Enlace Judío México e Israel- “Vemos que hay países que adoptan posiciones de una supuesta neutralidad, porque no quieren entrar en una confrontación económica con Rusia… Y eso hace a muchos países limitar el monto de sanciones que aplican. Además de hacer que gobiernos como el de México, y países de América Latina, actuen con un poco más de temor y de restricción respecto a cómo interviene”, dijo Mauricio Meschoulam, doctor en políticas públicas, con especialización en terrorismo, mediación y paz.
Ayer, durante el evento “Crisis Humanitaria en Ucrania”, realizado por la organización CADENA, se reunieron Oksana Dramaretska, embajadora de Ucrania en México, Mauricio Meschoulam, quien es también analista en temas de geopolítica, terrorismo y construcción de paz, y Benjamín Laniado, filósofo y altruista, para hablar sobre la guerra en Ucrania desde una óptica humanitaria, diplomática e intelectual.
Durante el evento, la embajadora ucraniana, Oksana Dramaretska, señaló que a pesar de las conversaciones que se han llevado a cabo con Rusia, no se ha visto un cambio significativo en los actos del Kremlin en el país. Y aunque dijo que son necesarias las reuniones, aseveró que es hora de que es momento de aplicar medidas más determinantes.
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“Hay que agradecer a las organizaciones a CADENA y a otras organizaciones no gubernamentales que hacen una labor increíble en esta situación. Pero lo que necesitamos hoy es mayor ayuda humanitaria a nivel gubernamental aquí en México. Para nosotros es importante la posición de México, incluida la ayuda humanitaria del país.
“Tenemos ayuda por parte de algunos empresarios mexicanos, como Bimbo, que está trabajando ahí. Y nos ha ayudado a distribuir productos, desde el comienzo de la guerra. Pero necesitamos una más fuerte posición del gobierno de México“, acusó.
Gobierno de México, con temor por repercusión económica
Hoy la ONU suspendió a Rusia del Consejo de DD.HH., para lo cual México, nuevamente, se mostró neutral ante dicha decisión. A pesar de que países latinoamericanos como Colombia o Chile se mostraron a favor.
Por su parte, el analista Mauricio Meschoulam aseguró que determinar una posición no es fácil, debido a lo que implicaría en términos económicos para ambos países, lo que ha hecho al país actuar con cautela y miedo respecto a su posición ante la guerra.
“Nos encontramos en un momento real de globalización económica e interdependencia entre los países… Y aunque Rusia es un jugador económico más pequeño que China, 10 veces menor, igualmente el nivel de relación e interdependencia económica que existe (con Rusia) hace que cualquier sanción económica implementada tenga un impacto también en quien está sancionando.
“Eso hace a muchos países limitar el monto de sanciones que aplican. Y que los gobiernos como el de México, y como el de otros de América Latina, actuen con un poco más de temor y de restricción. (Por ello), hay que dar pasos, pero ¿quién? La comunidad internacional interesada en la estabilidad global y que no haya conflictos de esta naturaleza tienen que tomar pasos de manera previa de que suceda”, dijo el especialista en políticas públicas.
El orden mundial ha fallado; se necesitan sanciones
Entretanto, Oksana Dramaretska no estuvo de acuerdo con Meschoulam respecto a la protección económica que lleva México, puesto que, aseguró, “a Rusia no le importan estas decisiones (económicas), ni los consejos, declaraciones, gobiernos o presidentes. Ignora absolutamente estas declaraciones y resoluciones de la ONU”, expresó.
“Sabemos la postura de México y de otros países sobre las sanciones económicas, que ‘va a sufrir la gente, aquí y en Rusia’ y otras cosas. Pero hemos visto que ahora el orden mundial no funciona, es absolutamente inútil.
“Y las declaraciones que han mandado simplemente no funcionan. Por eso la única herramienta que tienen la comunidad internacional son sanciones económicas. Sí, incluye a la gente en Rusia, pero esta vota por este presidente. 80 por ciento de la gente en Rusia aplaude esta guerra”, y apoyaría el conflicto contra otros países, como Polonia o los países bálticos, arguyó la embajadora.
“Esta gente debe tener su propia responsabilidad. La gente (debido a la censura de medios independientes) solo ve televisión y noticias estatales del Kremlin… Por eso para que sientan y entiendan que algo no va bien, solo se puede hacer a tarvés de sanciones económicas”, arguyó.
Corregir desde lo que se ha hecho bien
No obstante, Meschoulam explicó que no se puede decir sentenciar a la ONU por lo que ha hecho respecto a las guerras, e invitó a que las siguiente generaciones ayuden a estudiar y determinar lo que ha funcionado y lo que no para un futuro.
“No vamos a tomar a la ONU y la vamos a quemar como si no hubieran hecho absolutamente nada a lo largo de los 50 o 60 años. Tenemos que entender qué sí ha funcionado, y debemos trabajar con las generaciones futuras para reparar ese orden que claramente no está funcionando. Y en qué medida aplicamos estas reformas”, indicó.
Por otro lado, el historiador aseguró que lo que hace CADENA es parte de las acciones que se hacen bien para sostener lo que llamamos paz.
El peligro latente de la indiferencia
Benjamín Laniado, quien también forma parte de la organizción CADENA, explicó que el peligro en esta guerra es que las personas se acostumbren a la información y a los datos, ya que detrás de cada número, hay una historia, y no se puede permitir que “la indiferencia vuelva a tomar espacio en nuestras conciencias.
“Estar allá, en el campo, ser un militar humanitario te da empatía, ponerte en el lugar de los demás. Cada segundo que pasa sigue cruzando la gente ucraniana que no sabe qué va a ser de su vida“, dijo el activista. “El shock emocional es mucho… que de la noche a la mañana se haya fracturado su familia y su futuro.
“(A los refugiados) lo único que les digo es: ‘buenos días, en qué te puedo ayudar’ e inmediatamente se sueltan a llorar. Porque es la primera vez que se los preguntan después de pasar todo lo que pasaron. Ahí es donde se entiende cómo su estabilidad emocional se ha quebrantado“, expresó. “Cuando estás en campo, cada uno de los dígitos, cada una de las unidades de esas cifras es una historia, es una familia, un niño, una madre. Eso es lo que hay que entender.”
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