Enlace Judío – El profesor Oded Goldreich recibió este lunes el Premio Israel por su trabajo en matemáticas y ciencias de la computación, poniendo fin a un año de intentos de bloquear la concesión por lo que ministros de educación de Israel calificaron como apoyo al boicot de la Universidad de Ariel, situada en Judea y Samaria (Cisjordania), informó Haaretz.

La ministra de Educación, Yifat Shasha-Biton, se ausentó de la ceremonia, después de que la Corte Suprema de Justicia de Israel rechazó su decisión de negarle el premio a Goldreich. En su lugar, el galardón fue entregado por el jefe de premios del ministerio, David Felber.

“Quiero añadir algo ligeramente político. La historia está incompleta sin señalar el precio que otro pueblo pagó por el renacimiento de nuestra nación, y sin destacar nuestro compromiso moral de hacer todo lo posible por compensar y no oprimir a otro pueblo. Nosotros, por supuesto, estamos haciendo lo contrario”, comentó Goldreich en su discurso de aceptación.

Goldreich, profesor de computación en la Facultad de Matemáticas e Informática del Instituto Weizmann de Ciencias, declinó en un principio participar en la ceremonia de entrega del premio en Yom Haatzmaut, por lo que se organizó una ceremonia alternativa en el Ministerio de Educación. Aunque Yifat Shasha-Biton dio positivo a COVID-19 este domingo y no pudo asistir a la ceremonia, ya había decidido no participar.

En abril de 2021, el entonces ministro de Educación, Yoav Gallant, negó a Goldreich el premio por su firma en una carta de apoyo al boicot de la Universidad de Ariel, en Judea y Samaria (Cisjordania), decisión que fue confirmada por Shasha-Biton. Su negativa a conceder el premio a Goldreich se basó en sus “llamamientos al boicot de una institución académica en Israel”, dijo.

El mes pasado, la Corte Suprema de Justicia dictaminó que la ministra excedió su autoridad al intervenir en las decisiones de un jurado profesional.

Según Yael Willner, autora del fallo mayoritario de la Corte Suprema: “A través de los años, el Premio Israel fue otorgado a varias personas que han expresado expresiones de amargura, desprecio e insultos a partes del público en el contexto de su origen étnico, sus opiniones religiosas y su orientación sexual de forma desagradable, dura e hiriente”.

“A pesar de estos duros comentarios de los candidatos, los sucesivos ministros de Educación no han considerado oportuno negarles el Premio Israel“, señaló.

El juez Amit sostuvo que vincular el Premio Israel a la voluntad del ministro en turno es una “receta segura para la politización del galardón”. Según Amit, “los límites de la autoridad de la ministra han sido esbozados en un fallo en torno al Premio Israel, y en su decisión, la ministra de Educación los ha sobrepasado”.

Israel, como país que “vive de su excelencia en varios campos, podría ser vulnerable a un verdadero daño en los logros académicos y profesionales y, a largo plazo, incluso a un daño en su fuerza nacional”, concluyó Amit.

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