Enlace Judío – Los Emiratos Árabes Unidos convocaron al embajador de Israel en Abu Dabi por la tensión en Jerusalén, en lo que fue la primera reprimenda ceremonial de este tipo desde que los dos países normalizaron relaciones diplomáticas hace un año y medio, informó The Times of Israel.
Durante la reunión, el Ministro de Estado para la Cooperación Internacional de los Emiratos Árabes Unidos, Reem bint Ibrahim Al Hashemy, informó a Hayek sobre la “fuerte protesta y denuncia de Abu Dabi por los eventos que tienen lugar en Jerusalén y [en] la mezquita de al-Aqsa, incluidos los ataques contra civiles e incursiones en lugares sagrados que resultaron en heridas de varios civiles”, según la agencia oficial de noticias emiratí WAM.
Al parecer, Hashemy se refería a la conducta de agentes de la Policía de Israel que han entrado en el complejo del Monte del Templo varias veces en los últimos días para frenar a alborotadores palestinos.
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El viernes, los oficiales incluso ingresaron a la mezquita de Al-Aqsa, donde los jóvenes palestinos estaban almacenando rocas y fuegos artificiales. Durante los enfrentamientos que siguieron, unas 400 personas fueron arrestadas y más de 150 palestinos resultaron heridos.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel confirmó la convocatoria, pero se negó a hacer más comentarios.
Hashemy enfatizó la necesidad de que Israel “detenga de inmediato estos eventos, brinde protección total a los fieles, respete el derecho de los palestinos a practicar sus derechos religiosos y detenga cualquier práctica que viole la santidad de la mezquita de al-Aqsa”, informó WAM, y agregó que el ministro advirtió que las escaladas en Jerusalén amenazan la estabilidad de toda la región.
El ministro emiratí también destacó la importancia de respetar el papel de custodia de Jordania en el Monte del Templo. Los empleados del Waqf islámico de Jerusalén, financiado por Jordania, son responsables de administrar el sitio al que los musulmanes se refieren como Haram al-Sharif.
Hashemy también pidió fomentar un entorno que permita volver a las negociaciones entre los líderes israelíes y palestinos con el objetivo de alcanzar una solución de dos Estados basada en las fronteras anteriores a 1967 con Jerusalén Este como la capital del Estado palestino.
Israel afirma en que está salvaguardando el statu quo y protege la libertad de religión de los fieles en el Monte del Templo y en Jerusalén en general.
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