Enlace Judío México e Israel – La celebrada unidad israelí 8200, desde hace años, sigue e interpreta atentamente las secretas y codificadas intenciones de enemigos del país.

¿Cuál será el carácter y los probables resultados de una tercera guerra mundial? ¿Cómo y cuándo se verificará un encuentro bélico entre Jerusalén y Teherán? ¿Tiene ya algunas expresiones que el amplio público ignora o subestima? ¿Y las distancias entre democracia y tiranía son tan amplias como generalmente se supone?

Me acerqué a estas cuestiones al aludir en un escrito a las formas de construir escenarios sociales y económicos (aludo a Los estudios del futuro- problemas y métodos- Instituto de Banca y Finanzas, México 1984), planteamientos que hoy ampliamente enriquece un joven general israelí quien, con el misterioso nombre “Y”, ensaya recomponer a la celebrada unidad israelí 8200 que desde hace años sigue e interpreta atentamente las secretas y codificadas intenciones de enemigos del país.

Los medios estiman que bajo su liderazgo, 8200 conocerá en los próximos años cambios profundos El número de jóvenes de alta inteligencia que hoy componen esta unidad se verá probablemente reducido, y en su lugar proliferarían aparatos y pantallas alimentados por la inteligencia artificial (AI).

Antes de su ingreso a esta secreta unidad militar, “Y” escribió un libro cuando era estudiante en una universidad norteamericana localizada en Washington. Aquí describió y ponderó los cambios radicales que la revolución digital habría de traer consigo, con particular atención a los conflictos militares.

En principio, se trata de un planteamiento que hoy apenas necesita pruebas. Cabe recordar que ya en 1997, en los seis encuentros del campeón mundial de ajedrez Gary Kasparov contra una computadora, él sólo ganó en uno de ellos. En los demás conoció la derrota o el empate.

Y desde entonces transcurrieron más de dos décadas en las cuales las facultades de la mal e injustamente llamada inteligencia artificial se han multiplicado. Cabe recordar que uno de los filósofos más apreciados en el estudio del tema y sus implicaciones sociales es el italiano Giorgi Agamben (1942- ).

Supongo que los probables poderes y aplicaciones de la AI en vísperas – o en el curso – de presentes y prospectivos encuentros militares son hoy conocidas en diversos grados por las partes en conflicto.

Por ejemplo, no es accidente que el principal núcleo militar del Hezbolá en El Líbano se localiza en una zona ampliamente poblada. Su liderazgo supone que Israel se abstendrá de un ataque directo a este recinto considerando los miles de inocentes víctimas que tal acción traería consigo.

Ciertamente, este cálculo podría evaporarse por diversas circunstancias, y en cualquier caso no se antoja válido en el caso de un liderazgo militar inspirado en Alá o movido por un terco fanatismo nacionalista.

Por otra parte, la ausencia o las limitaciones de la IA conducen a lamentables episodios como los que ocurrieron recientemente en Israel al verificarse la fuga de peligrosos terroristas que cavaron una salida entre las paredes de la cárcel. Cabe esperar que pronto esta lección será aprendida, estrechando hasta cerrar las probabilidades de un evento similar.

Entre neofascismo y cibernética

Además de los usos potenciales de la sabia IA en la esfera militar se empiezan a difundir algunas tendencias políticas que ponen en tensión a regímenes tildados democráticos. Así, constitucionalmente algunos pueden hoy declararse como tales y predicar sus rasgos: división de poderes, votaciones regulares, libre prensa, e incluso espinosas caricaturas de sus líderes.

Sin embargo, el control centralizado de los recursos de la IA es capaz de eternizarlos en el poder más allá de la formal y tradicional votación.

Ciertamente, las especulaciones de “Y “como futuro líder de la unidad israelí 8200 conducen a imaginar algunos escenarios. No pocos reflejarían la humana crueldad que se manifiesta regularmente en choques militares, pero con formatos desiguales y menor costo.

Por ejemplo, en el caso del Medio Oriente un eventual enfrentamiento militar podría iniciarse con aviones sin pilotos, orientados desde tierra con explosivos no convencionales y dirigidos contra laboratorios y centros militares sin afectar a amplios núcleos urbanos.

Conforme a los supuestos y a las futuras directrices de “Y” las partes se apegarían a las señales de la IA. En este escenario, el rival atacado deberá entonces resolver si sugiere o adelanta un arreglo sin poner en peligro al resto de la población.

Posibilidad que hoy se antoja absurda si no imposible. Pero ¿cuántas innovaciones que hoy merecen dilatado uso se antojaron inimaginables hace no menos de dos décadas?

Conclusión: es imperativo corregir nuestras perspectivas. Acertado predicamento de “Y”.

 


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