Enlace Judío México e Israel- De acuerdo con el folclor judío, el primer hombre, Adán tuvo dos esposas.  Lilith fue la primera y fue expulsada del Edén porque durante el acto sexual no quiso estar debajo de él debido a que ella decía que habían sido creados iguales, los dos de la tierra y a semejanza de Dios.

La leyenda de Lilith

En el versículo 27 del primer capítulo del primer libro de la Biblia, el Génesis, se lee: “Y creó Dios al Hombre a Su propia imagen. A la imagen de Dios lo creó. Los creó macho y hembra”

Más delante, en los versículos 21, 22 y 23 del segundo capítulo se lee; “Y provocó Dios el Eterno, un profundo sueño al hombre, que se durmió. Luego tomó una de sus costillas y cerró con carne su lugar. Y convirtió la costilla que había tomado del hombre en una mujer y la trajo ante el hombre. Entonces dijo el hombre “Esta es por fin hueso de mis huesos y carne de mi carne. Será llamada Mujer (Eva) por que fue sacada del varón”.

Muchos siglos después, estudiosos de la Biblia dieron diversas interpretaciones a esta aparente contradicción del libro sagrado.

El Yalqut Reubeni (Colección de Rubén) es un conjunto de tradiciones orales, midrashim del siglo XVII del rabino Reuben Hoschke Kohen impresa por primera vez en Praga en 1660.  La colección incluye ampliaciones de leyendas rabínicas, entre ellas, la de Lilith, que fue el nombre que se le dio a la primera esposa de Adán.

Según este libro, Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura acostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de ti? – preguntaba – Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual. Fuimos hechos iguales y debemos hacerlo iguales.”

Frente a esto, Adán se encolerizó y trató de forzarla. Lilith, ante esta situación, cometió el pecado de pronunciar el nombre de Dios.

Por esto, salió del paraíso y fue al Mar Rojo, donde vivía una multitud de demonios. Ahí se unió con Satán, también llamado Samael, o  Asmodeo, dando a luz a toda una estirpe demoníaca, pasando a ser conocida como la madre de todos ellos. Dios, preocupado por el paradero de Lilith, mandó en su búsqueda a tres ángeles para que la llevaran de vuelta al paraíso: Senoi, Sansenoi y Semangelof.

Estos ángeles encontraron lo que Lilith había hecho y le transmitieron el mensaje de Dios, diciendo que habían ido en su búsqueda para devolverla al paraíso junto a Dios y su esposo. Ella se negó a regresar con los tres ángeles y su marido, desobedeciendo la orden de Dios, por lo que, como castigo, fue condenada a que cien de sus hijos murieran cada día hasta el fin de los tiempos. Ella no se sometió, respondió con furia, advirtiendo lo que haría si cumplen su amenaza: “Mataré a los hijos de los hombres, los niños estarán bajo el peligro de mi ira por ocho días tras su nacimiento y las niñas por veinte”.

Lady Lilith, (1867), por Dante Gabriel Rossetti (1828-1882). Metropolitan Museum of Art, Nueva York.
Lady Lilith, (1867), por Dante Gabriel Rossetti (1828-1882). Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

La transformación de Lilith

A partir de ese momento, Lilith pasó a convertirse en un ser cruel e insaciable a quien se culpa de las muertes de neonatos. Da su juramento de no dañar a ningún niño que llevase el nombre de alguno de los arcángeles, de donde proviene la costumbre de proteger de ella a los recién nacidos mediante un amuleto que contiene el nombre de los tres ángeles que Dios mandó que la buscaran.

En la actualidad, en sitios de comunidades ultraortodoxas como Meah Shearim en Jerusalem, pueden comprarse amuletos para este fin. El texto de un amuleto típico se puede encontrar en el texto medieval Sefer Raziel

No hay la certeza de que el nombre de Lilith aparezca en la Biblia. En Isaías 34:14: “Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso”, “פגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃”. Sin embargo, no está claro si se refiere a Lilith a la Lechuza o a un ave que grazna

Lilith aparece en antiguas leyendas mesopotámicas, desde El Poema de Gilgamesh del siglo 21 A. E. C. en Sumeria.

Así, como la primera mujer libre e independiente de la literatura, pasó, según las mitologías escritas por hombres, a ser madre de los demonios y de todas las cosas “repugnantes”

La mujer, inductora del pecado

Desde la perspectiva actual, esa narrativa tuvo como fin denostar, convertir en un ser malvado o indigno al arquetipo de una deidad femenina, empoderada sexualmente, y defensora ferviente de una igualdad de género. La no sumisión femenina, presente en muchas mitologías y religiones se enfrenta así a tradiciones de origen patriarcal para las que su comportamiento libre e igualitario adquiere tintes negativos y pecaminosos. La mujer se convierte entonces en el oponente, el “enemigo”, la causante de la desgracia del hombre; la inductora del pecado, y, por supuesto, el demonio mismo.

Esta leyenda presenta dos modelos de mujer, una, Eva, sometida y dedicada al hogar, a su marido y a la voluntad de Dios, y otra, Lilith, malvada, una mujer promiscua que no acepta la autoridad de su esposo, que se rebela contra los designios divinos.

Además, no solo contrapone estos dos modelos femeninos, sino que hacer ver el castigo que puede llegarle a la mujer de no someterse a estos cánones y de no obedecer la voluntad de su marido y de Dios, es decir, intenta perpetuar un sistema de dominación, de lo que es ser una buena y una mala mujer a la vista de Dios y de los hombres.

Para Lilith, la conciencia de igualdad no solamente era muy alta, era un don natural, un proceso. Nada menos que eso hubiera sido aceptable, sería antinatural. No acudió a Dios para que arreglara su relación con Adán. Por lo contrario, asumió el máximo riesgo a fin de retener su dignidad. Al decirle a Adán “no yaceré debajo de ti” y dejarlo, probó ser valiente y con decisión y aceptante de las consecuencias de su acción. Por su libertad e independencia, Lilith aceptó perder la comodidad y la seguridad del Edén y enfrentar la soledad y la exclusión de la sociedad. Se rehusó a ser cómplice de su propia victimización.

En el libro fundamental de la Cábala, el Zohar, en Zohar III.69a se encuentra una sorprendente leyenda, posterior a la destrucción de Templo y el exilio de la Shekinah, “La novia de Dios”. Dice: “Lilith se ofreció a Dios en lugar de su novia. Y tan disminuido estaba el estado de la existencia que Dios aceptó a Lilith como su consorte”

Según la tradición talmúdica, Lilith es una mujer seductora, de largos cabellos y cualquier hombre que duerma solo en su casa será apresado por ella. Es la causante de las eyaculaciones nocturnas de los hombres por tener sueños eróticos.

Lilith y Eva

Los estudiosos de la Biblia buscaron profundizar o inventar la historia de Lilith y así, se convirtió en el lado negativo de la mujer. Lilith es asertiva, seductora y, finalmente, destructiva; Eva es pasiva, fiel y apoyadora. En la Biblia y en escritos posteriores Lilith aparece con muchos, diferentes nombres; Obizuth, La reina de Saba, Agrat bat Mahalath, etc.

En un texto griego llamado El Testamento de Salomón, se menciona un compendio de demonios que se aparecían al conjuro del rey, quien es presentado como un hechicero.

Uno de ellos es, precisamente, Obizuth, quien se describe con características idénticas a las de Lilith. “Cuando yo, Salomón, escuché eso, me maravillé por su apariencia porque vi que su cuerpo estaba en la oscuridad total, pero su mirada era, al mismo tiempo, luminosa y alegre y su cabello estaba revuelto, como el de un dragón y todos sus miembros eran invisibles pero su voz era clara cuando me llegaba”. El nombre de Lilith puede derivar de lailah, la palabra hebrea para noche y el cabello de Lilith se dice, es negro.

La fecunda leyenda de Lilith, originada por una sola línea del Génesis tiene dos aspectos primarios: como la encarnación de la lujuria, Lilith lleva al pecado a hombres desprevenidos. Por otro lado, es una malvada que estrangula a infantes indefensos.

Así Lilith, es exiliada de la Tierra, cuando su sociedad con Adán es brutalmente destruida por el deseo de poder y control de él y ella desarrolla un espíritu independiente, enfrenta sus miedos y derrota a sus demonios.

En el judaísmo no se cree en el bien o el mal fuera de la esfera de la intención de Dios. Por esto, la expulsión no se puede atribuir a la voluntad de Lilith ni de Satán.

Los místicos razonaron que, de alguna manera, esos desastres deberían de contener una intención divina. Y esa intención sería la Redención. De esta manera, Lilith se convirtió, involuntariamente, una colaboradora en el plan divino. Marcada por Dios como la tentadora eterna, ella, como Satán en el Libro de Job, definirá la valía del Hombre (de los humanos) en el Día del Juicio y en la Era Mesiánica.

Así, Lilith es la antítesis de Eva para la eternidad, se convierte en su ejemplo oscuro. Es lo que debemos evitar para no prolongar el infierno de la expulsión. De otro modo, nos arriesgamos a ser expulsados para siempre del Edén, de Sfarad, de todos lados, como Lilith fue expulsada del Edén.

Al final, Lilith permanece firme dentro del plan divino, como una incuestionable y leal sirviente de Dios.

Fuente de inspiración

La leyenda de Lilith ha sido fuente de inspiración en todas las artes; en la pintura, en la literatura, en el cine, hasta en los juegos electrónicos.

Desde 1976 se publica el Lilith Magazine cuyo lema es “INDEPENDIENTE, JUDÍA Y FRÁNCAMENTE FEMINISTA”

En 1988 se publicó una excelente recopilación de cuentos judíos de lo sobrenatural por Howard Schwartz, “LA CUEVA DE LILITH”, (LILITH’S CAVE) en donde 50 historias de terror exploran el lado oscuro de la naturaleza humana. Muchas de estas historias son variantes judías de mitos ancestrales

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“Lilith, mujer íntegra.

Y como tal, quería gozar, al igual que Adán,

De la vida y de todo lo que esta implicaba,

incluidos la sexualidad y el erotismo”.

 

Cuando soy buena, soy muy buena

Y cuando soy mala, soy todavía mejor.

Mae West


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