Enlace Judío México e Israel – Una de las realidades más tangibles de este mundo es que no estamos solos. A donde vayamos y todo lo que hacemos depende de nuestra interacción con otros seres humanos y el sentimiento de conexión con ellos es uno de los regalos más grandes que podemos recibir. Como tal también es nuestra responsabilidad proveer por aquellos que necesitan de nuestra ayuda, colaborar con lo que nos sea posible para el bienestar de quienes nos rodean. La cultura judía siempre se ha caracterizada por fomentar el respeto, la ayuda social, y la ayuda al prójimo a múltiples niveles y esto es especialmente en Estado Unidos donde hubo un gran crecimiento económico en ciertos sectores de la comunidad judía durante el siglo XIX. A la par de la riqueza hubo grandes movimientos filantrópicos y gente decidida a usar su riqueza para ayudar a los demás, las siguientes mujeres son tan sólo un ejemplo de las miles de judíos que ha lo largo de los siglos han dado su trabajo y su dinero para ayudar a las poblaciones más necesitadas.

Alice Davis Menken (1870 – 1936)

Fue de las primeras en dar ayuda social y fomentar la rehabilitación de delincuentes

ayuda social. Alice MenkenLos grandes cambios ocurren en los detalles pequeños, en las cosas que escapan fácilmente a nuestra vista, que nadie más había notado antes. Es así también en el ámbito de las relaciones sociales y las humanidades; sin embargo, en este caso la atención al detalle toma un nuevo sentido porque no estamos hablando de objetos, estamos hablando de personas y tener la sensibilidad de ver lo que nadie ve implica abrirle espacio a gente que nadie antes había ayudado.

Ese fue el caso de Alice Davis Menken, fue de las primeras en abrir espacios comunitarios de rehabilitación para delincuentes judías. Usualmente asumimos que la gente que delinque lo hace por maldad y la forma tradicional de tratar con gente así era castigarlas y aislarlas, incluso desproveerlos de derechos básicos. Sin embargo, con las décadas esta postura se ha suavizado y hoy se reconoce que las razones que llevan a una persona a delinquir son mucho más complejas de lo que se puede apreciar a simple vista. Las posturas actuales se arrojan más a prevenir el delito a través de la ayuda humanitaria que a través del castigo. También se reconoce la complejidad del delincuente como persona y como tal se acepta que se le debe tratar con respeto y que tiene necesidades emocionales que deben ser atendidas. Aún así esa no era la postura tradicional en 1907 cuando Menken fundó la Junta de Guardianes Judíos en Nueva York, una de las primeras instituciones comunitarias que atendía a delincuentes o buscaba prevenir la delincuencia a través de la ayuda social.

Menken había nacido en 1870 y provenía de familias judías sefarditas sumamente influyentes y adineradas. Desde muy joven tuvo interés en los problemas sociales que observaba y en 1896 ayuda a fundar “Shearith Israel Sisterhood”, (la Hermandad de Shearith Israel) una organización de mujeres dedicadas a la ayuda social afiliadas a Shearith Israel, una de las sinagogas más importantes de Nueva York, de la cual también fue presidenta entre 1900 y 1929.

Entre muchas de las actividades que impulsó en ese tiempo abrió una casa para refugiados judíos que huían de las persecuciones y las guerras en el imperio otomano. En este proyecto fue que Menken se dio cuenta de la importancia que tenía atender a delincuencia, pues está había subido significativamente entre los inmigrantes judíos gracias a las condiciones tan precarias en las que se veían. La junta que formó en 1907 ayudó a reducir los años en que jóvenes judías pasaban en el reclusorio o la cárcel cambiándolos por libertad condicionada en las que ella misma se hacía responsable de su cuidado. También ayudaba a prevenir la delincuencia o a reintegrar expresas a la sociedad apoyándolas con terapia psicología y ayuda social.

Por más de 30 años trabajo con este tipo de poblaciones y publicó distintos escritos donde cambia el enfoque social que debe darse a este problema. Abogaba por la “misericordia y rehabilitación” en vez de “el sentimentalismo y el castigo.” También hablaba de la importancia de atender a las poblaciones en riesgo y desarrollar mayor conciencia sobre los problemas y necesidades de las mismas. Su libro On the Side of Mercy: Problems in Social Readjustment (1933) (En favor de la misericordia: Problemas de reajuste social) resume el trabajo de su vida y su enfoque social.

En 1920, fue llamada al Consejo de Administración del Reformatorio Estatal para Mujeres de Nueva York por el gobernador Alfred E. Smith. Fue secretaria de esta institución por 10 años (entre 1922 y 1932) También fue miembro de la Liga Florence Crittendon, el Comité Nacional de Prisiones, la Asociación Nacional de Libertad Condicional y la Oficina de Servicio Social de la Junta de Libertad Condicional del Estado de Nueva York; también ayudó a fundar el movimiento judío Big Sister en 1911 y estableció varias secciones del mismo en otros estados del país.

Lina Morgstern (1830 – 1909)

Fomentó la creación del preescolar y las cocinas comunitarias

ayuda social. Lina MorgensternSe necesita tener un corazón muy grande para dar tu vida al bienestar de alguien más y se necesita tener mucha creatividad para innovar en el ámbito del trabajo social. Tal fue el caso de Lina Morgenstern (Bauer de soltera) quien no sólo dio su vida a las causas que veía importante sino hizo famosos conceptos tan comunes hoy como el de cocinas populares o la importancia del kindergarten (preescolar).

Ella había nacido de una familia muy adinerada de filántropos que brindaba ayuda social; su madre y su tía rescataban mujeres en situación de calle y las dotaban de educación para evitar que llegaran a los burdeles. Mientras que su padre había designado una casa especialmente como refugio para trabajadores desempleados. Ella misma a los 18 años fundó una asociación para ayudar a niños pobres con zapatos, vestimenta, cuadernos y libros. Aunque creció en la opulencia perdió su dinero al decidir casarse con polaco pobre e idealista que no supo administrar bien sus negocios. Por lo cual ella se convirtió en un motor económico importante para la pareja a través de sus escritos, eventualmente recuperarían la opulencia.

La situación precaria no hizo que detuviera su ayuda filantrópica y humanitaria. Se le reconoce especialmente haber impulsado la idea de kindergarten que Friedrich Fröbel había creado y no había logrado difundir. Sin la intervención de Morgenstern ésta pudo haberse extinto, pues las autoridades prusianas habían intentado oprimirla. Realmente la idea tuvo éxito cuando Morgenstern cofundo la Asociación de Mujeres para la Promoción de Kidergartens Fröbelianos. Siendo presidenta de la misma estableció ocho kindergartens y una academia para entrenar educadoras. Algunos de estos alumnos irían a Estados Unidos y el preescolar pronto se volvería una institución en el mundo.

Otra de sus grandes aportaciones fueron las cocinas comunitarias que estableció en Berlín, abrió diez de ellas y servían comida diaria a alrededor de 2,500 personas cada una. Fue de las primeras en hacer algo por el estilo y su ejemplo inspiro a las cocinas comunitarias tan comunes hoy en Estados Unidos. Las ideas de Morgenstern y su trabajo comunitario se difundió en el mundo a través de sus escritos; El paraíso de la infancia durante muchas décadas fue el libro de texto usado en todo el mundo para los kindergartens; mientras que su Libro ilustrado de cocina universal (creado a través de sus experiencias en las cocinas populares) fue tan famoso que los nazis no pudieron si quiera incluirlo en su quema de libros.

Además de las dos grandes contribuciones que ya hemos mencionado también creó asociaciones para la protección de los niños, para mejorar la educación de las mujeres y para apoyar a los soldados que lucharon en las guerras franco-prusianas. Fue muy querida por los emperadores (Wilhelm y Agusta) quienes se convirtieron en sus mecenas y le dieron las medallas de Victoria, Servicio y Guerra. Sin embargo, al final de su vida sufrió varios ataques atisemitas que la obligaron a retirarse de la esfera pública. Terminó sus días recluida escribiendo, entre sus libros más famosos se encuentran las biografías de 250 mujeres.

Rebecca Gratz (1781–1869)

Ayudó a crear una identidad judía estadounidense sólida creando los primeros orfanatos y escuelas de domingo para judíos.

Ayuda social. Rebecca GratzNingún pueblo sobrevive intacto a la pobreza, muchas veces el abandono, la necesidad, el resentimiento y la envidia hace que los valores morales se diluyan y los principios que rigen a una cultura se pierdan para siempre. El pueblo judío a lo largo de los cientos de países donde ha existido siempre ha estado en este vaivén de sobrevivir entre la extrema pobreza, la opulencia y la asimilación. Es gracias a los cientos de familias y personas que han visto el valor de la cultura judía y han decidido enseñarla que el judaísmo como religión y cultura ha sobrevivido hasta nuestros días. Rebecca Gratz fue una de esas personas que no quiso cruzarse de brazos y ver lo que amaba morir. Fue una filántropa y trabajadora social que inauguro colegios, orfanatos y dio su vida al desarrollo de una cultura judía americana.

Ella creció en el seno de una familia judía muy adinerada de Filadelfia, desde temprana edad sintió gran fascinación por el arte y la cultura y estuvo mucho tiempo involucrada en los círculos intelectuales del momento con gente como Washington Irving y James Kirk Paulding quienes fundaron la revista Port Folio en la cual ella también contribuía. A lo largo de su vida mantuvo fuerte correspondencia con gente del calibre de Maria Edgeworth, Catherine Sedgwick, Fanny Kemble y Grace Aguilar.

Sin embargo, sus aspiraciones filantrópicas fueron más fuertes que su hambre de desarrollo intelectual. A sus 19 años su padre enfermó y ella se convirtió en una de sus enfermeras, eso le dio la experiencia necesaria para fundar junto con otras veinte mujeres la Asociación Femenina no sectaria de Filadelfia para el Socorro de Mujeres y Niños en Circunstancias Reducidas, de la cual fue presidenta varios años. En 1815 fundó de los primeros orfanatos para niños en Filadelfia y 15 años después ayudaría a su hermana a fundar el primer orfanato de Kentucky.

Como presidenta de las instituciones que fundaba mantuvo siempre un record de los movimientos actividades y demás muy detallado; sin embargo, también usaba su labor para escribir en periódicos sobre temas sociales y difundir la importancia del trabajo social y la ayuda comunitaria.

En 1819 percibió que la mayoría de las familias judías que caían en la pobreza eran incapaces de mantener sus tradiciones y los hijos que caían en orfanatos eran fácilmente cooptados por misioneros y evangelistas. Vio la importancia de crear una escuela donde se difundieran las tradiciones y valores judíos. Junto a mujeres de su congregación y fundó la primera asociación judía del país que no nacía de una sinagoga la Sociedad Hebrea de Beneficencia Femenina (FHBS por sus siglas en inglés). En un inicio ayudaban únicamente a mujeres y niños necesitados, daban servicio de comida, combustible y alojamiento y más adelante empezaron a trabajar con poblaciones judías necesitadas (incluyendo a hombres y jóvenes) y ofrecieron también bolsas de trabajo y ayuda en viajes.

Esa misma asociación pocos años después (1838) cuando Gratz seguía fundó escuelas de domingo para fomentar la educación judía y fueron los primeros en implementar este formato dentro de la comunidad judía. a la cabeza fundó la primera escuela de educación judía. Los materiales de trabajo que crearon y el sistema de educación judía que implementaron sería copiado en otros lugares y ayudaría significativamente a mantener la educación judía viva en otras partes del país.

En sus escuelas también enseñó mucho de la cultura estadounidense, en sus escritos y actividad social ayudó a crear una identidad judía sólida que también incluyera la cultura estadounidense.

Ver también Bertha Pappenheim