estar enamorado con estar asustado o con sentirse poderoso.

Se piensa que los masoquistas se excitan con sensaciones dolorosas o de peligro, porque cuando hay dolor el cuerpo secreta endorfinas que actúan como una droga interna que hace que muchos busquen ‘la gran experiencia’, sensaciones nunca antes experimentadas.

Las grandes emociones: miedo, dolor, poder. etc. provocan descargas neuronales que activan los circuitos de recompensa en el cerebro. Aquí lo importante es valorar estas experiencias para decidir si continuamos buscándolas o no. No tiene nada de malo buscar sensaciones nuevas, estando consciente de que lo importante es disfrutar del proceso, no de solo irlas acumulando como elementos de una colección. Se trata de saborear todo, no indigestarse y tratar de llegar rápidamente al final.

Hay un gran número de clasificaciones de personalidades sexuales, dependiendo de aquello en que se enfoquen Otra más es la siguiente:

Amor tipo «Eros»

Lo importante para estas personas son la pasión y el sexo. Se caracterizan por dar mayor importancia al contacto físico. Son las “víctimas” de amores a primera vista. Sus relaciones son pasionales y carnales y no conciben una relación con una persona que no les guste físicamente. Les gusta seducir y ser seducidas a nivel físico. Son muy importantes para ellos el contacto visual, las caricias, el coqueteo y sentirse deseados.

Amor tipo Ludus

Tener actividades y diversiones comunes es el principal objetivo de este tipo de personalidades, para quienes lo importante es compartir momentos de diversión y disfrute con la pareja. No conciben una relación “doméstica”, rutinaria o aburrida. Buscan parejas con las que tengan aficiones comunes, con las que puedan disfrutar, aunque no haya una conexión emocional o sentimental intensa.

Amor Práctico

Lo importante para los integrantes de este grupo es sentirse tranquilos y seguros en la relación y la pasión y la conexión emocional ocupan un lugar secundario. No les gusta asumir riesgos, buscan parejas que tengan la misma filosofía de vida y un nivel cultural o económico similar. Para ellos la relación no es aburrida ya que disfrutan gustos y aficiones y cultivan la amistad entre ellos. Pero pasión, pasión, no hay en la relación.

Amor Amistoso

La confianza y las confidencias son importantes para partidarios del amor amistoso

Es una forma de cocinar a fuego lento la relación. Van paso a paso, poco a poco. Comienzan siendo amigos, muy buenos amigos y cuando se dan cuenta, ya se volvieron una pareja que luego viven juntos y llegan a compartir todo. En su relación dominan la confianza, el compañerismo, el apoyo mutuo y las confidencias.

Aunque pueden llegar a tener muy buen sexo, no es lo primordial, tiene menor importancia que su amistad.

Amor tipo obsesivo

La característica principal de estas personalidades la constituye los celos, la sensación de que la otra persona les pertenece.

Estas personas aman de una manera obsesiva y están inmersos en una relación de dependencia emocional. Necesitan sentirse queridos, son muy demandantes tanto de tiempo como de atención y acaparan a su pareja de quien piensan que debe ser solo para ellos.

 Amor Altruista

Estas personas están más pendientes del bienestar del otro que del suyo mismo. se sienten bien si ven felices a su pareja, sean o no correspondidos. Su lema es “Si tú estás bien, yo estoy bien”, llegan a olvidar sus propios intereses, aficiones o gustos para interesase en los del otro.

¿Hay una personalidad sexual que sea mejor que otra?

La respuesta es un rotundo NO. Casi todos experimentamos varias o hasta todas las formas de amar, con la misma pareja o con distintas, sin que eso sea manifestación de algún problema.

Tampoco es anormal que una persona mantenga la misma personalidad sexual a lo largo de toda su vida y eso no quiere decir que sea infeliz.

Aunque no es determinante, es más importante el que los integrantes de la pareja compartan, dentro de lo posible un mismo estilo, con códigos semejantes.

Lo ideal sería que las formas de amor vayan evolucionando y fluctuando con el sentir y con el vivir de la pareja. Con las relaciones de pareja pasa lo mismo que con el sexo: No podemos estar eternamente en un estado de orgasmo.

En resumen, lo importante es estar conscientes de que la personalidad sexual participa de unos rasgos comunes con otras dimensiones de nuestra personalidad. Igualmente, ciertos rasgos de nuestra personalidad, como son nuestra forma de hablar o nuestra forma de aprender, están presentes en el modo en que actuamos en el territorio de la sexualidad.

Si somos muy platicadores en nuestras relaciones cotidianas, es muy probable que también lo seamos en el terreno sexual. Si somos curiosos en nuestro trabajo y no nos da preguntar, es muy probable que también así seamos en el ámbito sexual.

Tener personalidad múltiple, es cierto sentido, es de la más normal
George H Mead

El comportamiento de un ser humano en materia sexual es,
a menudo, un prototipo del conjunto de sus otros modos de reacción en la vida
Sigmund Freud

 

 


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