Enlace Judío – Desde la época de la destrucción del Primer Bet Hamikdash en el año 586 AEC, se dice que un grupo de judíos huyó a Rusia, y de ahí avanzaron al este y se establecieron en la Rus de Kiev, a la que llamaron “la Jerusalén del Cáucaso”, una federación de tribus eslavas orientales, que llegó a convertirse en el Estado más grande y poderoso de Europa durante el siglo XI.

MTRA. MÓNICA AMKIE DE BETTECH

Tras la invasión mongola de mediados del siglo XIII, la unidad territorial desapareció y el área fue dividida y gobernada por diversas potencias, incluidas la República de las Dos Naciones, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y el Zarato ruso.

El reino de los jázaros descrito por Yehuda Halevy en su magna obra de filosofía judía Kuzari, comenta que el reino de los jázaros se ubicaba al oriente de Ucrania. En el siglo VIII, el rey de este pueblo llamado Kagan, quien era pagano, tras un largo debate teológico entre las tres religiones monoteístas, se convirtió al judaísmo y ordeno que todos sus súbditos también lo hicieran.

Diversas corrientes de pensamiento de la historia han encontrado restos arqueológicos que comprueban que en siglo IX ya vivía una gran comunidad judía. Se encontraron lámparas de aceite, Menorot y Mezuzot que datan del periodo helenístico.

Los judíos de esas comunidades independientes hablaban su propia lengua, el ídish. El ídish original—que apareció por primera vez en el siglo XIII—, se escribía con letras hebreas y era una mezcla de hebreo, eslavo y alemán; como cualquier otra lengua, el ídish tuvo un desarrollo constante y el moderno. Es preciso mencionar que el idish llegó en el siglo XII a Ucrania, cuando judíos provenientes de Ashkenaz (Alemania), huían a causa de las cruzadas y la peste negra. Principalmente, diversas comunidades de refugiados judíos se asentaron en Volhinia, zona de intersección entre Ucrania, Polonia y Bielorrusia.

Los judíos de Ucrania eran, por lo general, gente de la ciudad por las diferentes leyes que les prohibían poseer tierra. A pesar de los retos, lograron crear numerosas comunidades agrícolas llamadas shtetl (ídish para “ciudad pequeña”).

En general, los judíos eran exitosos, a pesar de los retos que implicaban trabajar con cristianos polacos y ucranianos, entre los que dominaba la creencia que los judíos eran responsables de la muerte de Jesús. En muchas ocasiones, los cristianos se amotinaron en contra de los judíos, por ejemplo, una ocasión en 1399, en Umán, un rabino y trece ancianos fueron acusados de robar propiedad de la iglesia y fueron torturados y quemados en la estaca, acto que iba directamente en contra del edicto del rey.

Del año 1500 al 1650 Ucrania paso a ser parte del reino de Polonia y Lituania y en ese momento se vivió un gran auge para la vida judía, ya que los polacos permitían la tolerancia religiosa, siempre y cuando los judíos pagaran altas tasas de impuestos.

Otro problema fue que los judíos trabajaban como administradores y recolectores de impuestos para los señores feudales polacos. Esta actividad los hacía poco populares entre los habitantes de los pueblos que, de igual manera, necesitaban poco aliento para incrementar su ya existente actitud antijudía.

Lo anterior fue especialmente cierto en lugares como Ucrania, en donde los católicos polacos eran vistos como un poder invasor en la tierra oriental ortodoxa, ya que etnias tales como los eslavos y los cosacos practicaban la religión cristiana eslava ortodoxa y el clero polaco solamente dejaba a los judíos que laboren como cobradores de impuestos y usureros, por lo que constantemente se sentían resentidos con los judíos, quienes eran representantes de las fuerzas invasoras.

A pesar de que la nobleza necesitaba a los judíos, al grueso de la población les resultaban dispensables. Hubo instancias en que los soldados polacos, que normalmente cuidaban las ciudades de invasores cosacos, abandonaban a los judíos a merced (o falta de esta) de los ucranianos. Esto ocurrió, por ejemplo, en 1648 en la ciudad de Tulchin, donde los soldados polacos hicieron un trato con los cosacos y abandonaron la ciudad. A pesar de lo anterior, los judíos defendieron la ciudad por sí mismos hasta que cayeron y fueron asesinados en su totalidad.

De acuerdo con Simón Dubnow, la expulsión de los polacos por los ucranianos, debido a la conquista del Reino de Polonia y Lituania por Ucrania, incitó una masacre de judíos a gran escala. En 1635, ocurrió la primera explosión de violencia en Ucrania en contra de polacos y judíos, principalmente porque los judíos, tal como se mencionó en líneas anteriores eran los prestamistas y los cobradores de impuestos de la aristocracia local, cabe destacar que este intento de revolución fue aplacado por el momento.

En 1648, el personaje principal que liberó gran parte de Ucrania de la soberanía polaca fue liderada por un cosaco llamado Bohdán Jmelnitski, y estuvo dirigida en gran parte contra los judíos. Jmelnitski aprendió desde pequeño un odio por lo judíos, porque le habían enseñado que había que hacerlos sufrir por medio de la sangre y la tortura para poder vengar la muerte de Yeshu.

Jmelnitski fue uno de los antisemitas más letales de la historia, a la par de Hitler. Su objetivo fue el genocidio, sus fuerzas asesinaron a un estimado de 100m000 judíos de las formas más atroces y destruyeron cerca de 300 comunidades judías. He aquí una descripción de Ieven Mezula:

Algunos de ellos [los judíos] fueron despellejados y sus pieles fueron arrojadas a los perros. Las manos y los pies de otros fueron cortados y ellos [sus cuerpos] arrojados a la calle, en donde carruajes los atropellaban y eran aplastados por las pisadas de los caballos… Muchos fueron quemados vivos. Niños fueron asesinados en el regazo de sus madres y muchos niños fueron desgarrados como peces. Desgarraron los vientres de mujeres embarazadas, tomaron los fetos y los arrojaban frente a ellas. Abrieron los vientres de algunas de ellas y pusieron un gato vivo en el interior y las dejaron vivas, primero cortando sus manos para que no pudieran sacar el gato vivo del vientre… y jamás hubo una muerte no natural en el mundo que ellos no les hayan infligido.

He aquí otro relato del rabino lituano Shabtai ben Meir HaCohén (1621-1662), también conocido como el Shaj, que sobrevivió la ofensiva:

En un solo día, 1500 personas fueron asesinadas en la ciudad de Umán en Rusia, en Shabat. Los nobles [cosacos] con quienes la malvada multitud se había aliado persiguieron a todos los judíos de la ciudad hasta los campos y los viñedos, en donde los villanos los rodearon en círculo, los desnudaron y les ordenaron que yacieran en el piso. Los villanos les hablaron a los judíos con palabras amigables y de consuelo: ‘¿Por qué quieren ser matados, ahorcados y asesinados como ofrenda a su Dios quien vuelca Su ira hacia ustedes sin piedad? ¿No sería más seguro para ustedes adorar a nuestros dioses, nuestras imágenes y cruces y seríamos todos un pueblo unido?’. Pero el santo y fiel pueblo que tan a menudo se dejó matar en nombre de Dios, elevó su voz en conjunto y con gran fuerza hacia el cielo todos clamaron: ‘Escucha a Israel, Señor nuestro Dios, el Santo y el Rey del Universo, hemos sido asesinados por Ti tan a menudo. Oh, Dios de Israel, permítenos permanecer fieles a Ti’. Después de eso recitaron la confesión de los pecados y dijeron: ‘Somos culpables y reconocemos el juicio Divino’. En ese momento, los villanos fueron hacia ellos y no hubo uno de Israel que no haya sido asesinado.

Sin embargo, incluso hoy, Jmelnitski es considerado un héroe nacional en Ucrania, en donde se le estima como una especie de libertador. De hecho en Kiev hay una gran estatua erigida en su honor.

Así es como, en 1648-1649, la edad dorada de la judería polaca y ucraniana fueron destrozadas. Los pogromos ocurrieron en toda la zona cosaca de Ucrania y Polonia oriental y los judíos en otras partes del país permanecieron allí. Polonia, Lituania y Ucrania continuaron siendo, durante muchos años, el centro del mundo judío ashkenazí.

Cien años más tarde, el movimiento jasídico se fundó entre los judíos ucranianos en las aldeas del sur y el oeste de Kiev y se extendió rápidamente por gran parte de Europa del Este. En 1791, la Zona de Asentamiento se estableció en el borde occidental del Imperio ruso para contener (geográficamente) la vasta población judía del país. Posteriormente, tanto los zares como los soviéticos apuntaron a Ucrania para el asentamiento judío como parte de sus respectivas políticas del sur de Rusia.

La importante geopolítica de Ucrania, ha sido de vasto interés para las grandes potencias, sobre todo para Rusia. Por tanto, sus fronteras han sido anheladas a lo largo de la historia por los países vecinos. Cabe destacar que Ucrania también ha sido calificado como uno de lo países más antisemitas del planeta. Cabe solo mencionar la gran masacre de Babi Yar, en 1941, en donde se asesinó a más de 34000 judíos con colaboración local de los ucranianos.

Durante el régimen socialista fue uno de los soviets pertenecientes a la URSS. En 1990, logró su independencia y volvió a revivir la vida judía.

Se estima que hoy en día viven en Ucrania 100000 judíos. Es la cuarta comunidad más grande de Europa. Dentro de esta bella y milenaria comunidad se encuentran los Jasidim de Breslev, que regresan año tras año a Umán, a la tumba de Rabí Najman de Breslev (1722-1810) y han reestablecido una comunidad de habla ídish.

 


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