Enlace Judío – La respuesta de Israel a las 3 primeras olas de la pandemia de COVID-19 se vio empañada por falta de preparación, marginación de la opinión de los expertos, falta de un proceso claro de toma de decisiones, falta de aprendizaje de los errores y notables discrepancias en la aplicación de las decisiones gubernamentales.

Esto es lo que afirmó el Contralor Estatal de Israel en un informe publicado este martes que cubre la gestión frente al COVID-19 bajo el gobierno del ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, de acuerdo con The Times of Israel.

El contralor estatal Matanyahu Englman dijo que las “deficiencias significativas” descubiertas por el informe eran “más relevantes que nunca” dada la batalla en curso contra el coronavirus. “Ahora estamos en la cuarta ola y es importante corregir las deficiencias de inmediato”, dijo Englman.

Si bien el informe critica una serie de cuestiones relacionadas con los esfuerzos para prevenir la propagación del coronavirus, Englman, designado por Netanyahu, guarda algunas de sus críticas más duras al mecanismo general bajo el cual se tomaron las decisiones, argumentando que varias decisiones clave fueron tomadas por el ex primer ministro sin la aprobación completa del gabinete o la supervisión adecuada.

“Se encontraron defectos en el proceso de tomar decisiones y en su implementación”, dice el informe. Según Englman, no existía un procedimiento adecuado para supervisar y monitorear las decisiones tomadas por Netanyahu y su gobierno, y ni el Consejo de Seguridad Nacional ni el Ministerio de Salud implementaron proceso alguno para aprender lecciones a nivel nacional.

El informe acusa que numerosas decisiones, como la compra de ventiladores mecánicos y cuándo y cómo abandonar el primer confinamiento nacional, no fueron deliberadas por el gobierno, sino que se tomaron en “diferentes foros dirigidos por el primer ministro”.

Citando protocolos del gabinete de principios de 2020 que se pusieron a disposición del contralor pero siguen clasificados, el informe dice que Netanyahu presentó a los ministros pronósticos cuidadosamente seleccionados de contagios y muertes, lo que respaldaba su propia posición sobre la implementación de medidas duras para detener la propagación inicial, pero no solucionó una serie de problemas derivados de la pandemia.

No fue hasta junio de 2020, 4 meses después de que se diagnosticara el primer paciente con coronavirus en Israel, que el gobierno mantuvo una discusión sobre el impacto del coronavirus en la economía, la educación o los sistemas de bienestar social.

El informe también critica el hecho de que el gabinete del coronavirus no recibió autoridad para tomar decisiones en nombre del gobierno hasta la segunda ola de COVID-19 en junio de 2020. Hasta entonces, se requería la aprobación del gobierno para cada decisión, lo que ralentizó el manejo de la crisis, dijo.

Engelman también señala que el nombramiento de un comisionado para coronavirus, actualmente en manos del Dr. Salman Zarka, se retrasó 4 meses en medio de desacuerdos políticos.

El contralor reprendió específicamente al gobierno por no convocar al gabinete del coronavirus durante julio y agosto del año pasado, diciendo que la interrupción en las reuniones “perjudicó la adopción del sistema de semáforo [epidemiológico] y llevó al segundo confinamiento en septiembre de 2020″.

Entre las cuestiones de política específicas abordadas por el contralor, el informe describe la cuarentena domiciliaria para los viajeros que llegaban del extranjero como “ineficaces” tanto en el cumplimiento como en la vigilancia necesaria de las autoridades.

Describe el programa de licencia creado por el gobierno para compensar a los trabajadores que no pudieron trabajar como un “fracaso”, diciendo que se difundió información confusa sobre quién era elegible, grandes retrasos en la entrega del dinero a aquellos que sí calificaban, y que en última instancia, tuvo “el efecto contrario de lo que se pretendía”.

Además, Englman lamenta la forma en que se hicieron cumplir las restricciones, argumentando que “no hubo congruencia entre los lugares en los que hubo un brote del coronavirus y la aplicación en estos lugares”.

Señala que el número de multas emitidas en Jerusalén y Bnei Brak, que tienen grandes poblaciones ultraortodoxas, “no se correlacionó con los altos niveles de contagios”.

Netanyahu, quien está estrechamente aliado con los partidos ultraortodoxos Shas y Yahadut Hatorá, enfrentó críticas durante la pandemia por supuestamente no ordenar una aplicación más estricta de las reglas COVID-19 en áreas ultraortodoxas con altas tasas de contagio.

Citando cifras que muestran que las escuelas israelíes operaron durante menos días desde el inicio de la pandemia que en la mayoría de los países del mundo, Englman criticó la “terrible situación” que enfrentan los alumnos israelíes, que dijo fue causada por “una grave falta de enfoque en las instituciones educativas y el impacto que el virus ha tenido en ellas”.

El informe también critica el despliegue de métodos de aprendizaje a distancia en todo el país, diciendo que sin una planificación adecuada, la iniciativa “aumentó la desigualdad que existe en el sistema educativo”.

Englman concluye su informe con una crítica de lo que describe como la “aparente incapacidad del gobierno de Netanyahu para aprender de la experiencia del virus e implementar mejoras antes de cada nueva ola de contagios”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío