Enlace Judío – Un factor importante que explica la invasión de Ucrania es la intención de Vladimir Putin de recuperar el nivel de potencia mundial de Rusia que tenía cuando existía la Unión Soviética (URSS), que, con su disolución en diciembre de 1991, 25 millones de rusos se quedaron fuera de su control. En este ámbito, Ucrania era el segundo mayor Estado de la URSS.

Otro elemento importante vinculado a la invasión es el interés estratégico de Moscú de recuperar el mar Negro que actualmente pertenece a Ucrania (es un mar interior que conecta al Mar Mediterráneo). Asimismo, la ofensiva de Rusia en Ucrania se relaciona con su temor de la creciente ampliación de la OTAN apuntando sus misiles desde Ucrania en las narices de Rusia. Este era un supuesto equivocado de Putin ya que Rusia no ha estado en un peligro existencial frente a la OTAN, es casi imposible que esta última pudiera atacar a Rusia.

La ofensiva de Putin a Ucrania se basó en supuestos equivocados ya que consideró que sería breve y eliminaría rápidamente al gobierno de Volodimir Zelensky e impondría un “gobierno títere”. Sin embargo, la respuesta del ejército ucraniano al mando de su carismático presidente, ha causado miles de bajas en las fuerzas invasoras y destruido una parte de su obsoleto armamento. 

Putin atacó a Ucrania violando las normas básicas de la guerra causando una crisis humanitaria que demuestra que Rusia no ha aprendido la tragedia de la Segunda Guerra Mundial.

Otro craso error de Putin fue atacar a Ucrania por varios frentes sin tener la capacidad física para controlar todo su territorio.

El fin de la semana pasada (2 y 3 de abril) tras la retirada de las fuerzas rusas de Bucha, un suburbio de Kiev, la capital, se encontraron 400 cadáveres de civiles en sus calles y en fosas comunes que ha causado una conmoción mundial; esta acción ha sido calificada de crímenes de guerra, de genocidio. Cientos de civiles fueron enterrados en fosas comunes, algunos tenían las manos atadas a la espalda y parece que recibieron tiros a distancia. Asesinatos similares ocurrieron en la ciudad de Irpin.

En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pedido que el presidente ruso, Vladimir Putin, sea juzgado por crímenes de guerra. Igualmente el canciller Olaf Scholz de Alemania hizo una solicitud en igual sentido. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron pidió una nueva ronda de sanciones para Rusia por parte de la Unión Europea.

El presidente Zelensky advirtió a su pueblo que las fuerzas de Rusia en su retirada “han creado un completo desastre” fuera de la capital “ya que dejan minas en todo el territorio, incluso alrededor de casas y cadáveres”.

Como resultado de la invasión a Ucrania han huido de ese país 5 millones de personas, la mayoría mujeres, niños y personas de la tercera edad y que han encontrado refugio en países vecinos. Europa ha abierto generosamente sus puertas. También miles de ucranianos judíos y no judíos han llegado a Israel donde tienen parientes ya establecidos. Desde que comenzó la guerra el 22 de febrero pasado, 3,200 rusos y 150 bielorrusos se establecieron en Israel con derecho a la nacionalidad israelí.

Por otra parte, un flujo de judíos ucranianos se han dirigido a Alemania donde existe una comunidad judía de 250 000 personas, el 90% de ellos hablan ruso y el gobierno alemán les ha concedido derechos especiales, entre otros viviendas subsidiadas.

En el ámbito de la guerra el gobierno de Israel instaló un hospital de campaña en el oeste de Ucrania, llamado Kojav Meir (Estrella Brillante) donde 80 médicos con gran experiencia han tratado a más de 2 000 mujeres y niños.

Así el 22 de febrero pasado ha establecido una nueva geopolítica con repercusiones a nivel mundial. En este ámbito, el peor escenario que podría preverse es una guerra nuclear.  

 


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