Enlace Judío – Esta semana que se inicia tiene una significación muy importante para Israel. Una variante del COVID-19 ha sido detectada y luego de las experiencias vividas desde la aparición y propagación del virus y sus distintas mutaciones y olas, las medidas a tomar y que están siendo tomadas no tienen mayores variantes. Como tampoco tienen variantes las reacciones ante las antipáticas medidas que el gobierno debe tomar. 

ELÍAS FARACHE

Cerrar el aeropuerto a extranjeros y procedencias de países rojos, aislamiento de viajeros que lleguen al país, cierres de establecimientos y limitación de aforos. Eventual suspensión de actividades en cualquiera de las áreas de vida cotidiana. Utilización de los servicios de seguridad para detectar infectados y su movilidad. Esto no tiene variantes. La oposición al gobierno, la misma que hasta hace poco era gobierno, critica las medidas y apunta a los daños que se hacen a la economía. Hace unos meses, la oposición de hoy era el gobierno que tomaba medidas similares, y el gobierno de hoy era la oposición que criticaba aquellas medidas que son las mismas se toman hoy, palabras más palabras menos. Sin variantes mayores.

Esta semana se reinician las negociaciones tendientes a lograr reactivar el acuerdo con Irán respecto a su programa nuclear. La posición de EE. UU. parece ser muy complaciente, la de Irán muy agresiva. De nuevo, se pone la sobre la mesa lo malo y lo peor. Para algunos es mejor un mal acuerdo que ningún acuerdo, para otro es preferible ningún acuerdo a un mal acuerdo. Lo cierto de todo esto es que, la primera víctima en caso de un Irán nuclear con capacidades bélicas, es Israel. Y esto, la variante de la nueva fecha de negociaciones y de opciones, no ofrece mayores variantes para Israel.

Las garantías sentidas del mundo occidental y de los amigos de Israel en cuanto a que su derecho a la existencia y seguridad será respetado, constituyen declaraciones sinceras. Se basan en convicciones éticas y el respaldo a una nación que ha demostrado con creces su voluntad de ser parte importante y contribuyente al bienestar del mundo. Es un reconocimiento a la historia y los derechos del pueblo judío. Pero se basan en asumir que el sentido común y la lógica dictan que a un eventual Irán con capacidades nucleares bélicas no le interesa un conflicto ni un ataque a Israel. Solo que el sentido común no resulta tan común ni frecuente en los países y gobernantes de la zona.

Siendo esta la situación y tomando en cuenta las declaraciones que altos personeros de Irán han repetido por mucho tiempo, no hay variantes en cuanto a la situación. Como siempre, Israel se encuentra en soledad. La defensa de su población y su territorio, la responsabilidad misma de su supervivencia es asunto que le atañe sólo a Israel en última instancia. Una vez más, el mundo guarda un silencio cómplice o asume una pasividad que resulta en peligrosa permisividad. Israel no puede darse el lujo de correr riesgos, de asumir que acuerdos no vinculantes o posiciones de disuasión a posteriori han de garantizar su existencia. 

Sí. Se presenta una variante del COVID-19. Ante la misma no parecen haber variantes respecto las medidas a tomar. Se reinician los contactos con Irán para lograr reactivar un acuerdo, con la variante de una nueva administración en la Casa Blanca. Pero sin variantes en cuanto a la posición y riesgo que todo esto significa para Israel.

Y así vamos en la historia de los judíos. Se presentan nuevas situaciones, una que otra variante. Pero no hay variantes en cuanto a ser la eventual víctima de la sinrazón y el odio. Ni en cuanto a quien debe tomar las medidas de rigor, ni cuales son ellas. 

 


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