Enlace Judío – Un grupo de judíos ultraortodoxos fue atacado este domingo mientras caminaba por la Ciudad Vieja de Jerusalén, informó The Times of Israel.

Las imágenes de una cámara de seguridad mostraron a los tres hombres, envueltos en prendas religiosas, dirigiéndose a las oraciones en el Muro de los Lamentos.

Cuando pasaban por uno de los callejones de la Ciudad Vieja, un grupo de palestinos los atacó violentamente, les arrojó objetos de gran tamaño, les propinaron puñetazos y patadas y luego huyeron del lugar.

Testigos oculares dijeron a las noticias del Canal 12 que unas 20 personas estuvieron involucradas en el ataque.

Dos sospechosos en el incidente fueron arrestados por la policía israelí. Ninguno de los hombres judíos requirió atención médica.

El incidente se produjo en medio de violentos enfrentamientos entre palestinos y la policía en toda la Ciudad Vieja, mientras las fuerzas de seguridad intentaban permitir que los peregrinos judíos visitaran el Monte del Templo.

En la madrugada del domingo palestinos lanzaron piedras al menos a 10 autobuses Egged en las afueras de la Ciudad Vieja en ruta hacia el Muro de los Lamentos, rompiendo ventanas y dejando a varios pasajeros heridos, incluida una niña de 13 años.

El servicio de ambulancias Maguén David Adom dijo que 7 personas resultaron heridas en los incidentes y fueron trasladadas al Centro Médico Shaare Zedek de la ciudad con heridas leves. La policía dijo que nueve sospechosos fueron arrestados.

El conductor de uno de los autobuses atacados relató el incidente al Canal 12.

“Llegué alrededor de las 7:20 a. m. al Museo Arqueológico Rockefeller, giré a la derecha hacia el Muro de los Lamentos y me dirigía hacia abajo. Un grupo de 20-25 personas nos esperaban en una emboscada con piedras y comenzaron a arrojarlas contra el autobús”, dijo Shlomi Fadida, quien resultó levemente herida en el ataque.

“No sabía qué hacer, les dije a los pasajeros que se acostaran para que no se lastimaran, y logramos atravesarlo y llegar al Muro de los Lamentos, donde los paramédicos y la policía estaban esperando”, dijo.

Fadida dijo que, a pesar del peligro, tenía que seguir adelante y pidió a la ministra de Transporte, Merav Mijaeli, que tomara medidas, diciendo que los conductores de autobuses “esencialmente se dirigen a la guerra” y llamó al incidente un “ataque terrorista”.

“Si una de esas piedras hubiera golpeado a un pasajero o a mí, podría haber perdido el control del autobús. ¡No habríamos estado hablando en este momento!”

Nahum Appleboim, un pasajero en el autobús con Fadida, dijo que “hubo un bum, bum, bum” y “una lluvia loca de rocas” golpeó el autobús cuando se acercaba a la Puerta de los Leones. “Me dio un golpe terrible en el hombro con una piedra que entró por la ventana y salí volando al piso. Había vidrio por todas partes”, dijo a Canal 12.

“El conductor fue increíble”, agregó Appleboim, hablando después de recibir tratamiento por sus heridas. “Siguió adelante… No fue simple… Fue aterrador… Solo rezaba para salir de allí”.

El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, cuyo ministerio supervisa a la policía, condenó los enfrentamientos y el lanzamiento de piedras y dijo que la policía tenía una visión “severa” de la violencia.

“La policía actuará con mano firme contra cualquiera que se atreva a usar el terror contra los ciudadanos israelíes”, escribió en Twitter. “Es importante para nosotros continuar permitiendo la libertad de culto, pero no nos comprometeremos frente a la violencia y el terror”.

Muchos judíos se dirigen al Muro de los Lamentos y la Ciudad Vieja durante la semana de Pésaj, que comenzó el viernes por la noche. Los no musulmanes solo pueden visitar el Monte del Templo durante ciertas horas y tienen prohibido rezar en el sitio, que es el más sagrado del judaísmo y el tercero más sagrado del islam.

El Pésaj de este año se cruza con el mes sagrado musulmán del Ramadán, que tiende a ver un aumento de las tensiones en torno a la Ciudad Vieja. El domingo también es Pascua y se esperan peregrinos cristianos en la Ciudad Vieja.

La confluencia de las festividades de este año ha sido vista durante meses como un potencial desencadenante de una erupción de violencia.

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