Enlace Judío – El gobierno de Israel aprobó este domingo el monitoreo electrónico de los israelíes que regresan del extranjero y deben entrar en cuarentena por COVID-19, informó Haaretz.

Cualquier persona que regrese del extranjero y deba aislarse enviará información sobre su ubicación a través de una aplicación en su teléfono celular para que sea monitoreada por las autoridades. El Estado ha hecho uso de esta aplicación durante brotes anteriores de coronavirus.

La policía podrá verificar la ubicación de aquellos que opten por no enviar su dirección a través de la aplicación.

Israel registró hoy 101 casos graves de COVID-19, entre ellos 24 pacientes en estado crítico y 19 intubados, las cifras más altas en tres meses.

Según los datos del Ministerio de Salud publicados esta mañana, se registraron 966 nuevos casos el día anterior, un número comparativamente alto, de acuerdo al director general de la dependencia sanitaria, Najman Ash.

“El sábado pasado se reportaron 430 diagnósticos de COVID-19, por lo que continúa la tendencia al aumento del contagio”, dijo Ash a la Radio del Ejército.

Dijo que aunque las vacunas han evitado que el número de casos graves aumente tan rápidamente, “la cifra es significativa, ya hemos sobrepasado los 100 pacientes graves, y estas son ciertamente cifras que empiezan a preocuparnos”.

La doctora Sharon Elroí-Prais, jefa de los servicios de salud pública del Ministerio de Salud, señaló en una entrevista a Kan que, gracias al alto índice de vacunación en Israel, hay una gran diferencia entre los nuevos diagnósticos y los casos graves de COVID-19.

“Sin embargo, el número de pacientes graves se ha multiplicado por cuatro”, dijo e instó al público a vacunarse.

“Me cuesta creer que haya más de un millón de personas que se opongan ideológicamente a las vacunas en Israel”, agregó.

Advirtió que la cifra de casos graves aumentará si no se toman medidas para reducir la tasa de infección. “Cada día observamos un aumento de casos, aunado a un incremento del porcentaje de pruebas positivas. A pesar de ello, ahora estamos en otra situación en comparación a la de marzo de 2020 gracias a las vacunas”, enfatizó.

La semana pasada, el gobierno restableció el pase de vacunación para eventos de más de 100 personas en interiores. Cuando se le preguntó si esos nuevos requisitos serían suficientes, Ash expresó la esperanza de que las nuevas restricciones ayuden a disminuir el contagio, pero subrayó que habría que vigilar la situación para evaluar si hay que tomar medidas adicionales.

Ambos sostienen que podría ser necesaria una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus, y afirmaron que el Ministerio de Salud está estudiando el tema.

A pregunta expresa si Israel aplicaría a mayores de 60 años una dosis de refuerzo de la vacuna antes de que sea aprobada por la FDA, Ash respondió que, como primer país del mundo en vacunarse, “si se confirma que las vacunas disminuyen su eficacia, mientras la tasa de infección aumenta, no podemos esperar a la aprobación del mundo, a la aprobación de la FDA. Tendremos que tomar una decisión informada sobre la base de datos que tenemos”.

El Ministerio de Salud informó el jueves que la eficacia de la vacuna de Pfizer-BioNTech para prevenir el coronavirus y los síntomas leves ha disminuido al 40%, según los datos recogidos durante el último mes a medida que la variante Delta se propaga en Israel.

Los datos podrían estar sesgados porque una gran parte de las pruebas de COVID-19 se realizaron en puntos conflictivos y entre personas de edad avanzada, a diferencia de las pruebas realizadas entre la población joven y vacunada.

Un experto que asesora a la dependencia gubernamental aseveró que en base a esos datos, aún no se puede hacer una evaluación fiable de la eficacia de la vacuna contra la variante Delta.

La eficacia de la vacuna para evitar hospitalizaciones y síntomas graves se sitúa en el 88% y el 91%, respectivamente, según las autoridades sanitarias.

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