Enlace Judío – Los judíos estadounidenses no solo están preocupados por la expansión del coronavirus, también cada vez más le temen al antisemitismo y a la violencia de la ultraderecha, impulsado por grupos de supremacistas blancos. También experimentaron la violencia contra ellos durante algunas protestas del movimiento Black Lives Matter que estuvieron acompañadas por vandalismo antisemita y antisraelí. Temen ante el creciente ascenso de cierto tipo de progresistas en algunos sectores de la izquierda, que quieren convertir el apoyo a Israel en un pecado político y moral.

Ante el creciente antisemitismo, los judíos de EE. UU. empiezan a considerar la obtención de un segundo pasaporte, cualquiera que sea. Analizan la posibilidad de emigrar a Canadá, obtener la ciudadanía de algún país europeo, aunque en ese continente también se registra aumento del antisemitismo o emigrar a Israel. Va en aumento las solicitudes de judíos estadounidenses que comenzaron el proceso de emigrar a Israel.

El temor que genera el antisemitismo en EE. UU. no es un fenómeno nuevo, el miedo al mismo ha ido en aumento en por lo menos los últimos 5 años, como lo revelan diferentes encuestas. En este ámbito, la encuesta anual del Comité Judío Americano publicada en junio del 2019 indicó que 65% de los entrevistados sostuvo que la situación de los judíos estadounidenses era menos segura que el año anterior de, un aumento de 55% respecto a 2018. En cuanto al antisemitismo, el 41% señaló en 2017 que se trataba de un problema grave en EE. UU., frente a 21% en 2016, el 21% en 2015 y 14% en 2013. En 2014 no se realizó la encuesta.

Durante años, los judíos estadounidenses creyeron que el antisemitismo era algo que estaba sucediendo lejos: en Francia, en Inglaterra, en internet y en el mundo musulmán. Pero cada vez más es difícil ignorar las señales de que este flagelo también ha llegado a su país: meses de ataques contra judíos ortodoxos de Brooklyn en 2019, la masacre en la sinagoga Tree of Life en Pittsburg en octubre de 2018; tiroteo en una casa de Jabad Lubavitch en Powai, California, en abril de 2019, y con semanas de diferencia, en diciembre de 2019 se produjeron ataques a tiros en Monsey Nueva York, y en Jersey City, Nueva Jersey, en donde murieron 4 personas.

La congresista judía Nita Luwery en un artículo conjunto con el director del Comité Judío Americano, David Harris, publicado en The New York Times, mencionó “que primero debemos reconocer el problema tal como es: una pandemia, ya no estamos hablando de acciones individuales, puntuales, sino de un fenómeno permanente. En segundo lugar, debemos reconocer que existen una serie de fuentes ideológicas que alimentan esos ataques de odio, no son resultado de un único punto de vista político”.

Lowery menciona que el antisemitismo parece estar en todas partes. Los estudiantes universitarios acosan y presionan a los colegas judíos marginados que se atreven a apoyar abiertamente a Israel o se niegan a condenar el sionismo como racismo. Asimismo, atletas y celebridades publican expresiones antisemitas en las redes sociales.

En el 2019 hubo un récord histórico de incidentes antisemitas, según la Liga Antidifamación, con más de 2,100 asaltos, actos de vandalismo y acosos antisemitas, incluidas 5 personas asesinadas. En 2020 a raíz del cierre que se impuso y que restringió la actividad en las calles, el número de ataques antisemitas disminuyó. Sin embargo, la retórica antisemita siguió floreciendo en internet incluida la conspiración del “virus judío”, que propaga la plaga.

La mayoría de los incidentes antisemitas en 2020 provocaron la destrucción de sinagogas en Los Ángeles, Wisconsin, Minneapolis y otros lugares. A finales de 2020, se incendió una casa, de Jabad Lubavitch en la Universidad de Delaware. Unos días antes, en casa de Jabad en Portland, Oregón, había sido incendiada 2 veces.

En las sinagogas de EE. UU. hay personal de seguridad permanente en las entradas, una práctica común en Europa durante décadas, pero inusual en EE. UU. hasta hace unos años. Parte de los fondos de seguridad para las instituciones judías proviene del gobierno estadounidense, en forma de subvenciones del Departamento de Seguridad Nacional.

El antisemitismo en EE. UU. no solo proviene de grupos de extrema derecha. En un artículo reciente escrito en Tablet, Barry Weiss, autora del libro “como combatir el antisemitismo”, escribió: “hay un peligro diferente, y es el de la izquierda. A diferencia de Trump, este peligro ha ganado dominio cultural, cultivando los corazones de las élites estadounidenses y las instituciones más poderosas.

El antisemitismo en EE. UU. continuó en ascenso este año. En una encuesta sobre el tema publicada el 25 de octubre se reveló que el 40% de los judíos estadounidenses cambiaron su comportamiento para evitar incidentes antisemitas; 17% indicó que evitarían ciertos lugares eventos o situaciones. Asimismo, 22% trató de no visualizarse como judíos y 25% se abstuvo de publicar contenidos relacionados con el judaísmo.

Por otra parte, en una encuesta complementaria del público en general este año encontró que la proporción de estadounidenses que dicen entender el antisemitismo aumentó significativamente a 65% comparado con 53% en 2020.

Es de destacar que en el presente la mayoría de los judíos estadounidenses considera que el antisemitismo es un problema de EE. UU. Por otra parte, se constata que el antisemitismo en los campus universitarios sigue siendo una preocupación para muchos judíos estadounidenses.

En la encuesta de 2021 la mitad de los judíos consideran que la extrema derecha política representa una amenaza muy grande; aunque la proporción de judíos estadounidenses que piensan que la extrema izquierda política aumentó de 61% en 2020 a 71% en 2021.

En el contexto antisemita prevaleciente en EE. UU. tres cuartas partes de los entrevistados afirmaron sentirse menos seguros como judíos en EE. UU. Por lo demás en el entorno antisemita que se observa en EE. UU., el público en general sigue apoyando a Israel, quizá más que a los judíos.

 


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