Enlace Judío.- Los 33 mineros chilenos que estuvieron 69 días bajo tierra, a 625 metros de profundidad, vistieron prendas que les envió Israel, entre ellas, calcetines, y al salir, los médicos que los revisaban no podían creer lo que veían.

En el mes de febrero del 2011 visitó Israel una delegación chilena con todos los mineros que sobrevivieron el derrumbe de la mina San José un 5 de agosto hace exactamente 10 años. No se trató de un simple paseo sino que vinieron a decirle gracias al país. Cuando fueron rescatados, la prensa centró su atención en muchísimas cosas pero lo que realmente les permitió salir vivos y sanos después de meses atrapados bajo la tierra fue la ropa especial que Israel les había enviado de regalo.

Los 33 mineros que estuvieron 69 días bajo tierra, a 625 metros de profundidad, vistieron esas prendas y al salir, los médicos que los revisaban no podían creer lo que veían.

Al sacarse los calcetines (que fabrica una empresa en Israel) y saber que estuvieron en unas condiciones imposibles escondidos con un 90% de humedad y 35 grados de calor, las plantas de los pies estaban intactas.

Resulta que apenas lograron perforar y antes de empezar a derivarles alimentación y remedios, les hicieron llegar a la profundidad ropa “made in Israel” junto con un equipo de material que les permitiera estar en contacto con la prensa internacional y con el Gobierno de Chile.

Si bien esa patente todavía estaba en procesos de desarrollo los investigadores de Israel ya sabían los resultados de antemano, habían comprobado que las “fibras de cobre” en la ropa poseen un contenido que sana. Se sabia que antes de inventar el antibiótico, el cobre poseía dos cualidades: desinfecta infecciones y bacterias y además acelera el proceso de reproducción de la piel.

Lo curioso de todo esto es que la mina era rica en cobres y por eso excavaban, o sea, estaban sentenciados a morir por el cobre y el mismo cobre les salvó la vida.

Además de los calcetines, les llegaron a la profundidad t-shirts (camisetas) con el mismo material que Israel fabrica para los astronautas de la NASA (dentro de poco no vamos a ver astronautas con la vestimenta típica porque van a tener uniformes más flexibles y saludables).

En Israel ya se vende ropa que parece de ciencia ficción. Lograron introducir material químico (micro cápsulas) en el hueco de los hilos de acrílico del textil junto con material electrónico al que podemos programar sus funciones.

Digamos que afuera nieva, la persona puede sacar de su playera dos cablecitos, juntarlos y al minuto se le calienta la ropa. ¿Terminó de nevar? ¿Se tomó un avión a la selva de Brasil? La misma prenda se puede transformar en un mini aire acondicionado. Ah!!! además, cambiarle el color.

La persona puede desparramar aromas cuando se encuentra con otra persona apretando un sector de su ropa (esta patente es francesa) o hacer la ropa fluorescente (patente inglesa). Todas estas prendas de vestir se pueden lavar sin problemas en el lavarropas.

Pero volviendo al tema de los héroes mineros de Chile, recuerdo aquel día que los vimos en el Muro de los Lamentos agradeciendo por las prendas al Estado de Israel y por las vidas a su Dios. Son momentos que quedarán para el panteón de nuestra historia. Pocos han sabido de esta historia pero es verídica, tan verídica como la ayuda que ofreció anoche Israel a uno de los países enemigos que nos desea la desaparición, el Líbano.

Que no queden dudas: la ayuda llegará, pero nadie, nadie se enterara de eso.

Fuente: Un bacari suelto en Israel