Enlace Judío México e Israel- Al conocer los homenajes ofrecidos en México a la veterana y prestigiosa economista Ifigenia Martínez,  mi memoria  conduce a décadas pasadas cuando llegué a México invitado por el entonces Centro – hoy Facultad – de Estudios Políticos y Sociales.

Bien pronto me topé con Ifigenia en los corredores universitarios, se interesó en mis antecedentes académicos jerosolimitanos, y desde entonces múltiples y diferentes marcos académicos auspiciaron nuevos encuentros.

La felicito desde lejos y muy de cerca por la medalla Belisario Domínguez que ha merecido en estos días.

Ifigenia y su amigo y colega David Ibarra, Secretario mexicano de Economía en los nerviosos años ochenta del siglo ya cursado incentivaron mi interés en la historia  y en el devenir de México.

Y más allá de preferencias y virajes personales el mutuo interés se conservó intacto.

En el correr de los años, Ifigenia me sorprendió al concurrir sin aviso previo y con rigurosa modestia a la presentación de un libro en el Colegio de México que aludía a la evolución y a los mercados del petróleo, incluyendo sus repercusiones en los mercados mundiales.

Escuchó a los participantes y se despidió sin ceremonias. Confieso que ignoro si gustó de los contenidos expuestos por los ponentes.

David, por otra parte, desafiando los años y circunstancias políticas que le resultan algo extrañas, se apega a las paredes de la UNAM y ahonda en los dilemas mexicanos. Merece un público gesto.

Un mesurado abrazo, Ifigenia y David.

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