Enlace Judío – El ministro de Finanzas, Avigdor Lieberman, pidió hoy reformar la controvertida Ley del Estado-Nación de 2018, que consagra a Israel como Estado judío, luego de que las FDI revelaron la identidad Mahmoud Kheir el-Din, un oficial de las fuerzas especiales israelíes que murió durante una misión secreta en la Franja de Gaza en 2018, informó The Times of Israel.

Kheir el-Din, miembro de la comunidad drusa, se unió al ejército israelí en 1999 y sirvió en la Brigada de Paracaidistas durante tres años antes de incorporarse a la División de Operaciones Especiales de la Inteligencia Militar, donde sirvió hasta su muerte.

En 2009 fundó una ONG dedicada a promover a la comunidad drusa en Israel y fue un defensor del liderazgo juvenil en su comunidad.

El primer ministro Naftali Bennett lo llamó un “héroe israelí”.

“Hay una clara contradicción entre la Ley del Estado-Nación en su forma actual y el elogio que se le hace al teniente coronel Mahmoud Kheir el-Din“, tuiteó Lieberman este domingo.

Los críticos argumentan que la ley discrimina a las minorías y especialmente a los ciudadanos drusos, muchos de los cuales ocupan altos cargos en el ejército israelí y otros organismos estatales.

“Tenemos la oportunidad de enmendar la Ley del Estado-Nación y formalizar la Declaración de Independencia como Ley Básica“, señaló Lieberman y pidió tanto al gobierno como a la oposición revaluar la ley impugnada y “hacer lo necesario en lugar de conformarse con palabras como ‘hermanos de armas’ en lo que respecta a la comunidad drusa”.

El ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, respaldó a Lieberman. “Estoy de acuerdo con cada palabra”, escribió en Twitter.

El diputado de Kajol Laván, Eitan Ginzburg coincidió con Lieberman, y sugirió que una manera de “corregir la injusticia creada por la Ley del Estado-Nación para partes de la sociedad israelí” es a través de un proyecto de ley que su partido está patrocinando para cambiar la Ley Básica: Igualdad, que define a todos los ciudadanos como iguales y establece que los derechos de un individuo no serán afectados por su religión, sexo o cualquier otra forma de discriminación.

Tras la declaración de Lieberman, Kajol Laván dijo que la próxima semana presentará el proyecto de ley de igualdad al Comité Ministerial de Legislación, según Ynet.

Mientras tanto, el diputado de Avodá, Gilad Kariv dijo que el Comité de Constitución, Derecho y Justicia de la Knéset discutirá la enmienda de la ley y se reunirá en los próximos días “para considerar los preparativos sobre el asunto”.

“El llamado de Lieberman es una apertura importante para anclar el principio de igualdad en una Ley Básica del Estado de Israel, así como para fortalecer el estatus legal de la Declaración de Independencia“, escribió Kariv en Twitter.

La presidenta de Avodá y ministra de Transporte, Merav Mijaeli fue más allá y pidió derogar la Ley del Estado-Nación. Señaló que en el pasado propuso un proyecto de ley para eliminarla y reiteró su compromiso de anular la ley y “un retorno al camino del sionismo”, tal como se establece en la Declaración de Independencia.

El líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, se opuso a los llamamientos y acusó al partido islamista Ra’am y a la Lista Conjunta de intentar modificar la ley para “inundar a Israel con millones de inmigrantes musulmanes”.

“Su objetivo es claro: la derogación de la Ley del Estado-Nación conducirá a la derogación de la Ley del Retorno e inundará a Israel con millones de inmigrantes musulmanes que abolirán la mayoría judía en el país y harán de Israel una mayoría musulmana”, escribió en Telegram.

“El Estado de Israel es el Estado-Nación del pueblo judío y tiene los mismos derechos civiles para todos los ciudadanos. Sin embargo, la Ley del Estado-Nación no modificarse. No se puede permitir que esto suceda”, enfatizó.

El legislador del Likud Avi Dichter, quien patrocinó la Ley del Estado-Nación aprobada por la Knéset rechazó el llamamiento de Lieberman e insistió en que en su forma actual la legislación no afecta a los derechos de las minorías de Israel.

En declaraciones a la emisora pública Kan, Dichter dijo que la ley trata “solo de que Israel es el Estado-Nación del pueblo judío, y no afecta a los derechos de los ciudadanos drusos ni de ningún otro ciudadano”.

Propuso una legislación separada para definir el estatus de los ciudadanos drusos.

Su colega del Likud, el legislador druso Fatin Mulla, calificó la propuesta de Lieberman como “una declaración falsa que hemos escuchado muchas veces”, según el diario Israel Hayom.

Dijo que si Lieberman se tomara en serio la enmienda a la ley, propondría un proyecto de ley para reformarla.

Por su parte, el jeque Moafaq Tarif, líder espiritual de la comunidad drusa de Israel, acogió con satisfacción el llamamiento de Lieberman e instó a todos los partidos de la Knéset a respaldar el cambio de la Ley del Estado-Nación para garantizar “la igualdad de derechos nacionales y sociales, y la plena ciudadanía, y afianzar también el estatus de la comunidad drusa y sus derechos”, según el informe.

Sin embargo, es poco probable que se cambie alguna de las leyes básicas, ya que se cree que Yamina se opone a cualquier modificación.

Lieberman ya ha manifestado su oposición a la ley en el pasado.

El año pasado, dijo en una entrevista al Canal 12 que la ley no debería haber sido promulgada y que debería ser modificada para reflejar “palabra por palabra” la Declaración de Independencia de Israel de 1948, aplicando el valor de la “igualdad” a las Leyes Básicas de Israel.

En 2017, mientras se discutía la ley, Lieberman argumentó que podría afectar la posición y los derechos de las minorías no judías de Israel y convertir a Israel en una teocracia.

Pero a pesar de su aparente oposición a la ley, Lieberman no trató de impedir su aprobación durante el proceso legislativo, y su partido Israel Beitenu la apoyó finalmente.

Varias peticiones contra la ley presentadas por diversos grupos, incluidos los partidos Meretz y la Lista Conjunta, fueron rechazadas el año pasado por la Corte Suprema de Justicia. Un panel ampliado de 11 jueces dictaminó que la ley no entra en conflicto con el carácter democrático de Israel y puede mantenerse como una Ley Básica cuasiconstitucional.

La corte declaró entonces que la ley “es un capítulo de nuestra incipiente constitución, que pretende anclar los componentes de la identidad de Israel como Estado judío sin desmerecer los componentes de la identidad democrática del Estado consagrados en otras Leyes Básicas y principios constitucionales“.

Diez jueces sostuvieron que “aunque sería preferible que el principio de igualdad se hubiera consagrado explícitamente en la Ley Básica”, su omisión “no le resta, en última instancia, su condición e importancia como principio fundamental en nuestra doctrina”.

Los partidarios de la ley han dicho que pone en pie de igualdad los valores judíos y democráticos de Israel. Los críticos han argumentado durante mucho tiempo que la ley contraviene la base del sistema legal de Israel, así como su Declaración de Independencia, y solidifica la desigualdad entre sus ciudadanos.

El expresidente Reuven Rivlin criticó duramente la ley tras su aprobación, afirmando que es “mala para el Estado de Israel y mala para los judíos”. Argumentó que la ley es “parte de una tendencia más amplia, una tendencia global quizás, que busca silenciar el debate”.

“Pretende imponer una realidad de dos opciones: O estás conmigo, o estás en contra. O estás conmigo o eres un traidor, un enemigo. [Esto es así tanto si eres de izquierda como si eres el presidente”, dijo entonces.

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