Enlace Judío – El 30 de enero de 1933 Adolf Hitler subió al poder, y mientras muchos festejaban en las calles convencidos de que Alemania por fin se recuperaría de la pobreza que había sufrido en los últimos años, muchos otros se apanicaban de que un fanático extremista dirigiera al país con sus ideas radicales y racistas.
Sin embargo, el mundo nada pudo hacer, pues el partido nazi había ganado millones de votos por parte del pueblo alemán y Adolf Hitler se había convertido en Canciller de manera legal, así que al mundo no le quedó otra opción más que observar.
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Un mes después de que Hitler asumió el poder, el Reichstag fue incendiado y por supuesto que el partido nazi culpó a los comunistas para aprovecharse de la situación, pues de este modo, Hitler eliminó de un tajo la democracia en Alemania e instaló una dictadura asumiendo un absoluto control.
Y el mundo, el mundo seguía observando.
Un mes después de que el gobierno democrático de Alemania se convirtiera en dictadura, los nazis intentaron realizar un boicot económico contra los judíos, guardias de la SA se paraban a las entradas de los negocios de propietarios judíos impidiendo a los clientes entrar, los aparadores de cristal de los diferentes comercios se llenaron de letreros con la palabra “judío” sin imaginar que esta discriminación sería solo el inicio.
Y el mundo, el mundo solo se dedicaba a observar.
El 10 de mayo de 1933 se organizó una inmensa fogata en la capital alemana. En ésta, miles de libros de judaísmo y de autores judíos fueron arrojados al fuego por la sociedad enardecida, la gente lo hacía y la policía lo permitía, era como si Berlín, la moderna capital de Alemania retrocediera a la Edad Media tan ignorante, tan intolerante y tan violenta.
“Donde se queman libros, se quemarán personas” dijo el poeta judío Heinrich Heine un siglo antes, presagiando el catastrófico futuro que le esperaba a gran parte del mundo, el mismo mundo que por el momento solo se dedicaba a observar.
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