Enlace Judío México e Israel – En las últimas semanas, las imágenes de refugiados ucranianos llegando a un país donde los acogen han sido tan conmovedoras como desgarradoras. Se alcanzan las dualidades: las caras tristes y expresiones rotas de haber dejado un hogar se mezclan con un sentimiento de esperanza, de al fin haber llegado a un lugar dónde pueden estar más seguros.

Más de 12,000 ucranianos, tanto judíos como no judíos, han inmigrado a Israel desde el inicio de la guerra y se espera que el número incremente en las próximas semanas. Cabe mencionar que el esfuerzo que ha hecho Israel al acoger refugiados — especialmente comparado a otros países occidentales — ha sido de admirar.

Pasos rocosos en el camino

Como siempre, ha habido algunos pasos rocosos en el camino. Voces xenofóbicas como las de Tomer Moskowitz, Ministro de Inmigración y Población, ha dicho que deportarán a aquellos que no tengan su papeleo en orden y que admitir demasiados ucranianos fue un error. En materia de política oficial, el gobierno sólo incrementó el número de refugiados que aceptaría después de que la población haya manifestado su inconformidad con la baja cuota establecida inicialmente.

Las leyes ambiguas relacionadas a la definición de quién es un judío y, por lo tanto, elegible para ciudadanía inmediata también se han asomado en el proceso, dejando a algunos refugiados en tediosos trámites burocráticos donde su judaísmo es escrudiñado. Es importante tener en mente que esas contrariedades tienen sus raíces en problemas más amplios del sistema de inmigración. No son exclusivos a la situación presente, pero ésta recuerda la importancia de atenderlos lo antes posible.

Sin embargo, los defectos del sistema de inmigración israelí no son la única instancia donde la ola de refugiados ucranianos ha puesto una lupa encima. Como lo resaltó la Ministra de Absorción Pnina Tamano-Shata en una junta la semana pasada, mientras Israel ha redoblado esfuerzos para acoger a refugiados judíos de la guerra en Ucrania, se había quedado de brazos cruzados ante aquellos judíos etíopes que pretenden escapar de la Guerra de Tigray, un conflicto que ha dejado más de 50,000 muertos.

Israel ha tratado mejor a los inmigrantes que vienen de Europa

Cuando Tamano-Shata señaló la hipocresía en una reunión del gabinete y preguntó por qué se ha acogido a los ucranianos mientras a los etíopes no, el Ministro de la Diáspora Nachman Shai dio una respuesta: “por qué somos de Europa”. Aunque después haya dicho que fue sólo una broma, el problema es que la broma contiene más verdad que chiste: a lo largo de su historia, Israel ha tratado mejor a los inmigrantes que vienen de Europa que a aquellos que son de países árabes o de África.

Los antecedentes están ahí: desde las mujeres etíopes que fueron coaccionadas a tomar una inyección anticonceptiva para pasar a Israel o los hijos de judíos recien llegados de países árabes que fueron puestos en adopción para familias ashkenazis (provenientes de Europa), la disparidad ha estado ahí desde un inicio.

Todos los israelíes son hermanos

Un día después de la petición de Tamano-Shata en el gabinete, la Suprema Corte aprobó una iniciativa para acoger a 9,000 refugiados etíopes en Israel, plan que había estado bloqueado desde noviembre. Al conocer la resolución, Tamano-Shata celebró diciendo que “Todos los israelíes son hermanos. Como prometí, seré una ministra para todos. Lucharé para traer judíos de Ucrania junto con inmigrantes de Etiopía y de cualquier lugar de la diáspora desde donde alguien quiera emigrar a Israel”.

Pronto veremos imágenes de refugiados ucranianos y etíopes aterrizando en Israel para hacer al país su casa. Su llegada resaltará los aspectos más positivos de Israel y enfatizará su razón de ser: un país seguro y diverso para judíos de todo del mundo. Al mismo tiempo, se destacarán algunos de sus problemas más oscuros: que algunos de los que arriben habrán esperado innecesaria e injustamente para hacer su llegada por razones fuera de su control.

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