Enlace Judío – Un tribunal militar israelí sentenció este miércoles a dos cadenas perpetuas al palestino Muntasir Shalabi, que mató al israelí Yehuda Guetta, de 19 años, en un ataque a tiros desde un vehículo en Judea y Samaria (Cisjordania) el año pasado, informó The Times of Israel.

El Tribunal Militar de Ofer le dio a Shalani una cadena perpetua por el asesinato de Guetta, un estudiante de Yeshivá en el asentamiento de Itamar, y otra por el intento de asesinato de los amigos de Guetta que estaban con él en la parada de autobús y resultaron heridos en el ataque.

El panel de jueces, dirigido por el teniente general Meirav Hershkovitz-Yitzhaki, calificó las acciones de Shalabi de “crueles y a sangre fría”, y dijo que estuvo motivado por un “odio ardiente y un deseo de asesinar judíos”.

Los jueces también señalaron que el ataque fue premeditado y que Shalabi había estado entrenando para el atentado durante al menos un mes.

El tribunal también multó a Shalabi con un total 809,000 dólares.

La familia de Guetta, que había presionado por una sentencia más severa, dijo que la cadena perpetua no era suficiente.

“Nuestra Torá habla de la vida como un valor supremo, y quien la dañe merece la muerte”, dijo el padre de Guetta, Elisha, en un comunicado.

En agosto pasado, Shalabi fue condenado por homicidio intencional, varios cargos de intento de homicidio intencional y posesión de un arma y obstrucción a la justicia.

Shalabi condujo hasta la instersección Tapuaj en el norte de Judea y Samaria el 2 de mayo de 2021 y abrió fuego. El tiroteo hirió de muerte a Guetta, severamente a Benaya Peretz, de 19 años, de Beit She’an, y ligeramente a Amijai Hala, de 19 años y de Safed.

Según documentos judiciales, los fiscales dijeron que Shalabi había decidido llevar a cabo un ataque en el cruce un mes antes, pero lo pospuso dos veces porque no se sentía bien.

El día del ataque, condujo hasta el cruce con una pistola en el asiento del pasajero, escondida debajo de una alfombra de oración. Al detenerse junto a la parada del autobús, gritó “¡Allahu akbar!” (el árabe para “Dios es el más grande”) y abrió fuego, continuando disparando hasta que la pistola se atascó. Se marchó cuando los soldados que custodiaban el cruce abrieron fuego contra él.

Aunque resultó herido, escapó a la ciudad palestina de Aqraba, donde abandonó el automóvil, que luego fue incendiado por los lugareños cuando los soldados llegaron para apoderarse de él.

Shalabi estuvo ocultándose varios días antes de que agentes de la Unidad Especial de Policía de Israel y tropas de las FDI, actuando sobre la base de la inteligencia reunida por el Shin Bet, allanaran un edificio en la aldea de Silwad, cerca de Ramallah, y lo detuvieran. El arresto se produjo una hora después de que Guetta sucumbiera a sus heridas.

En respuesta al asesinato, las FDI demolieron la casa de la familia de Shalabi en Turmus Ayya, a pesar de las protestas por el hecho de que la organización de derechos humanos Hamoked dijo que durante 11 meses al año, Shalabi no vivía allí, ya que estaba separado de su esposa y solo se quedó en una habitación separada durante una visita anual de un mes.

Durante el resto del año residía en Estados Unidos donde también tenía la ciudadanía.

Hamoked había presentado una petición contra la demolición, señalando que Shalabi padecía una enfermedad mental, le habían recetado medicamentos antipsicóticos y había pasado un tiempo en un centro psiquiátrico en los últimos años.

La demolición también se encontró con el rechazo de Estados Unidos, que condenó la acción, e incluso llegó a decir que priorizarían presionar a Israel para que pusiera fin a la controvertida política de demoler las casas de los terroristas.

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