Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

Enlace Judío se une a la pena que embarga a la familia de

Josefina Shalkov de Kanarek Z”L

Falleció el jueves 10 de febrero del 2022

La levaye se llevó a cabo el jueves 10 de febrero del 2022
en el Bet Hajaim de la Kehilá, Anexo I.

Los rezos se llevarán a cabo en el Shul.

 HIJOS
Helen Kanarek
Isaac Kanarek
Alexander Kanarek

Que no sepan más de penas

Enlave Judío México e Israel-Un cartón de Guy Morad para Yedioth Ajaronoth

La policía israelí y Pegasus

Enlace Judío – El jefe del partido árabe israelí Ra’am, Mansour Abbas, dijo este jueves que él no usaría la palabra “apartheid” para describir las relaciones entre judíos y árabes dentro del país, informó la agencia AP.

Amnistía Internacional se sumó la semana pasada a otros dos grupos de derechos humanos para decir que las políticas de Israel hacia los palestinos dentro de sus fronteras y en los territorios ocupados equivalen a un apartheid.

Israel rechaza esas acusaciones como antisemitas y dice que, entre otras cosas, ignoran los derechos y libertades que disfrutan sus ciudadanos árabes.

“Yo no lo llamaría apartheid”, dijo Mansour Abbas en respuesta a una pregunta en un evento en línea organizado por el Washington Institute for Near East Policy, un grupo de expertos con sede en D.C.

Señaló que estaba en la coalición de gobierno de Israel y podría unirse al propio gobierno si quisiera.

“Prefiero describir la realidad de manera objetiva”, agregó, según la traducción al inglés de sus comentarios, que pronunció en hebreo. “Si hay discriminación en un campo determinado, entonces diremos que hay discriminación en ese campo específico”.

No obstante, no expresó si cree que el término se aplica en Judea y Samaria (Cisjordania), donde más de 2.5 millones de palestinos viven bajo el gobierno militar israelí junto con casi 500,000 colonos judíos con ciudadanía israelí.

Israel capturó el territorio en la guerra de los Seis Días de 1967 y los palestinos quieren que forme parte principal de su futuro Estado.

Los árabes constituyen alrededor del 20% de la población de Israel de casi 9.5 millones. Tienen ciudadanía, incluido el derecho al voto, y tienen una importante presencia en la profesión médica y las universidades, entre otros campos.

Tienen estrechos lazos familiares con los palestinos de Judea y Samaria y la Franja de Gaza y se identifican en gran medida con su causa. Históricamente, se negaron a unirse a coaliciones y no fueron invitados a hacerlo.

Los grupos de derechos dicen que Israel solo otorga ciudadanía a una minoría de los palestinos bajo su control en un sistema general diseñado para garantizar una mayoría judía en la región.

Israel ve tales acusaciones como un ataque a su propia existencia y dice que sus políticas están diseñadas para garantizar la supervivencia y el bienestar del único Estado judío del mundo.

Abbas dijo que se enfoca en unir a judíos y árabes para abordar los desafíos sociales y económicos.

“Por lo general trato de no juzgar, no trato de decir que eres racista o que el estado es racista, o que este es un Estado de apartheid o no un Estado de apartheid”, dijo Abbas. “Mi papel como líder político es tratar de cerrar las brechas.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Enlace Judío México e Israel- Si aún no has visitado el Museo Memoria y Tolerancia, te pierdes de una gran experiencia.

“La conciencia no se crea haciéndote sufrir: se crea haciéndote pensar”, dice Sharon Zaga, co creadora y fundadora del Museo.

Si te gusta pensar y obtener conocimiento y conciencia de algunos capítulos importantes de la historia de la humanidad, la visita a Plaza Juárez, Centro Histórico frente al Hemiciclo Juárez, es indispensable.

Puedes adquirir tus boletos aquí.

El Museo Memoria y Tolerancia es el resultado de la pasión juvenil de una mujer que supo convertir el dolor en acción, con el objetivo de mover conciencias. La protagonista de esta historia, Sharon Zaga, conversó por casi hora y media con “Oso” Trava, para el Cracks Podcast, en una entrevista memorable que retomamos para nuestros usuarios.

A los 15 años, Sharon Zaga había leído 50 libros sobre el Holocausto. En el proceso, pasó de ser una mala estudiante a convertirse en un especie de ratón de biblioteca, una chica “rara”, obsesionada con un tema doloroso que otros muchachos preferían no abordar.

Pero eso no fue siempre así. Una conversación con su tía abuela, sobreviviente del campo de exterminio de Auschwitz, y víctima directa un experimento monstruoso de Josef Mengele, sembró en ella una semilla que, años más tarde, germinaría en la forma de uno de los recintos culturales más celebrados de México: el Museo Memoria y Tolerancia.

Sobre el origen de esta obsesión, la forma de materializarla en un museo y el aprendizaje que en el proceso ella y su compañera Milly Cohen han obtenido, conversó largamente la activista con el presentador “Oso” Trava, para Cracks Podcast.

Zaga narró cómo, a los 15 años, formó parte de un grupo de miles de jóvenes que visitaron Polonia para participar en la Marcha de la Vida. Confesó que, al igual que los otros jóvenes, tuvo que hacerse un examen psicológico para determinar si era apta o no para ir al perturbador evento.

A diferencia de todos los otros, ella no pasó el examen. Lo recuerda riendo con esa espontaneidad contagiosa que la caracteriza. Habla de un profesor de su escuela que abogó por ella, que dijo “esta niña merece estar ahí”, y comparte algunas de las emociones que vivió al hacer el recorrido que durante el Holocausto llevó a cientos de miles de personas hacia la muerte.

“Yo hoy pienso que me hubiera gustado, quizá, hacerlo más grande. (A esa edad) no tienes la madurez o la capacidad de estar frente a una fábrica de muerte, es algo complejo, muy difícil de digerir. A ninguna, la verdad, es un lugar con una energía terrible.”

Sobre esa “energía”, Zaga hablará más tarde para explicar cómo obtuvo para el MMyT su pieza más emblemática,  y por qué era importante hacerlo. Pero antes, dirá que salió de Polonia “muy afectada. Me sentía orgullosa de poder hacerlo. Me costó trabajo poder llegar. Estábamos en medio de una guerra, la Guerra del Golfo, y había muchas dudas de todos los padres, de dejarnos ir. Pero realmente lo viví con toda la profundidad de mi ser.”

Fue una experiencia transformadora. “Y cuando regresé, estaba en la escuela, en una ceremonia, y ahí dije ‘yo voy a hacer un museo’.” Tenía 16 años, la edad en la que cualquier chico o cualquier chica se compromete con proyectos que jamás realizará. “Yo voy a ir a la luna” o “voy a ser presidente”. En su caso, sin embargo, la determinación era tan fuerte y tan real que, años después, se convertiría en un espacio referencial sobre la empatía, la aceptación y la convivencia entre diferentes.

Un museo en casa

De Polonia, Sharon Zaga volvió con el alma tocada, un puñado de tierra del campo de exterminio y un montón de materiales, documentos y hasta souvenirs que, años después, servirían para montar en su casa un pequeño museo. El ancestro de lo que hoy se encuentra junto a la Secretaría de Relaciones Exteriores, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México.

“Lo hablé cinco años: ‘voy a hacer un museo, voy a hacer un museo’… Me casé a los 18 años, muy joven. Empecé a tener hijos a los 19. Ya era una ama de casa, estaba enfocada en una vida tradicional de tener hijos y ser ama de casa. Pero no dejaba de repetir lo mismo”, recuerda.

“Un día hice un museo en mi casa, es lo que podía hacer.” Ya desde entonces, a Zaga se le ocurrió que, además del Holocausto, debía de hablar de otras tragedias, de otros genocidios, y se volvió una estudiosa del tema.

Reunió los materiales que había acumulado hasta entonces “incluí desde ese momento otras tragedias, e invité a grupos culturales, porque era en mi casa, no es que pudiera poner afuera ‘pasen al museo’ y a ver quién entraba.”

Una de las visitantes al pequeño museo que Zaga montó en su casa fue Milly Cohen. “La conocí en mi conferencia de mi museíto en mi casa”, recuerda riendo. Venían grupos culturales y yo no sabía quiénes eran. Entonces, pensé que ella era parte de esos grupos, pero ella estaba buscando… Ella fue justamente al mismo viaje, 10 años después que yo, y regresó con las ganas de ser guía en Auschwitz. Que todavía estaba peor que yo. Nunca me atrevería a regresar. Se sentó en ese grupo, se acercó al final y me dijo ‘yo quiero trabajar contigo’.”

Cohen se ofreció como voluntaria “24/7”, incluso le dijo que podría dejar su carrera de Relaciones internacionales si Zaga lo consideraba necesario. “Ese era su nivel de compromiso.”

Apenas tenía 21 años cuando su padre la confrontó. “¿En serio quieres hacer esto?, le dijo. Y ella, decidida, respondió afirmativamente. Entonces, su padre, quien fue un apoyo constante par ella, le consiguió una cita con el filántropo judío max Shein, un hombre que por entonces ya tenía 90 años de edad.

Zaga narra cómo, en poco tiempo, tuvo que armar un pequeño proyecto para mostrarle al empresario. Entre quienes la ayudaron se encontraba el mismo maestro que, años antes, había intercedido por ella para que la dejaran participar en la Marcha de la Vida. Con él comenzó a pergeñar nombres para la institución. Así surgió Museo Memoria y Tolerancia, que quedó escrito en una servilleta.

Cuando al fin se halló frente a Shein, Zaga le mostró su precario proyecto. “Voy a hacer un museo que hable de la dignidad humana. Eso fue lo primero que dije y no sé ni siquiera de dónde me salió esa palabra”, recuerda. Narra cómo también habló de cifras. “Yo le dije que (el museo que tenía pensado) iba a costar dos millones de dólares. Pero no sabía ni en dónde ni cómo ni en qué terreno. Así, con Esa facilidad di esa cifra…”

Se trataba de una muy joven mujer que pedía una cifra estratosférica para realizar un proyecto impreciso. “Y él me dijo: ‘no me gusta que la gente salga de mi oficina sin nada. Te voy a dar $20,000 pesos’.” El padre de Sharon Zaga intervino: “No es necesario, vamos a volver con el proyecto bien hecho para que, entonces sí, puedas hacer una donación.”

La siguiente vez que Zaga volvió a ese despacho, Max Shein ya había muerto y el Museo Memoria y Tolerancia estaba por abrir sus puertas.

No se trata del Holocausto

“¿En qué momento deja de ser un proyecto exclusivo del Holocausto?”, pregunta Trava, quien no deja de sonreír, afirmar y torcer el gesto ante cada anécdota y declaración de su entrevistada.

“Había un curso en la Anáhuac que se llamaba ‘Otros genocidios’, en el cual me invitaron a participar. Porque, obviamente, yo empecé a estudiar el tema del genocidio, no nomás del Holocausto, y eso te abre una perspectiva enorme, al entender realmente qué es lo que aprendes de un genocidio. La capacidad destructiva que tenemos los seres humanos.”

Sobre esto ha hablado Zaga antes. “Un evento histórico no representa nada, puede ser un evento aislado. Cuando un evento se repite y forma parte de la biopsia de la humanidad, ya es un aprendizaje de lo que tenemos dentro los seres humanos.”

Es decir, para Zaga, los genocidios hablan de nuestra capacidad de convertirnos en monstruos, de infligir dolor a otros, de ser despiadados. Ese es el aprendizaje y de eso nos urge a hacernos conscientes mientras recorremos las instalaciones del MMyT.

“Hay muchos casos de genocidio. Particularmente reconocidos, siete. Siete veces donde han muerto millones de personas por ser distintas”, dice. Las leyes internacionales exigen que se pruebe que no hay otra intención detrás de un asesinato masivo que el exterminio de un grupo de personas con características compartidas.

“Es destruirte por ser quien eres. Esa es la tipificación de un genocidio.” Es matar “a un grupo étnico, nacional, racial o religioso.” Por eso,  un genocidio “es el crimen de crímenes. Es el crimen del odio.”

Entonces “me cayó el veinte (de que un genocidio) no tiene que ver con la historia. No tiene que ver con Hitler, no tiene que ver con los judíos. Tiene que ver con los seres humanos. Que tenemos esta capacidad que sale tan fácil que te da miedo.”

Sharon cuenta cómo cierto día fue invitada a dar una conferencia sobre el genocidio de Ruanda en la Universidad Anáhuac. Recuerda que tenía la edad de los chicos para quienes hablaría, y que estaba nerviosa. Casualmente, escuchó a algunos hablar antes del evento y comentar, sin saber que ella estudiaba, lo hartos que estaban de escuchar sobre esos temas.

Entonces decidió que, en vez de dar una cátedra, conversaría con los estudiantes. ¿Qué sienten ustedes cuando oyen hablar del Holocausto y otros genocidios?, quiso saber. Uno de ellos respondió, palabras más o menos, que “me estoy comiendo mi torta en el recreo y se me atraganta. No entiendo qué quieren de mí.”

“La conciencia no se crea haciéndote sufrir: se crea haciéndote pensar”, dice Zaga, y recuerda que “ahí empezó realmente mi pasión, cuando me dijo este chavo ‘no entiendo qué es lo que quieren de mí’.”

El MMyT requiere mucho del visitante. No se trata del estómago para resistir el encuentro con las escenas más horrorosas imaginables, sino de la mente, de la conciencia dispuesta a perturbarse, a cuestionarse y a transformar las acciones de los individuos que la portan.

El peor nombre del mundo

“El nombre del museo es el peor nombre. Hicimos muchas pruebas y todos los mercadólogos nos decían ‘no funciona ese nombre’”, recuerda riendo con su entrevistador, que coincide.

Sharon y su equipo ensayaron diversas opciones: “Museo blanco”, “Museo de la paz”, “De la Justicia”… pero ninguno se sentía como el nombre correcto.  “La palabra tolerancia es mal entendida. En México se percibe como el efecto de soportar, aguantar, conceder (…). La tolerancia es relacionarnos armónicamente, a pesar de nuestras diferencias.”

Para Zaga, “cuando tú hablas de justicia, de respeto, de aprecio a la diversidad, todo eso lo engloba esa palabra.” Cuando el Dalai Lama acudió al museo, meses después de su inauguración, dijo “no me gusta la palabra tolerancia pero nunca he encontrado una mejor.”

Eso reforzó su convicción de que el museo debía conservar su nombre. También la de que millones de personas que visitaran el sitio tenían que salir de ahí diciendo “soy tolerante porque respeto, aprecio la diferencia.”

Pero entre la concepción del museo y su realización pasaron años de grandes esfuerzos. “¡En qué problema te estás metiendo!”, le decía su madre a Sharon Zaga, una ama de casa judía tradicional, cuando vio que comenzaba a conseguir fondos.

Zaga invirtió cada donativo desde el comienzo para arrancar la obra, aún sin tener certeza de si lograría conseguir los fondos completos que le permitirían terminarla. En una reunión le comunicaron que había un problema con la obra y que necesitaría cuatro millones de dólares adicionales, “y me desmayé.”

Sin embargo, por alguna razón, no tenía miedo. “No tenía duda que este museo iba a pasar. Yo me sentía como una aplanadora”, cuenta con orgullo.

Conseguir los fondos fue una odisea. La gente de la comunidad judía no entendía el proyecto. “No es un museo del Holocausto”, replicaban. Las empresas no querían ver asociadas sus marcas al tema del genocidio.

Pero “creíamos tanto en esto que se transmitía esa pasión. Nunca nos donaron por entender bien el proyecto. De hecho, el señor Harp me dijo: ‘No entendí bien ni qué es lo que van a hacer pero hay algo que tienen ustedes dos que me hace creerles.’ Eso me contestó y yo dije ‘bueno, pues con eso es suficiente’.”

Cuando luego de años de ser invitado al museo, el empresario al fin acudió, “salió extasiado”. No había imaginado en qué se usaría la importante aportación económica que hizo al proyecto.

“Soy una persona muy perseverante”, dice para responder a la pregunta que cualquiera se haría: ¿cómo le hacías para llegar a toda esta gente?.

No es una persona muy sociable pero si era necesario hacerle la plática a personas allegadas a posibles donantes, lo hacía. Su padre, un hombre muy respetado, también le ayudaba.

Ella solo pedía 15 minutos del tiempo y la atención de cada posible donador. Si recibía una negativa, salía satisfecha. “Eso me ayudó mucho.”

Marcos Katz, su cardiólogo y un millón de dólares

“Mira, yo no creo en los museos del Holocausto. Soy sobreviviente y mi historia nunca ha hecho que alguien cambie sus ideas. Al contrario, me ven con recelo.” Esa fue la respuesta que Zaga recibió del empresario y filántropo Marcos Katz, cuando después de una perseverante búsqueda, la activista logró reunirse con él para exponerle el proyecto.

Los 15 minutos que le concedió se extinguieron, no así sus esperanzas. “Tengo que ir al cardiólogo”, le dijo Katz. “¿Le molesta si lo acompaño?”, replicó ella. Y sí, según cuenta, le molestaba, pero aceptó. En el auto volvieron a hablar del tema pero Katz no parecía cambiar de opinión.

Luego llegaron hasta el consultorio y ella, tenaz, lo esperó afuera por más de una hora. “Deme 15 minutos más”, suplicó. Katz aceptó. Zaga recuerda que lloró mientras le ofrecía a aquel hombre un discurso apasionado. “Yo me he sentado con sobrevivientes (del Holocausto) y les he jurado que voy a hablar de su memoria para que nunca más nadie sufra un genocidio, sufra injusticia, sufra dolor… Y en ese momento, ya no sé exactamente qué dije, me detuvo y me dijo ‘te voy a donar un millón de dólares’.”

No había a su lado nadie con quién festejar, tampoco nadie que disipara sus dudas. “¿Y si cambia de opinión?”, se atormentaba. Pero “A la semana tenía el dinero, compramos la casa, fue un sueño, la verdad.”

Se refiere a una vieja casa de la colonia Condesa, en la Ciudad de México, que se convertiría en la primera sede del MMyT. Pero el proyecto fue siempre más grande que el espacio que lo contenía, y debió ampliarse con el tiempo hasta ocupar su actual ubicación, al lado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En cada fase del proyecto, la pasión de Zaga, a menudo acompañada de la de Cohen, consiguió el apoyo de arquitectos, ingenieros y hasta tesoreros honorarios que debían figurar en una lista que ella presentaba a potenciales donadores. Todo estaba en el aire. Nada era real, salvo la pasión y la determinación de esa chica judía que tenía claro que su misión en la vida era crear el MMyT.

Su vida personal resintió los efectos de su obsesión. Aunque no se lo atribuye a eso, cuenta que, tras nueve años de matrimonio, se divorció. El día de la inauguración del MMyT, su exmarido estaba en primera fila, llorando, incrédulo. “¡Pasó! ¡Lo hiciste…!”

Y sí, lo hizo, lo sigue haciendo cada día. Lo hace ahora mismo, mientras el MMyT resiste el embate de la pandemia, que supuso un desplome total de las visitas al recinto y que hoy enfrenta grandes dificultades económicas.

La energía de los objetos

El vagón de un transporte original de los campos de exterminio es la pieza más recordada por los visitantes al MMyT. Sobre cómo lo obtuvo, Zaga cuenta una historia entrañable. Pero más importante aún es entender por qué era importante que dicho objeto figurara entre las paredes de museo.

“Yo creo en la energía de las cosas. Soy una creyente en la energía de la gente, de los objetos, y eso era, era traer la energía de un objeto emblemático que representa ese trayecto al exterminio.”

En esos vagones, dice, comenzaba el proceso de deshumanización de quienes serían exterminados días o semanas más tarde. En el hacinamiento, la asfixia y la denigración de un transporte diseñado para ganado, súbitamente atestado de mujeres, niños, ancianos y hombres que, poco después, serían torturados, asesinados y convertidos en humo.

Durante 8 años, Zaga escribió distintas versiones de la misma carta al gobierno alemán, solicitándoles la donación de uno de esos vagones. Las negativas que le ofrecían eran diversas pero consistentes.

Confía que tuvo que mentir para tratar de convencerlos. Les dijo que la UNAM llevaría a mil visitantes al día, pero ellos, metódicos alemanes al fin y al cabo, querían ver pruebas. Y como la casa de la Condesa no tenía espacio ni para recibir a mil visitantes al día ni para albergar un vagón de tren, se negaron.

Pero cuando al fin el MMyT consiguió un nuevo terreno, un nuevo edificio y la complicidad de la SRE, las autoridades alemanas al fin cedieron. Hoy, ese vagón puede visitarse. Quien entra en él, dice Zaga y coincide su entrevistador, puede sentir la energía de la muerte.

Rodeada, inmersa en dicha energía, Zaga ha pasado toda su juventud. Sin embargo, dice que no está amargada y que no tiene grietas en el alma. “Tengo la fortuna más grande de conocer sobrevivientes de todos los genocidios. Con la tragedia más grande a cuesta (…). Me decía un sobreviviente de Ruanda: ‘no tengo tiempo que perder. No tengo ni un segundo para perder porque ya perdí todo’.”

La resiliencia que encontró en los sobrevivientes la hizo sentir afortunada, y tiene claro que “el dolor te hace crecer, pero no tiene que ser el tuyo”. Y esa es la visión con la que el Museo Memoria y Tolerancia opera, esa es su verdadera vocación, la de sacudir y transformar a través de la comprensión y el entendimiento del dolor ajeno.

Un sobreviviente del genocidio de Ruanda le enseñó a Sharon Zaga que el perdón es una fuerza fundamental para sanar el dolor. Otra fuerza, una muy poderosa. Un “chavo banda” que visitó el museo, a su vez, la instruyó sobre la libertad, y como esta, en comparación con la opresión, significa todo para quien no tiene nada.

Por el MMyT han desfilado premios Nobel de la Paz, dignatarios, descendientes de nazis y de sobrevivientes del Holocausto. Gente de toda notoriedad y miles y miles de personas totalmente anónimas. Y mientras la leyenda del museo se sigue edificando, Zaga sigue aprendiendo.

Y también transmite lo que ha aprendido. Lo hace con sinceridad y emoción. Lo hace sin temor a que su voz se quiebre un poco a media entrevista. Y lo hace para explicar por qué el dolor no la destruye, para explicar la fórmula que permite que quienes visitan hospitales para niños con cáncer, o casas del migrante, o cualquier otro sitio donde las peores formas del dolor humano pueden palparse, sigan en pie y sonriendo.

La fórmula para que estar en contacto con el sufrimiento no provoque dolor es actuar. “En el momento en que empiezas a hacer algo, desaparece el dolor.”

Los activistas no sienten dolor porque están actuando para combatir las injusticias, para mitigar el dolor de los otros. “El dolor duele cuando te quedas mudo, cuando te quedas de testigo”, dice.  “No le tengan miedo al dolor, a lo que te representa sentir.”

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

 

 

 

 

 

Auspiciado por la Cámara de Comercio México-Israel

Enlace Judío – La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, hizo una visita oficial en Israel. Durante su encuentro con Naftali Bennett, el primer ministro le enfatizó que continuar alargando las negociaciones en Viena solo sirve a los intereses de Irán y le reafirmó la posición de Jerusalén de que una revitalización del acuerdo nuclear podría poner en peligro al Medio Oriente. Baerbock también tuvo un encuentro con el canciller Yair Lapid y posteriormente, en Ramallah, con el presidente palestino, Mahmoud Abbas.

La compañía israelí NSO, responsable del controversial software espía Pegasus, amenazó con emprender acciones legales contra el periódico israelí Calcalist, que ha revelado en reportajes recientes un presunto uso ilegal de la tecnología por la policía israelí, lo que ha causado gran revuelo en Israel. El reclamo se centra en un nuevo reportaje de este jueves en el que el rotativo asegura que NSO presuntamente permite a sus clientes ocultar evidencia de que llegaron a usar la tecnología, algo que la compañía señaló como falso y perjudicial para la empresa.

Un estudio israelí publicado este jueves indicó que la vacuna contra COVID-19 de Pfizer es completamente segura para los fetos de las mujeres embarazadas y que no se halló evidencia alguna de un efecto perjudicial en los recién nacidos. El estudio se realizó entre marzo y octubre del año pasado y examinó a 17 mil mujeres embarazadas y 7 mil que no lo estaban.

El bloque de partidos de derecha de la oposición israelí anunció un boicot en contra de la estación de radio Galei Tzahal, luego de que la cadena de radiodifusión removió de un programa al comentarista Yaakov Bardugo, un ferviente simpatizante de Benjamín Netanyahu. Bardugo acusó que su destitución se trata de una acción ordenada por el gobierno de Bennett para silenciarlo y un ataque a la libertad de expresión, mientras que Netanyahu lo calificó como un “pisoteo de la democracia por parte de la izquierda”.

Un día después de ser rechazado duramente por el organismo comunitario inglés Junta de Diputados de los Judíos Británicos, el legislador israelí Bezalel Smotrich, jefe del partido de extrema derecha Hatzionut Hadatit, desdeñó a la organización como “un pequeño grupo” que buscó silenciarlo. Otros organismos judíos británicos como Bnei Akiva UK y Mizrahi UK se abstuvieron de rechazarlo, pero enfatizaron estar alejados de las controversiales posturas de Smotrich. En Israel, el ministro de Asuntos de la Diáspora, Nachman Shai, respaldó el rechazo de la Junta hacia Smotrich, quien no obstante fue defendido por sus copartidarios de Hatzionut Hadatit y por el Likud.

El Canal 13 israelí reportó que un oficial de la Marina israelí pronto asumiría el cargo de enlace con la Quinta Flota de Estados Unidos en Baréin, la primera vez que un oficial militar israelí se establecería en un país árabe.

 

Información sobre la Cámara de Comercio México-Israel en: [email protected]


Selección de noticias y guion: Germán Gómez

Locución y realización: David Crespo Neira

Enlace Judío – Las vacunas contra COVID-19 de Pfizer son completamente seguras para los fetos de mujeres embarazadas y no se asociaron con ningún resultado dañino para los recién nacidos, según un estudio israelí publicado este jueves, informó The Times of Israel.

El estudio examinó a 17,000 mujeres embarazadas que fueron vacunadas, así como a 7,000 que no, entre marzo y octubre de 2021, utilizando datos proporcionados por el servicio de salud Maccabi de Israel, el más grande del país.

Los investigadores observaron los nacimientos prematuros, las hospitalizaciones, los defectos congénitos y la mortalidad infantil, y no encontraron diferencias significativas entre los dos grupos en ninguna área.

La mortalidad infantil se situó en el 0.1% en ambos grupos; los partos prematuros fueron del 4.2% para los bebés cuyas madres estaban vacunadas y del 4.8 % para aquellos cuyas madres no lo estaban; los defectos fueron del 1.5% para los expuestos a la vacuna y del 2.1% para los que no; y las hospitalizaciones en recién nacidos fueron del 5.1% para las madres vacunadas y del 5.3% para las no vacunadas.

El estudio mostró que los hallazgos también eran ciertos en 2,000 recién nacidos cuyas madres fueron vacunadas en el primer trimestre, considerado el período más sensible para los fetos.

El estudio fue publicado en la revista médica revisada por pares JAMA Pediatrics.

Los ensayos clínicos iniciales de la vacuna Pfizer-BioNTech no incluyeron mujeres embarazadas o lactantes. A pesar de la falta de datos, el Ministerio de Salud de Israel aconsejó el año pasado que las mujeres embarazadas se vacunen contra el coronavirus después de que varias mujeres embarazadas enfermaran gravemente. Las autoridades de salud de muchas naciones también hicieron lo mismo.

Las cifras del Ministerio de Salud mostraron que de la población de Israel de 9.5 millones, 6.6 millones han recibido al menos una dosis de la vacuna, de los cuales 6.1 millones han recibido dos y 4.4 millones una tercera dosis de refuerzo. También hay 684,848 que han recibido una cuarta dosis, puesta a disposición de ancianos, personal médico, personal militar y grupos de riesgo.

Según los datos del ministerio publicados el jueves por la noche, el número de pacientes graves se ha mantenido durante la disminución gradual de la morbilidad en los últimos días, situándose en 1,111. El domingo pasado se registró el mayor número de casos graves desde el inicio de la pandemia, 1,263. De los que están en estado grave, 264 están intubados a ventilación mecánica.

En total, 2,479 personas están hospitalizadas con COVID-19, de las cuales 346 se encuentran en estado crítico, según datos del ministerio.

El ministerio dijo que los casos graves eran mucho más comunes entre los no vacunados. Entre los pacientes de 60 años o más que no estaban vacunados, hay 387.5 casos graves por cada 100,000 personas, en comparación con solo 31.3 entre sus pares vacunados.

El miércoles se diagnosticaron 36,858 nuevos casos de coronavirus, lo que eleva el número total de casos activos a 326,756.

Con unas 155,000 pruebas realizadas el miércoles, la tasa de positividad de las pruebas se situó en el 25.13%, un ligero aumento con respecto al día anterior pero aún inferior al sábado, cuando el país registró su tasa de positividad más alta desde el comienzo de la pandemia, un 28.88%.

La tasa de transmisión (que mide el número promedio de personas a las que cada persona infectada transmite el virus) siguió cayendo, alcanzando un valor de 0.77, su cifra más baja desde octubre.

La tasa de transmisión se basa en datos de 10 días antes y cualquier valor por debajo de 1 muestra que la pandemia se está reduciendo. En diciembre, el valor se disparó a 2.12, pero desde entonces ha ido en descenso.

El número de muertos desde el comienzo de la pandemia llegó a 9,399, con al menos 312 muertes por complicaciones de COVID-19 en la última semana, dijo el Ministerio de Salud.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Enlace Judío – El primer ministro israelí Naftali Bennett advirtió a la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, durante su reunión en Tel Aviv este jueves, que Israel cree que la revitalización del acuerdo nuclear de 2015 con Irán sería un peligro para la región, informó The Times of Israel.

Bennett también le dijo a Baerbock que cree que se debe establecer una fecha límite para poner fin a las conversaciones en curso en Viena entre las potencias mundiales e Irán para salvar el llamado Plan de Acción Integral Conjunto y enfatizó que extender las negociaciones incluso cuando Irán continúa enriqueciendo uranio solo sirve a los intereses iraníes.

Mientras los dos discutían los desafíos regionales y de seguridad, y en particular el acuerdo nuclear con Irán, Bennett le dijo a Baerbock que restaurar el acuerdo sería “un error que pondría en peligro a toda la región”, según un comunicado de la Oficina del Primer Ministro de Israel.

Los dos se reunieron durante la primera visita oficial de Baerbock al Estado judío y también discutieron otros asuntos regionales y la cooperación médica sobre el COVID-19.

Sus comentarios se producen cuando las negociaciones entre Irán y las potencias mundiales se reanudaron esta semana en un esfuerzo por revitalizar el acuerdo nuclear de 2015 que frenó el programa nuclear de Teherán. Ese acuerdo se derrumbó después de que la administración Trump se retirara del acuerdo en 2018. Las otras partes que aún permanecen en el acuerdo son Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y Alemania.

Bajo Trump, Estados Unidos volvió a imponer fuertes sanciones a Irán. Teherán ha respondido aumentando la pureza y las cantidades de uranio que enriquece y almacena, en incumplimiento del acuerdo.

Más temprano ese día, durante una conferencia de prensa conjunta en Tel Aviv con el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, Baerbock declaró que las conversaciones con Irán están entrando en una “fase final” y que, a pesar de las reservas israelíes, el regreso a un acuerdo nuclear haría que la región fuera más segura”.

Baerbock dijo que estaba “convencida de que una restauración completa del PAIC haría que la región fuera más segura, incluido Israel; de lo contrario, no estaríamos teniendo estas conversaciones”.

Dijo que las conversaciones con Irán, de las que Alemania es parte, han llegado a un “punto muy crítico” y que era importante que Irán volviera a la mesa “con voluntad de compromiso y sin exigencias máximas”.

“Queremos hacer todo lo posible para garantizar que con este acuerdo, la seguridad de Israel esté garantizada”, dijo Baerbock.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Escrito para la Academia de Ciencias de Morelos Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia

La narrativa

Históricamente, el relato que nos contamos es un cuento de hombres. Esos son los lentes que muchos de nosotros involuntariamente adquirimos desde pequeños. No por nada autores como Lin Bian han reportado que las niñas a partir de los 6 años consideran que los niños son “más brillantes, realmente muy muy inteligentes, y capaces de realizar tareas difíciles”, más que ellas mismas. Sin duda la brecha de género tiene un origen bastante profundo, una problemática compleja, que una vez que reconocemos, es sumamente urgente solucionar. Y es que este sesgo de género no sucede exclusivamente a temprana edad. Como lo muestra la excelente película documental del 2020 Picture a Scientist ( “Mujeres en la Ciencia”) en un experimento realizado en Estados Unidos donde se mandaron currículums ficticios a varios jefes de laboratorios científicos, se encontró que aquellos solicitantes que tenían nombre de mujer recibieron menos ofertas de trabajo que aquellos hombres cuyos resúmenes profesionales mostraban las mismas aptitudes, capacidades y logros.

Inspiración

La pregunta es obligada, ¿cómo es que las mujeres conformamos más de la mitad de la población mundial pero menos de la tercera parte de la fuerza científica del planeta? Si la razón residiera en un tema auténticamente de preferencia vocacional, sería válido, y entonces requeriríamos solamente más programas que inspiren a las mujeres a estudiar ingeniería, inteligencia artificial y ciencias de la computación, que son las áreas en las que menos tienen representación.

El camino

Pero la problemática va más allá. Reporte de UNESCO encontró que las mujeres son menos invitadas, la mitad de veces, que los hombres a hacer presentaciones en conferencias, publican menos en revistas revisadas por pares, reciben menos financiamiento para sus investigaciones y a pesar de representar el 33% de los científicos en el mundo sólo el 12% pertenecen a las respectivas academias nacionales de ciencias. Así que siendo un tema de oportunidades, de acceso y de inclusión, sin duda es devastador. Especialmente porque viendo las cifras más de cerca observamos que a nivel licenciatura los intereses sí están más nivelados, pero conforme avanzan su carrera, en las posiciones más avanzadas las mujeres se van quedando rezagadas. “Nos estamos perdiendo la mitad de la creatividad científica” parafraseado a la escritora egipcia Nawal El Saadawi.

Una sola historia

Tengo cuatro hijos de los cuales tres son niñas, y uno de los libros que desde que eran pequeñas hemos leído juntas es el manifiesto de la extraordinaria autora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, de esa genial mujer que en su plática TED explica sobre el peligro de conocer una sola historia. Y es que en las narrativas que hemos heredado de la historia de la humanidad, en el imaginario colectivo, la mujer jugaba un papel muy definido y alejado de lo que como sociedad del siglo 21 aceptamos y queremos, en la mayoría de los casos. Hoy para muchas niñas y niños es difícil imaginar que alguna vez las mujeres no podían votar, o que no podían estudiar en las universidades. Y sin embargo fueron realidades que permearon a prácticamente todos los ámbitos de la sociedad, incluida la ciencia. Una realidad fácil de visualizar en la famosa fotografía de la Conferencia Solvay de Física en Bruselas durante octubre de 1927, en la que la única mujer entre los tantos hombres de traje negro, era la grandiosa Marie Curie. Esa celebrada mujer que nunca fue admitida a la Academia Francesa de Ciencias.

Hacer las cosas diferente

Pero como dice el autor estadounidense Adam Grant en su más reciente libro “Piénsalo otra vez: el poder de saber lo que no sabes”, debemos tener la capacidad de repensar y de reaprender. Las dudas, las preguntas, el cuestionamiento y el pensamiento científico nos hacen ser mejores. Recalibrarnos. Evolucionar. Quizás entonces hoy es momento como sociedad de abandonar los paradigmas que por siglos nos han definido, y que hemos aceptados como ciertos, para explorar nuevas condiciones que logren un crecimiento y nos lleven a la realidad que buscamos. Que ya sabemos que queremos. A una mayor equidad, a la inclusión. Y para ello seguramente habrá que abordar los retos desde otras perspectivas. Desaprendiendo, reflexionando y reaprendiendo. Hay que atrevernos a romper la forma sin cambiar el fondo, sin modificar la esencia y el rigor. Sin duda para ello hay que reconsiderar nuevas vías, otras posibilidades. Muchos caminos llegan a Roma. Pero para encontrarlos hay que formular hipótesis y experimentar para comprobar su utilidad. O quizás decidir por premiar más los procesos que los resultados. Ya sabemos que una misma historia, la misma narrativa, nos llevará incansablemente a los mismos resultados. “Sólo los locos repiten lo mismo una y otra vez esperando distintos resultados” decía con toda razón el escritor francés George Bernard Shaw.

El punto de partida

Hace unos días, precisamente en el marco del Día Internacional de las Niñas y las Mujeres en la Ciencia, tuve el privilegio de participar en conversaciones entre científicas y jóvenes de bachillerato interesados en carreras científicas. Fue muy enriquecedor escuchar a los adolescentes. Siempre lo es. Las preguntas que la mayoría de las jóvenes mujeres hicieron a las ponentes viraron principalmente en torno a confirmar si las científicas estaban casadas, y podían llevar una carrera de éxito teniendo hijos. Mientras que los muchachos hacían otro tipo de preguntas, ellos querían consejos puntuales sobre cómo elegir la mejor universidad y querían resolver dudas sobre sus planes a corto y largo plazo. Incluso estudios han encontrado que en muchas situaciones, las expectativas que los padres tienen sobre sus hijos determinar en buena parte lo que estudian, la carrera que deciden perseguir. Haciendo uso del argot médico: sabemos que cualquier remedio comienza con entender los síntomas del paciente, luego sigue buscar la causa y entonces podremos encontrar una cura definitiva. Ahí están los síntomas.

Las expectativas

Me pregunto si de adolescente alguna vez Irène Joliot-Curie, hija del matrimonio Marie y Pierre, y también ganadora de Premio Nobel de Química por sus descubrimientos sobre la radiactividad artificial, galardón que al igual que sus padres compartió con su esposo Frédéric;…si alguna vez ella se hizo esas mismas preguntas; si Irène se cuestionó cómo una científica podía ser a la vez profesionista y mamá. Seguramente su contexto, su experiencia personal, su infancia hizo que la narrativa que se contó fuera muy distinta a la historia que aún persiste en muchas, y también en muchos. De inicio su universo era más amplio, mas inclusivo, era sin duda el mismo mundo pero según su narrativa era un mundo más alcanzable, habían más posibilidades. Y es que evidentemente no es solamente un tema de niñas, es un tema de todos, de niños también. Irène no solo era hija de Marie, también lo era de Pierre.

Y el otro sexo

Pero regresando al libro que regalé a mis tres hijas desde pequeñas, cabe señalar que es un manifiesto que resalta la importancia no sólo de formar a las niñas para que sepan que sí pueden. Empoderarlas. No. Chimamanda Ngozi Adichie habla de la importancia de incluir en este reto al otro sexo también. No se trata de que sólo las mujeres dejen de lado el estereotipo que describe Lin Bias en su estudio, sino que también los hombres, los padres, los hermanos, los abuelos, los jefes, los maestros, los compañeros, los hijos, se convenzan de lo mismo. Tengo un hijo, y pienso que más bien el libro es lectura obligada para él. A veces se nos olvida que los hombres son parte de esta conversación y sin duda elementos clave para la solución. Tanto mi padre como mi esposo han sido elementos clave de mi trayectoria.

Sin adjetivos

O como lo dice muy bien Sarah Gilbert, la creadora de la vacuna de adenovirus de chimpancé contra COVID-19 de la Universidad de Oxford con AstraZeneca, “no soy una ‘científica mujer’, soy una científica”. Nadie agrega el adjetivo y subraya el género cuando una maestra o una costurera es mujer. Por qué hay que aclararlo cuando se es una piloto, director de orquesta, presidente de un país… o científico. Tal cómo lo dice la campaña de la UNESCO: “las carreras no tienen género”. Pero bueno, no está de más, conociendo las carencias y el escenario actual, que haya sido transformada en una figura Barbie gracias a Mattel, en que en pro de incentivar a más niñas en la ciencia la ha inmortalizado a través de la emblemática figura aspiracional.

Traje a la medida

Es una realidad que los hombres y las mujeres sí somos diferentes, tenemos necesidades distintas, y por ello, a pesar de que debiéramos tener las mismas oportunidades también es importante reconocer que los caminos no necesariamente debieran son idénticos. Es distinto hablar de igualdad que de equidad, quizás ahí este el meollo de esta situación. Existen hoy trazos en los caminos ascendentes de la ciencia, senderos marcados y diseñados por hombres, aceptados como correctos, que no necesariamente embonan con el ser mujer. Asumen que somos iguales. Y es precisamente por ello que universidades y centros de ciencia como el Instituto Weizmann de Ciencias en Israel, ha desarrollado programas específicos para apoyar a estas mujeres brillantes a llegar a la cima, explotar su máximo potencial, valorando sus capacidades y fomentando su desarrollo, pero lo más importante, conscientes de sus necesidades particulares. Las mismas oportunidades pero cada uno con las distintas herramientas que requiere. Eso es equidad. Todos pueden llegar a la Luna, pero no necesariamente pueden, ni tienen que hacerlo con el mismo traje de astronauta. Es más, tan como tuvo que aceptarlo la NASA, para cada uno se requiere un traje a la medida. Viva la individualidad.

La post-pandemia

Seguramente un efecto positivo de la pandemia de COVID-19 será el reconocimiento de muchas mujeres gracias a su aporte en el entendimiento y control. Siempre es alentador mirar y admirar figuras, saber que es posible conquistar sueños. Es inspirador. Y durante la pandemia han habido muchas mujeres que han destacado. Quizás de las más emblemáticas por su ingenio y perseverancia es la húngara Katalin Karikó por darnos las vacunas de ARNm, una tecnología que seguramente marcará un cambio radical en la medicina. Pero también, la pandemia ha visualizado especialmente a las trabajadoras sociales y de la salud; que en su mayoría son mujeres, 70% en el mundo, (ganando 11% menos que sus pares masculinos), y donde para México, el 79% de las enfermeras son mujeres, arriba del promedio global. Ya incluso varios países han detectado un incremento en la solicitudes de jóvenes queriendo estudiar enfermería, este “efecto Fauci” que impulsará una nueva generación de médicos, enfermeros y científicos; esperemos muchas mujeres entre ellos.

Al futuro

Anhelo que esta generación de menores, de niñas pero también de niños, puedan desarrollarse en un mundo con mayor equidad de género, y de mayor representación de mujeres en la ciencia. Difícil a veces imaginarlo cuando en el presente vemos lo que sucede en países como Afganistán. Pero me alienta que al menos existimos en una sociedad con mente más crítica, no conforme con la realidad, normalizando el que las mujeres estén en espacios antes dominados por hombres, que abre este tipo de conversaciones; de conversaciones importantes de tener. Esperemos que en algunos años, esperando sea un momento más cercano que lejano, sea tan inimaginable pensar en esta problemática, como lo es hoy imaginar que las mujeres no usaban pantalón.

La evidencia

Y es que quizás se requiere un verdadero cambio de generación. Aunque al parecer es precisamente esta generación la que esta causando y viviendo la transformación. Ya que desde la creación de los Premio Nobel se han entregado más de 970 galardones de los cuales sólo 59 premios se han otorgado a 58 mujeres. Y la primera, la mismísima Marie Curie por insistencia de inclusión de su esposo. El Director de la Academia Real Sueca de Ciencias, Goran Hansson dijo en 2021, “es triste que hay tan pocas mujeres ganadora del Nobel, y refleja las condiciones tan injustas de la sociedad, especialmente de años pasados pero aún existentes,…hay tanto por hacer”.

11 febrero

Tanto aún por hacer que las Naciones Unidas ha designado el 11 de febrero como el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia para hacer reflexiones que generen cambios… esperando que el día de mañana sea más bien un día de celebración. Tanto la ciencia en sí como la equidad de género son temas indispensables para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por las Naciones Unidas para el 2030; ambos son tópicos angulares que se revisan en conjunto en este día, por séptimo año consecutivo.

Esperamos pronto logremos repensar, romper los paradigmas existentes, rediseñar los caminos aceptados, mirar más ejemplos de inspiración, elaborar más trajes a la medida, redefinir las expectativas, reescribir las narrativas y quebrar muchos techos de cristal.

Como lo comenta la autora española Gemma Lienas en su libro sobre equidad de género “El diario violeta de Carlota”, hay que ponernos los lentes violetas y cada uno de nosotros comenzar a ver nuestro alrededor con perspectiva de género. Pero quizás, pienso yo, debiéramos comenzar por ajustarnos esas gafas violetas y mirarnos en el espejo.

 

Texto dedicado a Karla, Andrea, Daniela, Dalia, Helen, Laura, Sofía, Hannah y todas las niñas que se apasionan por la ciencia y tienen grandes sueños que alcanzar.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel- La relación comercial entre Guatemala y México es más importante de lo que muchos pudieran pensar, ya que Guatemala es el 1er destino de las exportaciones mexicanas hacia los países centroamericanos. Ocupa el 4° lugar de los países latinoamericanos con mayor intercambio comercial con México, después de Brasil, Colombia y Chile.

Y los vínculos siguen traspasando fronteras, ya que recientemente se inauguró la Cámara de Comercio y Turismo, Guatemala-Israel, ISRACAM, y con esto, se amplía el mercado para las empresas israelíes actualmente establecidas en México, es momento de abrir sucursales en Guatemala, investigar sobre los posibles intercambios comerciales, o bien, apoyar la promoción de las sucursales que actualmente ya poseen.

Por lo anterior, es grato tener hoy en entrevista para Enlace Judío a Edgar Heinemann, presidente de la ISRACAM, quien nos habla sobre la próxima firma del tratado de libre comercio Guatemala Israel y las oportunidades de comercio que se abren para las empresas israelíes, al triangular operaciones con México.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel- Estas preguntas sobre ciencia nos las hicimos Lourdes Patiño, Jorge Padilla y yo, Carol Perelman, cuando leímos a inicios del 2021 que en Gran Bretaña había aumentado dramáticamente las solicitudes de jóvenes aplicando a las escuelas de enfermería.

CAROL PERELMAN

Nuestra inquietud se acrecentó cuando varios utilizaban una y otra vez el término ‘efecto Fauci’ acuñado para describir cómo muchachos mostraban interés por ingresar a carreras de medicina. Algo tendría que estar sucediendo en las mentes de los adolescentes que escuchaban de forma cotidiana términos como “reinfección”, “transmisión”, “epidemiología”, “estudio clínico”, “prueba de PCR”, “receptores”, “eficacia de vacunas”, “antígenos” y “secuenciación”…De pronto el vocabulario de los terrícolas se expandió y las primeras planas de los periódicos incluían a la ciencia, un día sí y el siguiente también.

¿Estaría sucediendo algo similar con nuestros jóvenes en México?

Así que nos reunimos Lourdes, Jorge y yo, como buenos curiosos divulgadores de la ciencia, para tratar de entender si las vivencias pandémicas, al menos hasta mediados del 2021, habían modificado la percepción de la ciencia, de los científicos y los trabajadores de la salud de adolescentes en edad de elegir vocaciones, entre 14 y 19 años en México. Y si además, podíamos ver algún cambio en las intenciones de estudio posiblemente traducidas en solicitudes y matriculaciones a carreras de área de ciencias naturales y de la salud en las universidades y escuelas superiores nacionales.

Con la llegada de Neil Armstrong en 1969 a la Luna una generación de nuevos científicos apasionados por descubrir lo que había más allá de nuestra atmósfera, fascinados con las posibilidades de la ingeniería, con la potencia de los cohetes, con la inteligencia artificial, se inspiró. También, se le reconoce al gran divulgador de la ciencia y astrofísico Carl Sagan, con la serie documental COSMOS estrenada en 1980, como el promotor de entusiastas por la evolución, la biología, la astronomía, la divulgación de la ciencia.

Quizás entonces ahora, con nuestras experiencias durante la pandemia de COVID-19, se despertaría una pasión por ayudar al prójimo, por incursionar en la medicina, en la enfermería al ser testigos de cómo médicos, enfermeras, trabajadores de la salud están, y han estado, desde el primer día sacando adelante a sus pacientes enfrentando una enfermedad que no estaba en ningún libro de texto.

Y es que así lo están reportando Escuelas en Canadá, Universidades en Inglaterra y Asociaciones en Estados Unidos.

Pero además, la labor de los científicos que desde un inicio pausaron sus investigaciones en curso para enfocarse en comprender a un virus desconocido, con la idea de ayudarnos a prevenir, detectar, manejar y curar la nueva enfermedad podría revalorizar el papel de la ciencia y los científicos en las sociedades.

Y más allá de sólo eso, también la relación de los ciudadanos con la ciencia.

Durante la emergencia, la comunicación de la ciencia tomó un papel angular en que de forma rigurosa y constante vinculó a las personas y las sociedades con la información y evidencia que poco a poco se iba a acumulando para que cada una pudieran tener las herramientas para tomar mejores decisiones con la idea de disminuir sus riesgos. Mensajes claros, poniendo en contexto la situación, dando confianza durante la mayor de las incertidumbres.

Para tratar de contestar nuestras preguntas requeríamos llevar a cabo un estudio. Lo que hicimos fue sumar dos estrategias. Por un lado diseñamos y lanzamos una encuesta nacional en línea, anónima, para que jóvenes mexicanos, entre las edades descritas pudieran compartirnos si la pandemia había impactado su percepción de la ciencia, de los científicos y de los trabajadores de la salud y si había provocado alguna modificación en sus intenciones de estudio. Y después, utilizamos la base de datos pública de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Estudio Superior (ANUIES) para analizar si había algún cambio en las solicitudes y matriculación en las carreras de ciencias naturales y área de la salud entre el año escolar 2019-2020 (pre pandemia) y 2020-2021 (de pandemia) comparándolas con las demás áreas de estudio.

Bueno, y ¿qué encontramos?

La encuesta la aplicamos entre mayo y junio de 2021 y hacia noviembre de 2021 presentamos los resultados en el XVII Congreso de la RedPop los cuales acaban de ser publicados como preprint en la plataforma Scielo . Lo que hallamos al revisar más de 980 encuestas de jóvenes mexicanos entre 14 y 19 años de toda la República Mexicana fue que 9 de cada 10 tenía una opinión favorable de la ciencia. Y que 70% de ellos mejoró su percepción de la ciencia, de los científicos y de los trabajadores de la salud a raíz de la pandemia.

De los jóvenes que contestaron la encuesta, en su mayoría mujeres y 7 de cada 10 de colegios públicos, sólo un 4% empeoró su perspectiva de los científicos o de los trabajadores de la salud a raíz de la pandemia, mientras que 8% contestó que empeoró su percepción de la ciencia. Pero para 2 de cada 10 jóvenes la pandemia no modificó su valorización sobre estos rubros. Al observar con cuidado estos cambios encontramos que son más los jóvenes que coincidieron en mejorar tanto su percepción sobre los científicos como también de los trabajadores de la salud, que las personas que empeoraron su visión sobre ambos.

Cuando les preguntamos sobre sus intenciones de estudio, el 22% contestó que quiere estudiar una carrera en el área de las ciencias de la salud, 6% en ciencias naturales, mientras que 71% estudiará carreras de otras áreas; el 1% restante no tiene planes de estudiar carrera universitaria. Es interesante hacer notar que el 48% de los encuestados, cuya edad promedio era 17 años, dijo, que ninguno de sus padres tenía estudios superiores.

Pero, ¿qué tanto la pandemia cambió sus planes?

La mitad de los jóvenes dijeron que sus planes no han cambiado. 22% dijo que sí cambiaron como resultado de la pandemia y 22% que sí cambiaron pero por otros motivos. Al mirar más de cerca encontramos que de los que cambiaron sus planes, 18% cambió hacia ya no estudiar carrera universitaria, 20% eligió una carrera en otra área distinta y sorprendentemente: 23% cambió hacia carrera en ciencias naturales mientras que 28% cambió sus planes hacia estudiar una carrera en ciencias de la salud. Es decir, vemos cómo la proporción de cambio hacia ciencias y especialmente ciencias de la salud es mayor que el promedio (22%) o hacia otras carreras (20%).

Es interesante que del 28% que eligió estudiar una carrera de ciencias de la salud, la cuarta parte también había reportado que mejoró su percepción sobre los trabajadores de la salud a raíz de la pandemia. Y de ese 23% que cambió hacia ciencias, 15% también mejoró su percepción sobre los científicos.

Cuando les preguntamos por qué habían decidido estudiar carreras en las áreas de ciencias y ciencias de la salud, muy pocos contestaron que fue por la pandemia, mientras que la mayoría dijo que le gustaba los contenidos que se aprenden en las respectivas carreras.

Genial, pero teníamos aún que entender si estos cambios en la percepción y en la intención se han traducido a un cambio también en solicitudes y matriculación, y para ello se hizo un análisis detallado de los datos públicos de ANUIES.

Resultados del análisis ANUIES

Se encontró que para el primer año de pandemia, entre las solicitudes del año escolar 2019-2020 y el 2020-2021 hubo un incremento en general del 7% en solicitudes para cursar carreras no científicas en universidades nacionales o instituciones de educación superior, mientras que para ese mismo periodo, en carreras de ciencias naturales, matemáticas y estadística, el aumento de solicitudes fue de 22% y para ciencias de la salud en 17%. Claramente vimos que ambos son mayores al promedio de otras áreas. Interesante poderlo seguir en los años venideros.

Sin embargo las matriculaciones dependen de los espacios o plazas que las universidades e instituciones de educación superior ofrecen, además de que posiblemente varios jóvenes aplican a distintas carreras y solamente ingresan a una, por lo que la matriculación fue mucho menor que las solicitudes pero sí observamos un incremento en ambas áreas: en ciencias de la salud y en ciencias naturales, matemáticas y estadística.

Posiblemente la pandemia aún en curso está forjando una nueva generación de científicos, médicos, enfermeros, trabajadores sociales e incluso divulgadores de la ciencia, no solamente en muchos países del planeta sino también en México. Estaremos atentos para confirmarlo.

Lo que sí es que sin duda está acercando a la ciencia a las personas y ellas a la vez han cambiado, re-valorizado y replanteado su relación con la ciencia. Ya veremos en algunos años con un buen espejo retrovisor.

Algo positivo nos debe de dejar nuestras vivencias a lo largo de dos años de pandemia.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel – La guerra de Lior Zilberberg es una guerra de palabras, una guerra contra la desinformación y los prejuicios. La libra cada día desde su puesto en las FDI, como portavoz de un ejército muchas veces cuestionado, pero que cumple una función vital para la supervivencia de Israel. Conversamos con él, en exclusiva. 

Israel es un país de migrantes. Durante décadas, muchos judíos alemanes llegaron a Israel para hacer sus vidas y ayudaron a construir el actual Estado. Lo que no es tan frecuente es lo que hizo la familia paterna de Lior Zilberberg, de 21 años, alemán de nacimiento y miembro de las FDI, que conversó con Enlace Judío para hablarnos de la historia de su familia y de su función dentro del ejército.

“Del lado de mi papá, su familia vino de Polonia y poco antes del Holocausto su papá, o sea mi abuelo se mudó a Israel con su mamá. Él creció en Haifa. Allí conoció a mi abuela y justo después del Holocausto regresaron a Alemania. Poco antes salieron de Polonia, vivieron en Israel y justo entonces hicieron una elección inusual y regresaron de Haifa a Alemania.”

En la línea de fuego

La guerra que enfrenta Lior Zilberberg todos los días es una menos peligrosa, quizá, pero no menos importante. Desde su cargo en la Unidad del Portavoz de las FDI, debe combatir la desinformación y los estigmas que el ejército de Israel carga desde hace décadas.

“Desde el principio sabía que quería alistarme y hacer algo relacionado con el lenguaje. Porque sí crecí en Alemania, sí tengo familia ahí y sí hablo alemán; entonces, siempre quise hacer algo con el idioma, el alemán. Entonces hay procesos para las asignaciones y en algún momento me ofrecieron,  me ofrecieron la Unidad del Portavoz de las FDI. Me pareció muy interesante y muy emocionante. Y hablé con algunas personas que conozco. Me contaron sobre el cargo y finalmente recibí el puesto y estoy muy satisfecho y lo disfruto mucho.”

Se trata de un trabajo “dinámico y muy diferente”, nos cuenta. Tiene que reunirse con reporteros de habla germánica y mostrarles lo que hacen las FDI en el terreno. Se reúne con comandantes, toma llamadas, hace un seguimiento puntual de lo que se publica en medios en alemán y viaja constantemente por el territorio de Israel.

A sus 21 años, Zilberberg ya conoce de cerca la guerra: “En una ocasión, estaba en camino durante la Operación Guardián de los Muros, estaba con gente en el auto, en el ejército y de pronto te encuentras más cerca al área de Gaza porque te reúnes con reporteros y eso, y hay cohetes justo arriba de nosotros, y hay alarmas. También hay zonas muy cerca de la frontera en las que el cohete llega en unos segundos y te escondes en algún refugio, y sí, son situaciones peligrosas.”

La oficina del Portavoz se encuentra en Tel Aviv. Zilberberg ha tenido que acostumbrarse al sonido de las alarmas y a ver los cohetes de Hamás interceptados por la Cúpula de Hierro, de la que dice:  “gracias a Dios que existe.”

Es diferente a la hasbará

Pero su mayor reto sigue siendo transmitir los mensajes correctos, la información precisa y de primera mano, a quienes, a su vez, deben retransmitirla al mundo, a su público, para que se forme una opinión más equilibrada sobre un conflicto que suele verse de forma sumamente polarizada y, a menudo, desfavorable para Israel.

“Lo más importante es hablar, comunicar de manera genuina, decir la verdad, lo importante presentar las cosas, mostrarlas. La diferencia de lo que hacemos es que nosotros comunicamos lo que pasa en las FDI . Nosotros le enseñamos al mundo lo que pasa aquí, las amenazas, cómo actuamos. Mostramos el meollo del asunto. Es diferente a la hasbará, por ejemplo, es diferente explicar y comunicar.”

La interacción con los reporteros es fundamental para su trabajo. “Si tengo un reportero de Alemania y no conoce, y está aquí para cubrir las noticias de Oriente Medio y la región, lo primero es mostrarle. Por ejemplo, lo llevo a la frontera del norte, traigo a distintas personas, representantes del ejército para informarlo, para hablar con él. Que le muestren imágenes y vea con sus ojos. No hay como las imágenes. Cuando alguien ve con sus propios ojos es completamente diferente.

Los reporteros alemanes suelen entablar un vínculo con Zilberberg, las afinidades culturales y la lengua favorecen esa comunicación y le permiten obtener retroalimentación constante. “Recibo retroalimentación y puedo decirte que debido a que hablo el idioma alemán estoy en contacto con reporteros aquí y en Alemania. Puedo decirte que no sé lo que es pero hay un común denominador, quizás por el idioma o la cultura, porque la mayoría de los reporteros asignados aquí son de Alemania.”

Cuando el trabajo de los reporteros se publica, también está impreso ahí el trabajo de Zilberberg. “Es agradable escuchar que hiciste algo que al final se refleja en la nota que sale, en la noticia que sale, en el reportaje de la televisión. Ahí se refleja de la mejor manera y también en la comprensión del reportero. Por ejemplo, cuando un reportero tiene varias preguntas sobre un tema sobre la frontera con Gaza, lo llevo a un recorrido, le muestro, le explico, etc. y de pronto, de regreso, o unos días después, me dice que lo disfrutó, ‘me resolviste las dudas’, también es un tipo de retroalimentación.”

Zilberberg tiene claro que su futuro está en Israel

Y aunque quizás todavía no sabe qué será de su vida aquí en el futuro, “me siento conectado, me siento en casa. Soy feliz aquí, disfruto tanto en el ejército como en mi vida personal. Sí, veo mi futuro aquí.”

Fiel a la tradición de su familia, el joven sigue visitando Alemania con frecuencia. Es como si su vida y la de su familia fueran un puente entre ambas naciones. “Específicamente soy de Frankfurt, una ciudad en el centro de Alemania. En promedio, viajo dos veces al año, dependiendo del coronavirus, para visitar a familia, y tengo amigos allá. Pero no, me gustaría quedarme en Israel en el futuro.”

A diferencia de los chicos europeos, que siguen pautas de vida más o menos predeterminadas, y que pasan por el bachillerato, la universidad y un empleo, la vida de los jóvenes en Israel ofrece otras posibilidades. El ejército juega en ello un papel importante en la formación de los individuos.

“Muchas veces la gente lo dice por decirlo pero es cierto: el ejército ayuda a madurar. Puedo decirlo al 100 %. A mí me ayudó a madurar. Y son vivencias que no todos pasan por ellas. También está la responsabilidad. Es una gran responsabilidad que a los 18 años te alistas en el ejército y de pronto eres responsable de los medios de comunicación, de los medios de un país entero, o de varios países. No es algo que se da por sentado. Creo que es un privilegio desempeñar este cargo en el ejército.”

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

 

 

Enlace Judío – El antisemitismo sigue siendo una de las grandes fallas culturales a nivel mundial. Si la xenofobia en lo general es un problema, el odio al judío en lo particular es una demostración de lo retrasado que puede ser el ser humano en muchos momentos o lugares.

Pero ¿cómo identificar a los antisemitas? Y es que, como bien podrán imaginar, muchos de ellos tratan de disimular sus prejuicios y su odio irracional. La frase más socorrida la conocemos bien: “No soy antisemita, solo soy antisionista”.

Irving Gatell nos explica cómo el antisemitismo es un fenómeno más complejo y sutil que el de la xenofobia, a causa de los muchos factores que se han entrelazado desde hace unos 1900 años.

El resultado es una ideología tan incoherente como hipócrita, y ahí es donde tenemos la clave para identificar a los antisemitas, ya sea que lo demuestren explícitamente o traten de esconderlo: el doble rasero con el que juzgan siempre al pueblo judío.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Enlace Judío – El desarrollador israelí de tecnología limpia UBQ Materials anunció una nueva asociación con Resirene, el mayor productor de resina de poliestireno en México, informó The Jerusalem Post.

La colaboración está configurada para producir el primer compuesto de poliestireno de alto impacto de grado circular sostenible en todo el mundo con UBQ utilizado.

Luego de extensos ensayos y pruebas de I+D para desarrollar el nuevo material con UBQ, Resirene ya comenzó a probar el nuevo material con los clientes. Según la empresa, los resultados iniciales sugieren que los clientes encuentran significativo el valor ambiental agregado, incluso cuando se tiene en cuenta la variable de los costos del producto.

Resirene, un gran productor de polímeros, atiende numerosos segmentos de mercado, incluidas aplicaciones de polímeros para alimentos y bebidas, productos médicos y de salud, electrónica, construcción y publicidad, entre otros. UBQ se utilizará en artículos de mayor valor que van desde mangos de navajas multiusos hasta señalización.

Sergio Paredes Castañeda, director general de Resirene, prevé una demanda de productos sostenibles.

“El movimiento libre de plástico, incluidas las regulaciones gubernamentales que prohíben productos como popotes de un solo uso y bolsas de plástico, ha impulsado al mercado del poliestireno a adaptarse y evolucionar”, dijo Paredes Castañeda.

“Ahora existe un continuo de sostenibilidad dentro de los poliestirenos, que van desde productos que contienen almidón hasta aquellos fabricados con poliestireno reciclado. Hemos alcanzado un nuevo nivel en términos de reducción del impacto ambiental de nuestro producto con UBQ en ​​su interior, lo que permite a nuestros clientes lograr préstamos sostenibles de manera conjunta, lo que permite que la industria del poliestireno se esfuerce en conjunto hacia economías circulares”.

UBQ Materials convierte los residuos domésticos y municipales sin clasificar destinados a vertederos en UBQ, un sustituto del plástico positivo para el clima y de coste competitivo. UBQ es un material de base biológica que se puede incorporar a los procesos de fabricación estándar sin maquinaria o materiales adicionales. La producción de UBQ disminuye el vertido de residuos, evitando las emisiones de metano y reduciendo la fuga de sustancias tóxicas al suelo.

El presidente y codirector ejecutivo de la compañía, Albert Douer, dijo que hasta ahora, los productos se fabricaban, usaban y desechaban, no un ciclo en absoluto, sino una línea recta, lo que hace que el “ciclo de vida” de los productos sea un nombre inapropiado.

“Nuestro objetivo es cerrar el ciclo del proceso de producción a desecho y crear una economía circular que tome la acumulación aparentemente interminable de desechos y los convierta en un recurso”, dijo Douer.

“Esta asociación con Resirene nos permite incorporar nuestro termoplástico positivo para el clima en varios productos, compensando las emisiones y ofreciendo una solución viable al final de la vida útil para los desechos”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Enlace Judío – En los países de la Cortina de Hierro, a los judíos nos acusaban de promover el capitalismo; en esas mismas épocas —en plena Guerra Fría— los intelectuales judíos estadounidenses vivían bajo la sospecha del senador McCarthy de ser promotores del socialismo. El caso es que, en un mundo o en el otro, el judío era visto como alguien potencialmente peligroso. Ahora que todo eso es historia, vale la pena reflexionar sobre las cosas que el judaísmo tiene en común con cada una de estas ideologías.

El judaísmo ha sido una forma de ver el mundo que, pese a su perfil tradicionalista y su fuerte apego a una identidad histórica, ha sido lo suficientemente flexible como para no poder encasillarse en ninguna de las tendencias ideológicas de la modernidad. Lo mismo parece capitalista que socialista, o incluso anarquista si se desea.

Pero eso no significa que no pueda estar más cerca de una postura que de otra. Por ejemplo, la obsesión del judaísmo con enfrentar la realidad tal cual es, nos pone más cerca del mecanicismo de Copérnico, que del posmodernismo de Feyerabend.

Ante la pregunta de qué le es más afín al judaísmo, si el capitalismo o el socialismo, tal vez lo más fácil de repasar sean las afinidades con el socialismo. Obvio, empezando por el propio Karl Marx, padre del socialismo científico y que venía de una ilustre familia rabínica extendida tanto en Francia como en Alemania (los Levy-Mordejai).

Y es que Marx, pese a que nació en una familia que trataba de asimilarse al entorno alemán y luterano de su tiempo, heredó algo profundamente judío: la sensibilidad por los temas sociales y el anhelo de un mundo más justo, pensando siempre todo en función de los más desfavorecidos.

Su padre quiso que fuera abogado, pero desde muy pronto el joven Karl abandonó esos estudios para dedicarse a la filosofía y a la historia. Y es que su activismo lo puso, desde muy joven, en contacto con los nuevos barrios obreros —apenas estaba concluyendo la primera fase de la Revolución Industrial— en los que predominaban la miseria y el hambre. Marx vio de cerca, sin filtros ni tapujos, lo más brutal del capitalismo de ese momento.

Esa experiencia lo marcó para siempre y dedicó toda su vida a tratar de armar una propuesta filosófica que funcionase como guía para construir una sociedad comunista; es decir, sin clases sociales. Sobra decir que dicha propuesta no funcionó. Se intentó poner en acción durante el siglo XX, pero los resultados siempre e inequívocamente fueron desastrosos; en algunos casos, catastróficos. Los proyectos marxistas se saldaron, literalmente, con millones de muertos en todo el mundo.

¿Cómo pudo una idea que originalmente quería mejorar las cosas, convertirse en una absoluta pesadilla? El problema fue que Marx no se dio cuenta que sus propuestas desembocaban, inevitablemente, en el autoritarismo y la intolerancia. El sello de todos los gobiernos marxistas, hasta el día de hoy, ha sido ese.

Sin embargo, sus sueños e ilusiones abstractas siguen siendo válidos en muchos sentidos. Es decir, el deseo de que se pueda construir una sociedad mejor que —si nos remitimos al lenguaje bíblico— le haga justicia a la viuda, al huérfano y al extranjero (arquetipos de lo que hoy llamaríamos las víctimas de la violencia de género, los grupos sociales vulnerables y los inmigrantes).

Curiosamente, los mejores éxitos sociales, políticos y económicos a favor de estos grupos sociales marginados, se han dado en los países que han desechado por completo las doctrinas económicas de Marx. Es decir, en los países capitalistas.

Entonces cabría preguntar: ¿el judaísmo fue una fuente de inspiración demasiado idealista, poco realista y, por lo tanto, impulsora de una ruta equivocada como lo fue el marxismo?

No. La realidad es que el capitalismo está más cerca del judaísmo en un sentido que va más allá del anhelo de justicia social recuperado del texto bíblico por el marxismo.

¿Por qué no funcionaron las propuestas económicas y políticas de Marx y Engels? Sencillo: porque su propia naturaleza hace que sean incapaces de corregirse a sí mismas.

A Marx le llamó mucho la atención notar que la producción industrial era más efectiva que la artesanal y vio cómo los dueños de las fábricas comenzaban a enriquecerse de un modo estrambótico gracias al alcance que sus productos tenían en el mercado. Pero también se dio cuenta de otra cosa: el riesgo de que el mercado se saturase de producto. ¿Qué iba a pasar cuando ya nadie quisiera o pudiera comprar? El sistema entraría en crisis, porque ante la carencia de demanda, los precios se desplomarían; eso, por supuesto, se traduciría en una pérdida de ganancias y muchas empresas inevitablemente irían a la quiebra.

Hasta aquí, Marx tuvo razón. Eso, de un modo o de otro, ha pasado muchas veces desde entonces y hasta la fecha. Por ejemplo, está pasando en China. Parte de las razones que han provocado una severa crisis en el negocio inmobiliario chino es que los grandes constructores fueron demasiado optimistas con el auge de la década anterior y construyeron demasiados condominios en muchos lugares. Y ahora resulta que no hay quien compre las viviendas, lo cual pone en riesgo a una industria que representa el 24% de la economía del gigante asiático.

Pero Marx falló en un punto: su cálculo fue que el capitalismo no lograría corregir eso y las crisis cíclicas habrían de llevar al colapso completo y definitivo del sistema. Pensando en ello, soñó con que la opción socialista —ruta para llegar al comunismo— podría ser implementada en un plazo no necesariamente tan largo.

Error. El capitalismo muy pronto demostró que tenía la capacidad de autocorregirse. Sí, las crisis cíclicas llegaron y no se han ido, pero el problema del que surgieron pronto encontró su solución. Vamos por partes: el problema es la saturación del mercado y la consecuente caída de la demanda de los bienes de consumo. Es decir, si nadie compra, el sistema colapsa. ¿Qué se necesita para que eso no suceda? Fácil: que la gente compre. ¿Y qué se necesita para que la gente compre? Fácil: que tenga dinero.

Al capitalismo de los siglos XIX y XX les costó algunas décadas, pero terminaron por entender que no tenía sentido producir masivamente para saturar los mercados. Que era mejor contenerse y administrarse para que, poco a poco y paralelamente, no sólo creciera el potencial de producción industrial, sino también la calidad de vida de la clase obrera.

A muchos —sobre todo a los fascinados con las alucinaciones del marxismo— les sonará extraño que se hable del capitalismo como un sistema interesado en mejorar la calidad de vida de los obreros, pero la realidad objetiva ha sido esa. Ya desde finales del siglo XIX, el socialista judío alemán Eduard Bernstein señalaba los errores de cálculo de Marx y, entre otras cosas, mencionaba que contrario a lo prevista por el gran filósofo alemán, las condiciones de vida de la clase obrera estaban mejorando notoriamente.

¿Por qué es tan importante que los obreros vivan mejor? Porque son fundamentales para evitar las crisis cíclicas. La única manera de conjurar el colapso del sistema es que los bienes de consumo se vendan y la mejor manera de garantizar que se vendan, es logrando que la mayor cantidad posible de personas tengan dinero para comprar. Si esto no se logra, el sistema colapsa.

Poco a poco, los países capitalistas occidentales fueron integrando a la clase obrera a la clase media, y esa es la realidad que se vive hasta hoy. Estados Unidos y la mayoría de los países europeos se han caracterizado, desde hace mucho, por ser países en los que la mayoría de la gente pertenece a la clase media. Eso significa que disponen de dinero y compran, y eso evita que los mercados internos colapsen. Incluso en el difícil episodio que fue el paro económico provocado por la crisis sanitaria del COVID-19, son países cuyas economías ya se reactivaron.

No es un fenómeno exclusivo de Europa y Norteamérica. En Asia, muchos países —Singapur, por ejemplo— ya se han perfilado hacia esa dinámica, y lo están haciendo con todo el éxito posible.

Y en todo ello hay dos conceptos profundamente judíos. O, por decirlo de otro modo, dos conceptos que fue el judaísmo quien se los regaló a la cultura occidental: la contención y la corrección.

¿De qué se trata el Shabat, el día más importante para el pueblo judío? De ponerte límites. No se trata nada más de descansar por descansar; es decir, estar de flojo todo un día. El judaísmo ha reflexionado profundamente al respecto y ha construido toda una idea sobre cómo el ponernos límites es lo que realmente nos permite alcanzar nuestro máximo potencial como seres humanos.

A la par de esa idea, están además los conceptos de Tikún Hanefesh —la corrección del alma, o de uno mismo— y Tikún Haolam —la corrección del mundo, o de todo lo que nos rodea—. Al judío se le inculca, desde la infancia, la responsabilidad de todo el tiempo esforzarse por corregir sus propios errores, pero también los del mundo entero.

Y eso es el capitalismo: contención y autocorrección. Aprender a que a veces hay que hacer menos para ganar más (ejemplo perfecto: la demostración ya consolidada de que no necesitas trabajar siete días a la semana, 14 horas al día, para lograr los mejores resultados; seis horas, cuatro días a la semana, han demostrado que pueden ser mucho más productivas en algunas áreas de la industria); y, por supuesto, aprender a que los errores hay que entenderlos como errores, y corregirlos.

Algo que el socialismo nunca logró desarrollar.

Sin devaluar la afinidad que socialismo y judaísmo tienen respecto al anhelo de justicia social, lo cierto es que el capitalismo está más cerca del judaísmo en cuanto a su visión de cómo se debe conducir el mundo. Y por ello el capitalismo ha logrado algo que el judaísmo conoce muy bien: seguir adelante. Errores los ha habido, fallas han existido a lo largo de los siglos; sin embargo, se ha impuesto el deseo de mantenerse en pie, mejorando siempre, y corrigiendo lo que no funciona.

Mucho se discutió hace dos años sobre qué pasaría con la pandemia; si acaso el modelo capitalista entraría en crisis.

Ya vimos que no. Al contrario: los países que mejor enfrentaron el problema fueron los capitalistas, por la simple razón de que tenían dinero para hacerlo.

No es un milagro. Han trabajado para ello. Y eso también es profundamente judío: ¿quieres buenos resultados? Trabaja. Y trabaja bien.

Claro, sin olvidarte de descansar, porque al final del día, no se trata de trabajar por trabajar. La riqueza no está en las cosas, sino en uno mismo.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel- Castrillo Mota de Judíos es una localidad y municipio situados en la provincia española de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España), en la comarca de Odra-Pisuerga, que hasta junio de 2015 se denominaba Castrillo Matajudíos.

Según algunos expertos, Mota de Judíos es un topónimo compuesto por meta o mota (que quiere decir ‘colina’) y judíos, ya que ahí habría estado situada la aljama o barrio judío, en una zona muy favorable durante la Edad Media para esta población, situada en las inmediaciones del Camino de Santiago.

El conde García Fernández de Castilla les les otorgó una carta puebla en el año 974, según la cual se les otorgaban los mismos derechos que a los cristianos. En 1035, a raíz de un enfrentamiento con el rey Fernando I de Castilla, la comunidad judía que habitaba la cercana población de Castrojeriz se tuvo que trasladar. Se formó un nuevo asentamiento en el cerro conocido como La Mota, al que bautizaron como Castrello.

La historia documentada apunta a que Castrello derivó en Castriello, y el asentamiento estuvo ocupado hasta que en 1311 los judíos pudieron volver a Castrojeriz. Otra explicación defiende que el prefijo “mata” se refiere a la acepción de “porción de terreno poblado de árboles de la misma especie”. En este sentido, “Matajudíos” haría referencia a una arboleda que, en su día, fue poblada por judíos.

Debido a varias acusaciones de antisemitismo provocadas por la corrupción del topónimo, el 25 de mayo de 2014 se sometió a referéndum la posibilidad de cambiar el nombre, con un resultado de 29 votos a favor por 19 en contra, tras lo cual Castrillo Matajudíos inició el proceso para pasar a denominarse oficialmente Castrillo Mota de Judíos el 3 de junio de 2014, que se hizo oficial el 22 de junio de 2015.

Pintadas antisemitas

Desgraciadamente, el pasado 6 de diciembre de 2021, Día de la Constitución, el pueblo amaneció con pintadas antisemitas, insultos y amenazas al alcalde Lorenzo Rodríguez, quien ha impulsado un importante proyecto para recuperar el pasado judío del municipio.

En marcha hay una excavación que está sacando a la luz el antiguo asentamiento de La Mota, de gran relevancia histórica. Y para este 2022 está previsto que se inaugure el Centro de Interpretación de la Cultura Judía, que fue uno de los edificios atacados.

A ambas iniciativas, el centro de interpretación y el yacimiento de La Mota, se une el impulso para crear una red de juderías e itinerarios sefardíes en Castilla y León y las numerosas iniciativas nacionales e internacionales que han puesto a Castrillo en el mapa mundial.

Es un referente en tolerancia y lucha contra comportamientos antisemitas como el sufrido en diciembre, que no ha sido el primero, aunque se espera que sea el último.

Jorge Rozemblum es Director de Radio Sefarad 

Enlace Judío – Bezalel Smotrich, líder del partido de extrema derecha Hatzionut Hadatit, reaccionó este jueves a una declaración inusualmente dura emitida por un importante organismo judío del Reino Unido que dijo que no era bienvenido en el país, llamando a la organización un “pequeño grupo” que intenta “silenciarlo”, informó The Times of Israel.

Mientras Smotrich visitaba comunidades judías en el Reino Unido el miércoles, la Junta de Diputados de los Judíos Británicos, la principal organización representativa de los judíos del Reino Unido, tuiteó en hebreo que “rechaza las repugnantes opiniones y la ideología que provoca el odio de Bezalel Smotrich”.

“Hacemos un llamado a todos los miembros de la comunidad judía británica para que le muestren la puerta. Vuelve al avión, Bezalel, y serás recordado como una desgracia para siempre”, decía el tuit.

Smotrich es una figura controvertida en Israel. Ha hecho comentarios ofensivos contra los árabes y la comunidad LGBT, provocando críticas públicas a su persona una y otra vez.

Hablando el jueves por la mañana, Smotrich atribuyó la declaración a “problemas políticos internos” y dijo que no lo disuadiría de comunicarse con la comunidad judía en el Reino Unido.

“Siempre hay disputas y posiciones ideológicas”, dijo a la radio pública Kan. “Este era un grupo pequeño que está tratando de tomar el control y silenciar [otras opiniones]”.

“Con mucho gusto me reuniría con ellos”, agregó.

En reacción a la declaración en Twitter el miércoles, Smotrich escribió en inglés: “¡A toda la comunidad judía del Reino Unido, los amo a todos!”

Smotrich dijo el jueves que lo que más le molestaba eran los comentarios del ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Najman Shai, del partido Avodá, que parecía apoyar la declaración del organismo judío británico.

“No hay nada para Smotrich en Reino Unido. La comunidad ha dejado clara su posición”, tuiteó Shai el miércoles por la noche.

“No hay lugar para el racismo en ninguna parte”, agregó, y pidió a Smotrich que “vuelva a casa”.

El diputado Gilad Kariv, un rabino reformista de Avodá que preside el Comité de Constitución, Ley y Justicia de la Knéset, se hizo eco de los comentarios de Shai y dijo que Smotrich recibió su merecido.

“No hay nada sorprendente en que los judíos de la diáspora respondan a Smotrich en un idioma que él entiende. El hombre viajó a Gran Bretaña para profundizar la división y la tensión entre diferentes facciones y comunidades”, dijo Kariv.

“Es bueno que la organización que representa a los judíos de Gran Bretaña deje de lado los modales tradicionales británicos en favor del descaro israelí”, añadió.

En defensa de Smotrich el jueves estuvieron el partido Likud y otros diputados de la derecha israelí.

El Likud calificó el tuit de la organización judía como “grosero y vergonzoso”, y dijo que la organización estaba ignorando a una gran comunidad de judíos en el Reino Unido que apoya a Smotrich y su partido Hatzionut Hadatit.

Defendiendo al líder de su partido, el también controversial diputado Itamar Ben Gvir acusó a la Junta de Diputados de estar influenciada por los judíos de la “reforma izquierdista” y de “olvidar lo que significa ser judío”.

“La organización no representa a la mayoría de los judíos en el Reino Unido”, tuiteó Ben Gvir el jueves por la mañana.

“En cualquier caso, es bueno que mi amigo Bezalel Smotrich, que ama la Tierra de Israel y el pueblo judío, haya venido a apoyar a la comunidad judía [en el Reino Unido] y a explicar sus puntos de vista”, escribió.

Otro diputado de Hatzionut Hadatit, Avi Maoz, afirmó que la reacción de la Junta de Diputados a la visita de Smotrich muestra “cuánto odio y división existen en gran parte del pueblo judío en el exilio, y entre gran parte de nuestra nación en Sion, que aún experimenta el trauma del exilio”.

El ministro de Comunicaciones, Yoaz Hendel, del partido de derecha Tikvá Jadashá de la coalición, también defendió a Smotrich.

“Es inapropiado recibir a un diputado israelí de la Knéset que fue a reunirse con diferentes comunidades judías de esa manera”, dijo en un tuit.

“Incluso en medio de disputas, hay una forma [adecuada] de expresar [los desacuerdos]”, reprendió Hendel, y agregó que “aquellos que desean influir en la política israelí pertenecen a Israel”.

Smotrich se encuentra actualmente en una gira por las comunidades judías en el Reino Unido y Francia para reunir oposición contra el plan del gobierno de Naftali Bennett sobre reformas importantes en los servicios religiosos judíos controlados por el Estado.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Enlace Judío – Hay pocas situaciones que legítimamente se pueden comparar con el régimen Nazi. Los Juegos Olímpicos que se están llevando a cabo actualmente en Pekín son, a mi parecer, una de ellas. 

En Berlín de 1936, las Olimpiadas sirvieron un propósito aparte de la competencia deportiva: el maquillaje de la persecución de los judíos en Alemania. Entre los desfiles, la encendida de la antorcha y las proezas deportivas, la comunidad internacional se distraía de las Leyes de Núremberg. El régimen de Adolf Hitler parecía un poco más amigable ante los ojos del mundo.

Hoy, el presidente de China, Xi Jinping, puede esconder la persecución de los uigures —que ha sido descrita como posible genocidio por grupos como el Museo del Holocausto de Estados Unidos mientras en Pekín se monta un espectáculo de “paz y amistad”.

“La opresión sistemática del gobierno chino sobre los uigures no es el Holocausto”, escribió Elisha Wiesel, hijo del Premio Novel de la Paz y sobreviviente de Auschwitz, Elie Wiesel, “pero aunque no hayamos visto esta película en particular, conocemos el género”.

Entre 1 y 3 millones de uigures han sido internados en los los “campos de reeducación” del norte de China por rezar, ir a la mezquita o utilizar atuendos religiosos. Los testimonios de la gente que ha pasado por los campos son aterradores. En uno de ellos, Gulbahar Haitiwaji, describe su experiencia: 

En los campos de ‘reeducación’, la vida y la muerte no significan lo mismo que en otros lugares. Cien veces pensé, cuando los pasos de los guardias nos despertaron en la noche, que había llegado el momento de nuestra ejecución. Cuando una mano empujó con saña unas tijeras a través de mi cráneo, y otras manos arrebataron los mechones de pelo que caían sobre mis hombros, cerré los ojos, empañados por las lágrimas, pensando que mi fin estaba cerca, que me estaban preparando para el cadalso, el silla eléctrica el ahogamiento. La muerte nos acechaba en todos los rincones. Cuando las enfermeras me agarraron del brazo para “vacunarme”, pensé que me estaban envenenando. En realidad, nos estaban esterilizando. Fue entonces cuando entendí el método de los campos, la estrategia que se está implementando: no matarnos a sangre fría, sino hacernos desaparecer lentamente. Tan lentamente que nadie se da cuenta“.

Esterilizaciones masivas, violaciones en grupo, tortura y trabajos forzados son la realidad detrás de la coreografía alusiva a la paz en la inauguración de las olimpiadas. Mientras jóvenes patinaban al ritmo de la canción Imagine de John Lennon en Pekín, cientos de miles de uigures estaban siendo torturados en Xinjiang.

La comunidad internacional ha tomado el slogan de Nunca más después del Holocausto, pero está incumpliendo su promesa de nuevo. Como dijo Elie Wiesel, la neutralidad y el silencio alientan siempre al verdugo, nunca a las víctimas.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío.- Actualmente, la principal hipótesis dentro de la comunidad científica es que la vida se desarrolló a partir de moléculas de ARN, conocidas por su capacidad de autorreplicación, informó Weizmann Wonder Wander.

Las respuestas a las preguntas más importantes de la vida, el cuándo, el qué y el cómo de sus orígenes, aún no se han resuelto por completo. Actualmente, la principal hipótesis dentro de la comunidad científica es que la vida se desarrolló a partir de moléculas de ARN, conocidas por su capacidad de autorreplicación. Sin embargo, durante las últimas dos décadas, el profesor Doron Lancet, del Departamento de Genética Molecular del Instituto Weizmann de Ciencias, ha estado nadando contra las corrientes de la *sopa primordial. “Es muy improbable que el origen de la vida se remonte a una sola molécula compleja como el ARN“, dice Lancet, “pero es más probable que se trate de ensamblajes de compuestos químicos simples que pueden formarse espontáneamente y reproducirse como un todo”.

Para demostrar la viabilidad de esta línea de tiempo alternativa, Lancet ha desarrollado un modelo de química computacional que hasta ahora se ha considerado una teoría en busca de apoyo experimental. En sus artículos publicados recientemente, Lancet y los estudiantes de investigación Amit Kahana y Svetlana Maslov presentan, por primera vez, un compendio convincente de datos experimentales que corroboran su modelo del origen de la vida.

La NASA define la vida como un “sistema químico capaz de reproducirse y experimentar una evolución darwiniana”. Por lo tanto, la respuesta a la pregunta sobre el origen de la vida podría estar en la búsqueda de la entidad química más simple que cumpla con estas condiciones. Una de las principales advertencias en la suposición de que el ARN fue la primera entidad de este tipo en materializarse en la sopa primordial, el entorno caótico del que surgió la vida, es que es una molécula muy compleja que, probabilísticamente, no podría haber surgido espontáneamente. Las moléculas de ARN que pueden replicarse consisten en decenas, y a menudo cientos, de unidades moleculares discretas organizadas linealmente. Estas unidades, a su vez, se supone que se destilan de un medio que contiene millones de otras moléculas diferentes, una hazaña casi imposible. Si el error más pequeño ocurre en este intrincado rompecabezas, la molécula de ARN simplemente no se replicará. Si bien los acérrimos defensores de la hipótesis del ARN admiten las deficiencias del modelo, aún no han podido encontrar una alternativa favorable.

Entonces, si no es el ARN, ¿qué podría considerarse la base de la vida, el primer sistema químico en reproducción y evolución? Los opositores al paradigma del ARN han argumentado durante mucho tiempo que la respuesta a esta pregunta no puede resolverse al nivel de una sola molécula. “Dentro de las células”, dice Lancet, “ninguna molécula puede duplicarse por sí sola; es todo el conjunto celular el que se reproduce”. Dentro de la célula, está en funcionamiento una red catalizada de reacciones químicas, responsable de absorber y producir copias adicionales de todos los componentes de la célula. Durante el ciclo celular, este conjunto crece y luego se divide, con la descendencia similar a la “madre”, así como entre sí.

Micelas capturadas por un microscopio electronico. Izquierda: un aumento de diez veces de la estructura micelar (Amarillo: la cabeza “amorosa” del agua del lipido; Negro: la cola gorda “amorosa”). La barra de escala a la derecha indica 0,3 una milesima de mm

Las micelas pueden crear copias de su composición molecular a medida que se desarrollan, y luego se dividen, lo que recuerda cómo se comportan las células.

Los conjuntos moleculares propuestos por Lancet como las primeras entidades reproducibles se denominan micelas: esferas a nanoescala del tamaño de virus, compuestas de moléculas de lípidos. Estos poseen una propiedad única: están formados por una cabeza que “ama” el agua y una cola que “odia” el agua. Esta disposición permite que los lípidos realicen su tarea como principal componente estructural de las membranas que rodean a cada célula viva, así como para formar estructuras micelares significativamente más pequeñas.

Las micelas también constituyen una parte importante de nuestra vida cotidiana. El jabón para lavar platos, por ejemplo, se compone de detergentes similares a los lípidos. Cuando el jabón entra en contacto con el agua, normalmente se forman micelas que pueden atrapar partículas grasosas en el interior donde se organizan las colas que “odian” el agua. Aparte del jabón, se ha demostrado que las moléculas de lípidos podrían haberse formado en la Tierra antigua e incluso pueden haber llegado aquí transportadas en meteoritos. Estudios previos de Lancet han proporcionado evidencia adicional de que las estructuras micelares, a diferencia del ARN, podrían haberse formado fácilmente de forma espontánea en el entorno primordial caótico.

Para que las micelas lipídicas sean consideradas candidatas para el origen de la vida, deben mostrar propiedades catalíticas, es decir, capacidad para acelerar los procesos de reacción. En su primer artículo, los investigadores presentan pruebas exhaustivas precisamente de eso: diversos casos de catálisis de lípidos. Estos hallazgos, derivados inesperadamente de la industria química, respaldan la idea de que las micelas pueden imitar a las células actuales. Los investigadores también analizaron estudios que implementaron el modelo computacional de Lancet para predecir el comportamiento de los lípidos en una variedad de condiciones.

Estos estudios demuestran que las micelas pueden crear copias de su composición molecular a medida que se desarrollan, y luego se dividen, lo que recuerda cómo se comportan las células.

¿Y qué pasa con la evolución? Dado que la replicación micelar es propensa a errores, similar a cómo el ADN adquiere mutaciones espontáneas y aleatorias, podría impulsar los procesos evolutivos. Los investigadores también abordan este aspecto al introducir nuevas rutas por las cuales las micelas podrían haber evolucionado para volverse gradualmente más complejas, hasta convertirse en lo que se conoce como protocélulas, simples precursores de las células modernas. En el segundo artículo, los científicos proporcionan más pruebas bioquímicas de que los grupos químicos, unidos a la superficie de las micelas “amantes del agua”, pueden formar sitios de reconocimiento molecular, comparables a los que se encuentran en las proteínas actuales.

Aunque el modelo micelar del origen de la vida se relaciona con las crónicas de la vida en la Tierra, también podría impactar en la búsqueda de vida extraterrestre. El mandato predominante para la mayoría de las misiones espaciales en la actualidad se centra en la búsqueda de moléculas de ARN y proteínas, o sus precursores. Sin embargo, los nuevos documentos sugieren que puede valer la pena que los rovers que recorren las llanuras desérticas de Marte también busquen evidencia de otras entidades químicas. “Las formas de vida que se originaron y desarrollaron en diferentes planetas probablemente serían muy diversas”, dice Lancet, “pero creemos que los comienzos más humildes, ejemplificados por las micelas, pueden ser comunes a la vida en muchos lugares de nuestro sistema solar”.

Los avances en el estudio del origen de la vida podrían impulsar muchas otras áreas de investigación, incluida la vida sintética y la catálisis orgánica. Pero no menos importante es que estos documentos podrían catalizar un cambio de paradigma en el campo. “Este es un momento decisivo”, dice Lancet. “Por primera vez, pudimos reunir datos completos, tanto computacionales como experimentales, de que el modelo micelar debería percibirse como una alternativa plausible al modelo de ARN más ampliamente respaldado”. Ahora solo queda resolver los conflictos y esperar el nacimiento de un consenso dentro de la comunidad científica.

*El caldo primigenio, también llamado caldo primordial, primitivo, primario, de la vida, sopa primitiva, ​ prebiótica​ o nutricia, entre otras denominaciones, es una metáfora empleada para ilustrar una hipótesis sobre el origen de la vida en nuestro planeta. Wikipedia

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío