Enlace Judío.- Jerusalén estaba nerviosa el lunes por la mañana durante la ceremonia de oración masiva en el Muro Occidental para la festividad de Pésaj, con las autoridades luchando por contener la violencia en curso alrededor del lugar sagrado judío, informó The Times of Israel.
El evento de la bendición sacerdotal semestral atrae a miles de fieles judíos a la Ciudad Vieja, mientras las autoridades luchan por contener la violencia en el área.
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El evento de bendición sacerdotal semestral, conocido en hebreo como “birkat hacohanim“, atrajo a miles a la plaza del Muro Occidental.
Los eventos de este año se dividirán en dos sesiones, la primera el lunes y la segunda el miércoles, para reducir la aglomeración por razones de seguridad. Una estampida en un evento religioso abarrotado en el Monte Meron, en el norte de Israel, mató a 45 personas el año pasado en el peor desastre en tiempos de paz de la historia de Israel.
La sesión de oración del lunes comenzó a las 8:45 a. m., aunque también se esperaba que muchos fieles llegaran al área después de la ceremonia.
Alrededor de 2.500 policías aseguraban el área a la hora de las oraciones.
Los peregrinos judíos se dirigen a la ceremonia en los días intermedios de las festividades de Pésaj y Sucot, con multitudes saliendo de la plaza del muro hacia las áreas circundantes.
La ceremonia, en la que los descendientes masculinos de la casta sacerdotal Kohanim se reúnen para otorgar una bendición, consiste en levantar las manos para realizar la bendición, envueltos en mantos de oración.
El Muro Occidental, o Kotel Maaraví, es uno de los muros de contención del enorme complejo del Monte del Templo de la Ciudad Vieja, donde estuvieron ubicados los dos antiguos templos judíos y el lugar más sagrado para los judíos. El Muro Occidental es venerado debido a su proximidad al sitio de los templos y es el lugar más cercano al Monte del Templo donde los judíos pueden orar. Aunque pueden visitar el Monte, los judíos no están autorizados a orar en el lugar sagrado, supervisado por un custodio jordano.
La Mezquita Al-Aqsa en el Monte del Templo es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes.
El significado religioso del sitio lo ha convertido en un punto crítico frecuente, incluso en las últimas semanas, y en el epicentro emocional del conflicto israelí-palestino.
Este año, el mes sagrado musulmán del Ramadán y la festividad de la Pascua judía, Pésaj, de una semana de duración se superpusieron, lo que aumentó aún más las fricciones entre israelíes y palestinos, ya que ambos grupos religiosos acuden en masa a sus lugares sagrados en Jerusalén. La confluencia de las festividades de este año se ha visto durante meses como un potencial desencadenante de una erupción de violencia.
El Monte del Templo ha visto enfrentamientos entre los fieles musulmanes y la policía israelí en los últimos días, mientras decenas de miles asisten a las oraciones en la mezquita para el Ramadán. El mes sagrado musulmán suele ser un período de alta tensión en Israel y Judea y Samaria (Cisjordania).
El viernes por la mañana, cientos de palestinos lucharon con la policía en el lugar, lo que resultó en cientos de arrestos. Más tarde, decenas de miles asistieron a las oraciones pacíficas del Ramadán en la mezquita.
Los alborotadores en la mezquita arrojaron piedras sobre la plaza del Muro Occidental durante las escaramuzas de la mañana, entre otras acciones agresivas, lo que provocó una respuesta policial contundente.
El grupo terrorista Hamas en Gaza pidió una escalada en el sitio la semana pasada después de que un grupo de extremistas judíos pidió sacrificios de Pesaj allí, enardeciendo a los palestinos. El primer ministro Naftali Bennett y los funcionarios del gobierno israelí han descartado repetidamente la posibilidad de cualquier sacrificio y han impedido que tales ceremonias se lleven a cabo en años anteriores.
El domingo, la policía israelí ingresó al complejo del Monte del Templo cuando cientos de palestinos supuestamente intentaron impedir que los visitantes judíos visitaran el sitio. Los no musulmanes solo pueden visitar el Monte del Templo durante ciertas horas y tienen prohibido rezar.
Según la policía, cientos de jóvenes palestinos estaban acumulando rocas en el complejo de Al-Aqsa que planeaban usar junto con barras de hierro y barricadas improvisadas para provocar disturbios y tratar de evitar que los no musulmanes visitaran el complejo.
La madrugada del domingo también vio a palestinos que lanzaban piedras atacar al menos 10 autobuses de Egged en las afueras de la Ciudad Vieja en ruta hacia el Muro Occidental, rompiendo ventanas y dejando a varios pasajeros heridos, incluida una niña de 13 años. También el domingo, un grupo de judíos ultraortodoxos con mantos de oración fue atacado mientras caminaba por la Ciudad Vieja.
Bennett dijo el domingo que las fuerzas israelíes tienen “rienda suelta” para continuar las operaciones para mantener la seguridad, al tiempo que enfatizó que los funcionarios estaban trabajando para restaurar la calma. Ordenó más seguridad para los autobuses que se dirigían al Muro Occidental y la Ciudad Vieja.
Luego de una evaluación de la situación con los funcionarios y ministros de defensa, Bennett dijo que se debe hacer un esfuerzo para permitir que los miembros de todas las religiones celebren sus festividades en Jerusalem, mientras que al mismo tiempo “continúan tratando con los alborotadores que violan el orden público”.
Las tensiones en el Monte del Templo pueden convertirse fácilmente en conflagraciones más amplias. Hamas y otros grupos terroristas con base en Gaza han invocado repetidamente el lugar sagrado del polvorín como una línea roja. Las acciones policiales para sofocar los disturbios allí el año pasado ayudaron a desencadenar la guerra de 11 días en Gaza en mayo.
Además de las fricciones vacacionales, las tropas israelíes han llevado a cabo extensas redadas en Judea y Samaria (Cisjordania) tras el estallido de terror más mortífero en Israel en años.
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