Enlace Judío – Este Shabat es muy especial, ya que está en el centro de “los diez días de Teshuvá”, los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. En preparación para Yom Kipur, en nuestras plegarias le pedimos a Hashem una y otra vez que nos inscriba en el libro de la vida. En estos días también hacemos un cambio importante en el texto de la Amidá, la oración principal: en lugar de decir Hael Hakadosh, “El D-os Santo”, decimos Hamelej Hakadosh, “El Rey Santo”.

Estas adiciones y cambios nos ayudan a lograr el estado mental adecuado para Yom Kipur.

¿Qué significa Hamelej Hakadosh?

MELEJ: Cuando decimos “Melej” no debemos estar pensando en un rey de un cuento de hadas. Tenemos que pensar más bien en un juez. En un Estado monárquico, el rey también actúa como juez supremo, la máxima autoridad. El rey emite el veredicto final sobre la vida o la muerte de sus súbditos. En estos días pensamos en Hashem como el Juez Supremo, sabiendo que Él determina si merecemos o no merecemos la oportunidad de vivir. En Rosh Hashaná, la Corte Celestial inscribe a los seres humanos en uno de los dos libros: el de la vida o el otro libro. Pero el veredicto final no está sellado hasta el final de Yom Kipur. Y tengo que considerar seriamente la posibilidad de que estoy apelando un veredicto que hasta ahora es negativo, y debo convencer al Juez de que si no me inscribió en el libro de la vida, debería reconsiderarlo. Tengo 1 semana para apelar a la clemencia de Hashem y demostrar que me arrepiento sinceramente de las cosas incorrectas que hice. Y durante estos diez días, incluyendo este Shabat, tengo que demostrarle al Juez Supremo que soy capaz de ser una muy buena persona. Yom Kipur es el día de la apelación final: estaré de pie ante el Juez Supremo, actuando como mi propio abogado, implorando por mi vida.

KADOSH: Kadosh, generalmente se traduce como “santo”. Pero en el contexto de esta expresión significa “único”, “diferente”. En otras palabras, estamos diciendo que, aunque Hashem es un juez, es un juez muy diferente. ¿En qué sentido Hashem, como Juez, es diferente de un juez humano? Porque Hashem es un juez invisible, a quien no vemos, pero que ve y sabe lo que un juez humano no sabe y no ve. A diferencia de un juez de carne y hueso, Hashem sabe lo que hago en privado. Hashem es “único” porque es un juez a quien no podemos engañar con apariencias o adulaciones… Él es “único” porque nada escapa a Su conocimiento. A diferencia de un juez humano, Hashem conoce mis pensamientos, mis intenciones y mi potencial.

AVINU: Pero si Él lo sabe todo, ¿de qué manera mi arrepentimiento afectará Su juicio final y Su veredicto? Hashem como juez también es “único” porque Él es mi Creador, mi padre. Cuando uno de mis hijos comete un error, lo más importante para mí es asegurarme de que él o ella hayan aprendido la lección a partir de su mala experiencia. Y una vez que yo veo que mi hijo ha aprendido la lección y probablemente no volverá a cometer el mismo error. ¿por qué querría castigarlo? Si mi hijo se acerca a mí, espontáneamente, admite su error con sinceridad y me demuestra que comprende que cometió un error voy a abrazarlo, alentarlo y demostrarle que confío en él y que estoy feliz de que finalmente haya aprendido su lección. De manera similar, cuando nos acercamos a Hashem en Yom Kipur, Él espera que admitamos y confesemos nuestros errores y transgresiones, mostrándole que hemos aprendido la lección. Si lo hacemos, seguramente nos perdonará y nos evitará el castigo que merecemos. Porque aparte de ser nuestro Juez, Él es nuestro Padre: ¡Somos los hijos del Juez!

Este concepto, tremendamente importante, se indica en la hermosa oración que decimos todos esto días: AVINU MALKENU (nuestro Padre, Nuestro Rey), “[aparte de ser] nuestro Juez, Tú eres nuestro Padre”.

 


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