Enlace Judío – “La Organización Mundial del Ictus (OMI) refiere que una de cada seis personas tendrá un ictus en algún momento de su vida y, en México, alrededor de 150 mil personas al año lo padecen, siendo de las principales causas de muerte y discapacidad en los adultos”, explicó el Dr. Juan Manuel Calleja, neurólogo vascular del Centro Médico ABC.

Añade que el ictus se da con mayor frecuencia en adultos mayores, arriba de los 60 años. Así, uno de cada seis hombres y una de cada cuatro mujeres, sobre todo, después de la menopausia, pueden presentarlo. Sin embargo, el estilo de vida sedentario, la obesidad, el tabaquismo y la falta de actividad física, ha llevado a que hoy haya pacientes de 40 años o menores que ya presentan este padecimiento. 

Asimismo, personas que tienen factores de riesgo para aterosclerosis como: colesterol elevado, diabetes, presión alta, fumadores, con una dieta alta en grasa, que hacen poco ejercicio, etc. son candidatos a presentar un ictus; factores que sin duda pueden ser modificables con un cambio en el estilo de vida. 

El Dr. Juan Manuel Calleja Castillo, líder de Programa ictus en el Centro Médico ABC, explica que la enfermedad puede ser de tipo isquémico, es decir, cuando se presenta la oclusión o bloqueo de una arteria cerebral produciendo daño neuronal y se le conoce también como infarto cerebral. Por su parte, el ictus hemorrágico es provocado por la ruptura de un vaso sanguíneo que ocasiona una hemorragia dentro del cerebro. En ambos casos, sus secuelas pueden ser permanentes si no se trata rápido. 

El especialista añade que “la forma más común de ictus es en el que se tapa una arteria del cerebro, las manifestaciones se presentan de forma súbita con parálisis de la cara y de la pierna o brazo de un lado del cuerpo, alteración para hablar o comprender el lenguaje, la persona también puede presentar visión doble, dolor de cabeza y mareo muy intenso”.

La recomendación más importante es detectar a tiempo los signos y síntomas y acudir a recibir atención médica inmediata, “porque el ictus es tratable con medicamentos que destapan las arterias y revierten el flujo sanguíneo al cerebro, con lo cual se disminuye el daño, pero si no esto no es suficiente se hace cateterismo”, comentó el Dr. Calleja.

Por ello, es importante conocer y emitir una alerta para que la gente reconozca los signos de un ictus, que sea fácil de recordar y de forma simple a través de una nemotecnia llamada DALE en la que cada letra corresponde a un síntoma:

  • Debilidad facial: parálisis de la mitad de la cara que se presenta de forma súbita, desviando la cara y boca. 
  • Afloja el brazo o la pierna: el paciente no puede mover las extremidades. 
  • L alteración del lenguaje.
  • Entra en contacto, hay que llamar a la ambulancia e ir al hospital. 

Estas son las características de ictus isquémico o infarto cerebral, pero cuando se trata de un ictus hemorrágico o derrame, el paciente manifiesta un dolor de cabeza muy intenso de forma súbita, que indica un dato de alarma para ir al hospital. 

Además, apunta que el Centro Médico ABC es el único hospital en México certificado internacionalmente para la atención de enfermedades cerebrovasculares (ictus), certificación otorgada por la Joint Commission International. “Así, garantizamos que tenemos un esquema de tratamiento que evalúa al paciente de forma rápida para poderlo dirigir ya sea a un tratamiento de trombosis intravenosa con medicamento por la vena o terapia endovascular con cateterismo” menciona el Dr. Calleja.

El especialista afirma que de no atender a tiempo estos signos y síntomas, el daño o secuelas son permanentes, en algunos pacientes la discapacidad es muy grave, por lo que recomienda evitar fumar, procurar una detección y buen control de colesterol, diabetes, presión alta, etc. Tener actividad física, llevar una dieta sana y balanceada ya que con esto se puede disminuir hasta un 80% los problemas de ictus. 

Programas de rehabilitación

De acuerdo con Alejandra Covarrubias Herrera, neurolingüista y neuropsicóloga en el Centro Médico ABC, “esta institución ayuda a los pacientes a disminuir las consecuencias del ictus. El Día Mundial del ictus, que se conmemora el 29 de octubre de cada año, es una fecha ideal para recordar que este problema de salud se puede revertir gracias a la intervención oportuna de los especialistas”.

Alejandra Covarrubias, quien cuenta con maestría en gerontología y neurociencias, detalla que desde hace 14 años formó el Grupo de Apoyo para pacientes y familiares de ictus, para ofrecer acompañamiento y rehabilitación cognitiva y de lenguaje.

“Específicamente en las afasias que pueden ser una secuela de un ictus, como la incapacidad para producir el lenguaje o comprenderlo en personas que están afectadas del hemisferio del lado izquierdo, las personas que tienen el infarto cerebral en el lado derecho, generalmente lo que tienen más afectada es la parte motriz”, comentó la experta en neuropsicología.

Además de estás secuelas también se pueden presentar problemas cognitivos como el juicio, entender las ironías (prosodia). No todos los pacientes que tienen un ictus tienen las mismas secuelas, por lo que la sensibilidad en el trato es fundamental.  Las consecuencias de no pertenecer a un programa de rehabilitación, es que se puede llegar a destruir el núcleo familiar y presentar problemas de adiciones si no hay un sistema de contención. 

“Llevamos a cabo pláticas relacionadas al tratamiento, rehabilitación, nutrición, movilidad y desplazamiento en sillas de ruedas, así como talleres de pintura y barro. Somos un círculo de convivencia, creemos que esta es una oportunidad de vivir la vida de manera más plena, ayuda saber que siempre hay una posibilidad”, indicó la Mtra. Covarrubias. 

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