Enlace Judío México e Israel – Especial para Enlace Judío.- Cuando Vladimir Putin lanzó sus fuerzas armadas contra su vecino argumentó el predominio de grupos “nazis” en el gobierno de Ucrania, los cuales estaban “masacrando” a la población de origen ruso. Les dijo a sus generales que la invasión incluso era para salvar los ciudadanos de esa nación, quienes se revelarían contra su presidente neonazi y agradecerían al ejército ruso por liberarlos de esa pandilla.

36 días después de la invasión el ejército de Putin ejecutó un genocidio al viejo estilo de Adolfo Hitler contra la población ucraniana del suburbio de Bucha, posteriormente de retirarse debido a que perdieron la batalla para controlar Kiev.

Ahora, tras ese “pequeño” genocidio, Vladimir Putin perderá la guerra pero no en suelo de Ucrania, sino en Moscú, en el plano internacional y sobre todos ante la Historia.

Un antecedente de la propaganda rusa y sus “fake news” para engañar a su población lo representó la invasión de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) a Afganistán (1979-1989). En esa época Vladimir Putin era un alto funcionario de la KGB.

“Los muchachos de Zinc”

En su libro “Los muchachos de Zinc”, Svetlana Alexievich, premio Nobel de Literatura 2015, cuenta que esa invasión no existió en la TV y medios masivos estatales “socialistas”, no había de otros en ese tiempo, durante los primeros años de la guerra de la ex URSS contra Afganistán.

Decenas de testimonios de soldados, enfermeras, madres, oficiales o mandos recolectados por Alexievich en su libro contaron que mientras ellos combatían matando a la población afgana, los medios soviéticos informaron que sus tropas “estaban en Afganistán para reconstruir al país”. Para encaminarlo hacia un “futuro luminoso” y consolidar el “socialismo”.

“Los periódicos decían que nuestros soldados construían puentes, plantaban arboledas de la amistad y que nuestros médicos atendían a las mujeres y a los niños afganos. No que los estuvieran matando”, narró uno de los testigos.

Cuando los soldados que estaban combatiendo veían esas noticias sólo les quedaba “sonreír”

“Nadie se preguntaba: ¿por qué de pronto los chavales de 19 años se morían haciendo el servicio militar? ¿Era por el vodka? ¿Por la gripe? ¿O tal vez se han empachado de naranjas?”

“Desde el helicóptero se veían cientos de ataúdes de Zinc”, narraron los testimonios. Los soldados soviéticos fallecidos sumaron unos 50 mil, según cifras oficiales.

Cuando las madres recibían a sus hijos fallecidos en esos ataúdes sellados se les decía que murieron en un accidente. Tenían prohibido exigir detalles sobre la muerte de su hijo, so pena de castigo.

Sokolov, Mayor, Piloto militar del Ejército Soviético, cuenta en su testimonio como asesinaron a cientos de miles de civiles con armas prohibidas por la Convención de Ginebra:

“¿Por casualidad la madre de algún -afgano- ( así les decían a los soldado soviético que combatió en Afganistán) caído sabe lo que es una bomba de vacío? El punto de mando de nuestro ejército en Kabul disponía de una línea directa con el gobierno de Moscú. Desde ahí nos llegaba el visto bueno para usar esta arma. La primera carga explosiva reventaba un contenedor de gas. El gas se dispersa y llenaba todos los huecos. Pasado un intervalo de tiempo, se hacía explotar esa nube. En la superficie no queda nada vivo. Al ser humano se le reventaban las entrañas, se les salían los ojos de las cuencas”.

Esa guerra que no existió mediáticamente en la URSS, dejó como saldo dos millones de muertos en Afganistán, el Vietnam de la ahora Rusia.

Las pasadas tres guerras que llevó a cabo Putin contra las naciones vecinas que se independizaron de la Unión Soviética

Esa misma propaganda justificó las pasadas tres guerras que llevó a cabo Putin contra las naciones vecinas que se independizaron de la Unión Soviética. La primera invasión de Chechenia inició en 1994 y duró dos años. Para 1999 el Zar Putin vuelve a entrar en un conflicto contra los chechenos. Para 2008 Rusia intenta recuperar territorio y genera una guerra con Georgia. En el año 2015 Rusia invade la región de Crimea, en Ucrania, para apropiarse de ese territorio.

Ahora, en 2022, el imperialismo ruso ya no se conforma con los territorios con población de origen ruso sino que desea apropiarse de todo el rico territorio de Ucrania.

Para ello la propaganda rusa repitió los mismo argumentos que utilizó en sus guerras recientes: Son territorios que pertenecieron a Rusia y la mayoría de los habitantes en esas regiones son de origen ruso.

Sí uno conoce la historia sobre la Segunda Guerra Mundial recordará que son los mismos argumentos que usó Hitler para invadir a Polonia en 1939, con lo que comenzó la guerra en Europa.

Los preparativos para la guerra contra Ucrania comenzaron con una serie de “reportajes” sobre poderosos grupos “neonazis” que controlan esa nación, propaganda que ahora es replicada en redes sociales.

Para contrarrestar esa propaganda habrá que recordar el “Holodomor”, como se designa al genocidio de ucranianos ocurrido entre 1932 y 1933 por órdenes de Stalin. Su política de eliminar a los “kulaks”, como despectivamente llamaba a los agricultores privados debido a que pretendía colectivizar la tierra, provocó una gran hambruna que ahora se sabe mató a unos 25 millones de ucranianos, uno de los genocidios más oscuros de la historia.

Los crímenes de guerra que está perpetrando Vladimir Putin también se manifiestan en el bombardeo indiscriminado contra objetivos civiles

Actualmente, en la invasión a Ucrania el ejército de Putin está dejando caer las bombas de vacío pero los medios y la propaganda de la Federación Rusa lo niega. Los crímenes de guerra que está perpetrando Vladimir Putin también se manifiestan en el bombardeo indiscriminado contra objetivos civiles: edificios de departamentos, supermercados, medios de comunicación privados, museos, infraestructura civil, etcétera.

El bombardeo indiscriminado a las ciudades es parte de la frustración por importantes derrotas en su intento de conquistar Ucrania.

El parte de guerra, o “Briefing”, que diariamente se ofrece en el Pentágono, en el MI6 del Servicio de Inteligencia Británico y el ejército ucraniano destaca que las fuerzas de ocupación rusas llegaron sin los suministros para sostener la guerra por semanas; que las primeras derrotas desmoralizan al ejército invasor y que existe una gran descoordinación entre los generales de Moscú y los oficiales en mando en terreno de Ucrania.

Tras fracasar en su primer intento de conquistar Kiev, el ejército ruso se retiró dejando abandonado armamento, tanques sin gasolina, cientos de soldados caídos que no fueron enterrados, saqueó, violaciones y un genocidio que hasta ahora suma alrededor de 600 ciudadanos ejecutados.

Las fotografías y videos compartidos por medios de comunicación y redes sociales no dejan duda que se trató de delitos de lesa humanidad. Crímenes de Guerra que ya están siendo investigados por la Corte Penal Internacional, por Organizaciones Internacionales de Derechos Humanos y por Naciones Unidas.

Para la historia, ese genocidio ocasionará, por lo menos, que Vladimir Putin comparta un pedestal al lado de Adolfo Hitler.

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