Enlace Judío – Una iniciativa mundial para detener la guerra en Ucrania fue publicada en la plataforma de change.org por un grupo de personas de más de 25 idiomas, entre los cuales se encuentra Daniel Goldin, un escritor mexicano y judío, quien fuera director de la Biblioteca Vasconcelos hasta el 2019.

En la petición, los activistas exigen al gobierno ruso que retire “inmediatamente su ejército de Ucrania, y cesar los ataques, particularmente a la población civil.” Además, el garantizar que se creen corredores humanitarios seguros para que los civiles puedan salir, así como permitir la entrada de provisiones, y derogar las leyes que impiden la libertad de expresión e información que se han impuesto en Rusia.

Goldin, en entrevista con Enlace Judío, comentó que esta iniciativa mundial se construyó a partir de que Rusia invadió Ucrania. Entonces “un grupo de amigos y yo iniciamos un chat para compartir información y articular acciones contra la guerra y de apoyo al pueblo de Ucrania.

“Algunas personas sostenían que la supuesta incorporación de Ucrania a la OTAN era una provocación.  Otros entendíamos que era preciso pensar en un horizonte diferente. Y que una situación así exige un esfuerzo intelectual para limpiar las palabras, revisar la historia y esclarecer”, expresó.

Un llamado a la acción mundial

“En parte por la amenaza de la invasión rusa a Ucrania —recordó Goldin—, hace unos meses cobré conciencia de que nací solo 13 años después del fin de la segunda Guerra Mundial y de que estaba en peligro aquellos acuerdos básicos que normaron la convivencia después de ese terrible acontecimiento.

“Al observar la dinámica de ese grupo de discusión, pensé que era importante encontrar los mínimos comunes que pudieran aglutinar una respuesta contundente en contra de la invasión rusa y en favor de la ayuda humanitaria, a las víctimas de las múltiples guerras”, dijo.

Al momento en que se escribe este artículo, la petición en la página web ha alcanzado más de 500 firmas, en dos días, y se ha traducido al inglés, francés, ruso, portugués, hebrero, entre otros idiomas.

De acuerdo con Goldin, la petición la redactó con ayuda de diversas personas, entre los que se encuentra Elisa Schmelkes, economista por la UNAM y música fundadora del colectivo escénico coral No Coro. Asimismo, se ha buscado a traductores de todo el mundo que se han ido sumando a la causa.

La idea fue “encontrar traductores al húngaro, chino, coreano, japonés o maya… Pero también zapoteco, hebreo, sueco, vasco, catalán. Incluso idisch y árabe. En Change.org no había antecedentes de una petición en tantos idiomas. Es un proceso lento y laborioso… Pero lo estamos logrando”, aseveró.

Una iniciativa mundial de compromiso

Piden que la gente tome acción ante sus gobiernos.

La petición pide a las autoridades de los respectivos países, comunidades, instituciones y empresas que “tomen las medidas posibles para detener la guerra, (ya que de) no hacerlo supone implícitamente autorizar a cualquier gobierno, no solo a los de las potencias militares, a imponer las armas sobre las leyes y el diálogo.

“(…) Exigimos el cese inmediato del fuego. No solo los gobiernos y los ejércitos tienen la capacidad de realizarlo. Nos toca a todos hacer valer el diálogo o no habrá nada que defender.” se expresa en el texto.

Y aunque se busca que esta petición llegue a toda la gente posible, Goldin aseguró que “no somos ingenuos. No pensamos que al firmar se va a detener la guerra. Pero si sumamos miles de firmas” en todos los idiomas posibles, “algo de presión haremos. La petición es un compromiso. Cada persona al firmar se compromete a hacer algo en diferentes niveles.

“Creo que la petición es clara. Es un llamado a cada quien a hacer un esfuerzo para que esto pare y nunca más pueda retornar. Eso supone entre muchas otras cosas participar en marchas, colaborar en colectas, pero sobre todo asumir que lo que le pase al prójimo me concierne”, señaló el escritor judío.

En tanto, Goldin comentó que algo que se preguntan todos los judíos, y muchas otras personas, es: “’Y tú ¿Qué hiciste?’ Yo todo el tiempo lo tuve en mi cabeza.” Por ello “era imperioso hacer un llamado claro y comprometedor. Que uniera a personas de diferentes lenguas, creencias y posturas políticas, contra la guerra, la violencia y por la libertad de expresión e información.

“Espero que cada firma también sea un compromiso. Crecí con el mandato de no olvidar. Pero no olvidar supone no repetir una frase, sino actualizar una respuesta a un desafío”, concluyó.

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