Enlace Judío – Israel no tiene límites geográficos ni con Ucrania ni con Rusia. Sin embargo, tiene fuertes vínculos históricos  y políticos con ambos países.

En Israel viven más de un millón de judíos de origen ruso. Israel se construyó en gran parte por la Aliá de Rusia. Hay un partido político en el gobierno que representa a esos inmigrantes y sus descendientes (Yisrael Beitenu). Los judíos rusos conforman un extracto social importante y su inserción fue -y es- difícil.

Por otro lado, el pueblo judío no olvida el antisemitismo zarista que produjo pogromos, restricciones de derechos, persecuciones y humillaciones sin fin. La revolución comunista no mejoró las cosas significativamente. Más bien buscó anular todo rastro de pertenencia nacional y religiosa hebrea.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, la situación de los judíos rusos fue compleja. Por un lado escapando de los nazis encontraron refugio en la URSS y por otro lado no pocos grupos comunistas antinazis asesinaron o entregaron judíos.

Aún así se agradece hasta hoy la liberación de Auschwitz por los soviéticos y el interesado reconocimiento soviético que esperaba que Israel se transforme en 1948 en un Estado satélite.  Eran los albores de la Guerra Fría. La URSS apoyó a los árabes en la guerra de los Seis Días y de Yom Kipur.

El estalinismo consolidado en el país no fue bueno para los judíos de posguerra y hubo limitaciones religiosas absolutas en las eras de Kruschev y Brezhnev. La desaparición de la URSS marcó el comienzo de relaciones interesantes entre Israel y Rusia que se fueron estrechando con el tiempo.

La llegada de Putín al poder en el 2000 llevó a un estrechamiento de relaciones entre los judíos rusos y el líder de ambiciones imperiales. Hay antisemitismo en Rusia pero Putin apoya abiertamente toda manifestación de vida judía. El estallido de la Primavera Árabe versión Siria en 2011, modificó notablemente las relaciones entre los dos países.

Aún con recelo, Israel necesito -y necesita de Putin- para combatir la presencia de Hezbolá y otras milicias pro-iraníes en la misma Siria ocupada parcialmente por las tropas rusas que siempre ambicionaron llegar al Mediterráneo.

Para Israel es crítico el sostenimiento de una política estrecha con Rusia que le permita a sus aviones seguir operando en la región contra objetivos islamistas que no pocas veces están cerca de bases rusas. Putin acepta esto de buen grado porque no le interesa la presencia islamista en Siria y porque sabe que así divide las lealtades entre Israel y los Estados Unidos.

Hay miles de judíos ucranianos en Israel. En la histórica Ucrania surgieron algunas de las corrientes judías más vigorosas de la historia de la creatividad judía. También el sionismo político tuvo sus raíces en Ucrania con en Rusia. Los judíos mismos estaban ya en Ucrania antes que este país surgiera.

Sin embargo el trato ucraniano hacia los judíos fue tan o más cruel que el zarismo ruso. Las matanzas de judíos de 1648 y 1649 provocadas por el hasta entonces hoy patriota nacional ucraniano, Bogdan Jmelnitzky, causaron la muerte atroz de 100,000 judíos de las regiones de Ucrania y Polonia.

Fue la masacre de judíos más importante desde la caída del Segundo Templo y hasta la Segunda Guerra Mundial cuando en los bosques de Babi Yar en dos noches fueron aniquilados 33,000 judíos del país a manos de los nazis pero con la colaboración de los ucranianos que fueron mucho más despiadados que los alemanes.

Durante los años 1917 y 1919, los nacionalistas ucranianos lucharon contra los comunistas. Los judíos pagaron un precio alto en vidas en ese entonces. Ucrania también sostiene relaciones muy buenas con Israel que fueron creciendo en el tiempo. El hecho que haya llegado al poder un presidente judío es auspicioso en un país violentamente antisemita hasta el día de hoy.

Cualquier toma de posición de Israel en el conflicto entre Ucrania y Rusia tendrá consecuencias negativas para Israel si elige volcarse para cualquiera de los dos bandos. El canciller ucraniano pidió armas a Israel. Si Israel entrega armas a Ucrania se le cerrarán los cielos sobre  Siria para atacar a los extremistas iraníes que ocupan parte del país y amenazan con cercar a Israel.  Si Israel toma una posición política pro activa en favor de Rusia, deteriorará las relaciones estrechas con Estados Unidos, ya tensas desde la derrota de Trump.

Por otro lado, las aspiraciones ocultas de Israel de tener apoyo de la OTAN en situaciones de contingencia con Irán, quedarán frustradas. Asi las cosas, Israel debe apostar a la neutralidad o apoyar un camino de negociaciones que distiendan el conflicto tan complejo. Israel no puede enfrentar más frentes.

 

*El autor es director de Comunidades Plus y corresponsal en Argentina de Enlace Judío


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