Enlace Judío México e Israel – Winston Churchill venía de una familia de la aristocracia, por lo que podía haberse acomodado en una vida llena de lujos y olvidarse de su entorno y sus problemas, pero por el contrario, decidió entrar en el ejército y hasta se convirtió en un valiente corresponsal de guerra.

Fue grande desde joven: a los 26 años ya comenzaba a ganar terreno en la política de Gran Bretaña y su determinación le generó tanto amigos como enemigos, pero eso sí, nunca pasó desapercibido.

En la Primera Guerra Mundial, como ministro de Armamento, empoderó a su país con armas de último momento, sumó éxitos y fracasos y a lo largo de los años se movió de un cargo a otro dentro del parlamento, lo que le permitió conocer a su país hasta en los detalles más pequeños.

Ya en la década de los 20 y a la distancia, comenzó a observar al partido nazi y a describirlo como una gran amenaza, escribió muchos artículos para advertir y avisar, pero desafortunadamente, eran tiempos en los que nadie quería escuchar, el mundo se recuperaba de una gran guerra y habían muchas dificultades con las cuales lidiar.

En 1933 con la llegada de Hitler al poder, el más grande miedo de Churchill se hizo realidad, pero no le quedaba otra opción que seguir observando cómo el mundo se mantenía pasivo ante una amenaza que nadie quería enfrentar. Sin embargo, Winston no se quedó callado, y comenzó a insistir sobre la necesidad de un rearme británico a todo su parlamento, uno que los protegiera de la amenaza nazi que seguía creciendo.

Pocos compartían su opinión, de hecho, Neville Chamberlain, su primer ministro y el de millones de británicos más, creía que Churchill estaba exagerando, y que la amenaza nazi se podía apaciguar.

En 1939 Chamberlain le cedió a Hitler los Sudetes de Checoslovaquia a cambio de que el régimen del tercer Reich no hiciera ni un solo movimiento bélico más, firmaron un acuerdo y Chamberlain lo presumió orgulloso de haber evitado una guerra, pero Winston Churchill no se dejó engañar, sabiamente dijo: “Hemos perdido el honor para evitar la guerra, ahora tendremos el deshonor y también la guerra”.

 


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