Enlace Judío.- Es hora de que Israel reconsidere la ayuda militar que recibe de Estados Unidos, dijo Michael Oren, embajador de Israel en Washington durante la administración de Barack Obama, a The Times of Israel el miércoles, luego de que miembros progresistas del Congreso de Estados Unidos lograran eliminar la financiación de Cúpula de Hierro de un proyecto de ley de gastos del gobierno.
Tras el recorte de la financiación para la defensa antimisiles de Israel del proyecto de ley de gastos de EE. UU., Michael Oren dice que la politización del problema podría convertirse en una “vulnerabilidad estratégica” para Jerusalén.
“Creo que es muy importante que comencemos un proceso de repensar y reestructurar nuestra ayuda de Estados Unidos, la forma en que Estados Unidos nos ayuda militarmente”, dijo.
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“Requiere un examen de conciencia y un pensamiento estratégico serio a largo plazo”.
Oren, un destacado académico y escritor, dijo que la ayuda militar a Israel utilizada cada vez más como una herramienta contra Jerusalén por los demócratas de izquierda podría verse como una “vulnerabilidad estratégica” para Israel, que podría tener consecuencias peligrosas para el estado judío.
Los líderes de Israel deben considerar si ser vistos como vulnerables a la presión de los legisladores estadounidenses se alinea con su intento de proyectar una imagen de estado poderoso y autosuficiente que puede defenderse.
“La ayuda estadounidense también tiene costos”, dijo.
Oren pidió vías “más cooperativas” para la ayuda estadounidense a Israel: “Por ejemplo, Estados Unidos e Israel podrían crear una iniciativa conjunta de defensa cibernética. Estados Unidos en realidad estaría apuntalando su propia seguridad”.
Al mismo tiempo, no se mostró optimista de que habría un cambio importante en el enfoque de Israel hacia la ayuda estadounidense, y citó las preocupaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel respecto a la obtención de fondos y la inclusión de la ayuda en sus planes presupuestarios.
“Cuando los progresistas piden recortar la ayuda, los líderes militares están pensando en cuántas balas podemos comprar, cuántos aviones podemos comprar, no en el mensaje estratégico de la vulnerabilidad israelí”, dijo.
Depende de los líderes no militares de Israel liderar el cambio conceptual, enfatizó Oren.
El actual Memorando de Entendimiento sobre ayuda militar entre Estados Unidos e Israel, firmado con la Administración Obama en 2016, finaliza en 2028.
Oren también planteó la posibilidad de que detener la financiación de Iron Dome podría violar los entendimientos entre Israel y Estados Unidos.
“Estados Unidos condicionó su ayuda a Iron Dome a que compartiéramos la propiedad intelectual del sistema”, explicó. “Lo compartimos con EE. UU., y ahora existe la posibilidad de que no obtengamos ese apoyo, por lo que existe una posible violación de nuestro acuerdo con EE. UU.”
El martes, los demócratas progresistas presionaron con éxito al partido para que retirara mil millones de dólares para el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro de Israel de un proyecto de ley para mantener financiado al gobierno de Estados Unidos.
Oren calificó el movimiento como “un disparo a través de la proa y muy bien dirigido”.
“Durante el período de Obama, los progresistas eran mucho más pequeños y menos poderosos, y también tenían miedo de enfrentarse a Obama”, señaló Oren. “Los progresistas [hoy] son mucho más poderosos y no tienen miedo de enfrentarse a Biden”.
Se espera que los fondos sean aprobados, pero en una fecha posterior.
La cláusula que aprueba los mil millones de dólares para reabastecer los interceptores de Cúpula de Hierro de Israel, crucial para proteger las ciudades israelíes de los ataques con cohetes y que se agotaron un poco durante la guerra de Gaza de mayo, había provocado un problema en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, ya que los líderes del partido intentaban impulsar un proyecto de ley para elevar el techo de la deuda.
Oren también señaló que Alemania y Corea del Sur reciben paquetes de ayuda mucho mayores que Israel, pero que el dinero está expresado como parte del presupuesto de defensa de Estados Unidos, no como Financiamiento Militar Extranjero.
“Tiene que ver con la forma en que se presupuesta la ayuda”, dijo.
Desde 2011, el Congreso de los Estados Unidos ha proporcionado a Israel más de $ 1.5 mil millones para producir baterías Iron Dome, desarrolladas por Rafael Advanced Defense Systems. En agosto de 2011, Raytheon y Rafael, que se asociaron en David’s Sling, un programa cooperativo de desarrollo de defensa antimisiles entre Estados Unidos e Israel, anunciaron un acuerdo para permitir que Raytheon comercializara Iron Dome en Estados Unidos.
En 2014, los gobiernos de EE. UU. e Israel firmaron un acuerdo de coproducción para permitir la producción de algunas partes del sistema Iron Dome en EE. UU..
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tuvo que aprobar el proyecto de ley presupuestaria antes del 30 de septiembre para mantener al gobierno financiado hasta principios de diciembre. Necesitaba todas las manos a la obra para aprobarlo y no podía permitirse perder votos progresistas porque ningún republicano está dispuesto a apoyarlo. Pelosi pudo haber calculado originalmente que agregar los fondos de la Cúpula de Hierro sería una forma de atraer a los republicanos, pero no atrajo a nadie.
Un miembro del congreso le dijo a The Times of Israel que las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez y Betty McCollum presionaron a Pelosi para que eliminara los fondos del Iron Dome del proyecto de ley de gastos y lograron tener éxito gracias a la mediación de la congresista Rosa Delauro.
Las congresistas Rashida Tlaib, Ilhan Omar, Ayanna Pressley y Pramila Jayapal también amenazaron con votar en contra del proyecto de ley si se incluían los fondos de la Cúpula de Hierro, dijo un asistente del Congreso.
El representante de Nueva York, Jamaal Bowman, dijo a Bloomberg que el problema era que la disposición de la Cúpula de Hierro se había agregado en el último minuto y que no había habido una discusión adecuada.
“No se trata de Israel, se trata, una vez más, de liderazgo, arrojar algo sobre nuestra mesa en el último minuto y esperar que decidamos en cinco minutos qué hacer con eso, ese es el problema más grande”, dijo Bowman.
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