Los judíos que llegaron con Colón y con Cortés. Su importancia en el descubrimiento de América y en la construcción del Nuevo Mundo

Enlace Judío México e Israel- “Los criptojudíos y los judíos son parte de la identidad , son parte de la construcción (del Nuevo Mundo)”, comenta la maestra Tali Broitman, quien participó en una ponencia del magno evento “500 años de Presencia Judía en México”, en el CDI.

“Fueron mercaderes, notarios, escribanos, participaron de todo… fueron una parte fundamental y desgraciadamente es hasta ahorita, 500 años después, estamos pudiendo reconocer este papel”.

La investigadora explicó a detalle que Cristóbal Colón necesitaba tripulación, por lo que los reyes católicos, Isabel y Fernando, le concedieron permiso para buscar navegantes en las cárceles.

De acuerdo con Broitman, se estima que Colón llevaba alrededor de 90 a 120 personas, de las cuales se sabe que una gran cantidad eran cristianos nuevos, entre ellos criptojudíos.

Colón “al final de cuentas es un entrepreneur del Renacimiento, él tiene un proyecto y su proyecto es ir a dar la vuelta al otro lado”.

Algunas revelaciones

La Santa María era un prostíbulo navegante. Colón la compró en remate.
La leyenda de que la Reina Isabel vendió sus joyas para financiar la expedición es solo eso: una leyenda. Los judíos son parte de quienes financiaron la expedición.
Contrariamente a la usanza de la época (según Simón Wiesenthal en Operación Nuevo Mundo), Colón pidió a su tripulación que estuviera una noche antes de zarpar. Coincide el hecho con que, ese día, 2 de agosto, terminaba el plazo para la existencia de judíos en el reino español. Se dice, por lo tanto, que, al tener Colón a los judíos en los barcos, los mantuvo a salvo.

Los judíos de Colón

“Eran varios (criptojudíos) los que acompañan a Colón y con esto podemos determinar que el descubrimiento de América, como solemos decirle, es una empresa donde participaron una enorme cantidad de judíos, ya sea de forma presencial, como actores principales, o financiando, o con aportaciones científicas”.

Uno de los criptojudíos que viajaban en las Carabelas fue Luis de Torres, quien fungía como intérprete de la expedición, “es un hombre que llevaba pocos meses de haberse convertido, que hablaba hebreo, árabe, arameo.

“Cuentan que al llegar a la primera isla que se descubre, Guanahani, les habla a los indígenas en hebreo pensando que habían dado la vuelta al mundo y habían llegado a Oriente”.

Rodrigo de Triana, quien es mundialmente famoso por ser el primer hombre en las Carabelas que gritó “Tierra a la vista”.

Otros tantos, de los que se sabe fueron Rodrigo de Jerez, un explorador; Rodrigo Sánchez de Salamanca; el maestro Bernal, apotecario; y Rodrigo Sánchez, médico.

Los judíos de Cortés

Desde que se empieza a manejar la idea de que América es un nuevo continente se convierte en una tierra de oportunidades para los judíos.

Para los cristianos nuevos, convertidos por convicción, es la oportunidad de un nuevo comienzo porque, aunque se están insertando a la sociedad española, no están bien vistos; entonces es la oportunidad de cambiar de identidad, de cierta forma, nuevo comienzo de cambiar el apellido y que ahí nadie los conozca.

Pero para aquellos que son criptojudíos, que son convertidos por la fuerza, esto implica un lugar lejos de la Inquisición -o eso es lo que creían que iba a suceder-, lejos del centro poder de donde están persiguiendo, “claro que van a empezar a llegar en cada uno de los barcos cristianos nuevos y, por supuesto, algunos de ellos, criptojudíos”.

Antonio Carvajal llega con Hernán Cortés, él no va a pasar por un proceso inquisitorial, él queda como el gran conquistador, pero se sabe que es de descendencia judía.

Inquisición: el fanatismo religioso alcanza a los “herejes” en el Nuevo Mundo

Desde 1511 el cardenal Cisneros dice que los obispos que llegaron a estas tierras recién conquistadas tienen poderes inquisitoriales. Más adelante, lo adquieren los frailes y empieza la persecución.

En 1527, el primer fraile que realiza un proceso inquisitorial es Fray Diego de Betanzos, quien acusa 17 personas de blasfemar.

Pagan multas; los castigos son peregrinaciones o escuchar misa con la boca amordazada, en señal de haber cometido una transgresión. O llevar velas verdes.

En 1528, ya llega la Inquisición: en un auto de fe muere Hernando Alonso. Él había llegado a Cuba antes de que Cortés llegara a la Nueva España y él tenía venta de carne, incluso vendía carne de puerco. Él llega con Pánfilo de Narváez a perseguir a Hernán Cortés. Sin embargo, se pasa al bando de Cortés y es un hombre que hace mucho dinero.

Algunos de sus cargos: su esposa estaba en cuarentena y no la dejó ir a misa; se creía guardar cuarentena era una práctica judía. Fue acusado de borrar el bautizo de su hijo con vino y de celebrar Pésaj.

Otro hombre que muere en 1528 es Gonzalo de Morales porque lo estaban juzgando por amancebamiento, por tener una amante. Sin embargo, llega una carta de un juicio a su hermana, celebrado en España: ella confesó que, junto con su hermano Gonzalo, habían azotado un crucifijo.

Ambos terminan en la hoguera.

500 años después, estamos pudiendo reconocer el papel de los judíos en la fundación de la Nueva España

Son fundamentales, son parte de la identidad, son parte de la construcción.

Fueron mercaderes, notarios, escribanos, participaron de todo, incluso comercio con esclavos, fueron una parte fundamental y desgraciadamente es hasta ahorita, 500 años después, que estamos pudiendo reconocer este papel: en los textos, en los libros, vemos cómo estos personajes que defendieron su fe porque, al final de cuentas, fue un fervor religioso en España; y aquí, es un fervor religioso católico, es fervor religioso también judío, que les permitió morir haciendo Kidush Hashem.