Enlace Judío – El sábado es Yom Yerushalayim (el Día de Jerusalén) el momento en que las tropas judías entraron a Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días. Es un evento icónico y clave en el desarrollo de la historia israelí; empezó una nueva era para siempre en el país pues Israel dejo de ser visto como un enemigo débil y fácilmente abatible por los países árabes y empezó a ser visto como una nación fuerte que podía defenderse. Además se convirtió en un símbolo de la trayectoria histórica y el amor que el pueblo judío siempre le ha tenido a esta ciudad. Por esto mismo Yom Yerushalayim es un día para celebrar tanto el arraigo judío a Jerusalén como la victoria de la Guerra de los Seis Días. A continuación se presentan cuatro razones por las cuales celebrar en este día y un poco del contexto histórico.

El triunfo de la Guerra de los Seis Días. La existencia de un ejército judío fuerte

Una realidad que difícilmente se menciona pero que todo el que conoce la historia judía tiene presente es que sin un Ejercito fuerte Israel no podría existir y habría un segundo genocidio judío, pero ahora dentro de Medio Oriente. Durante la primeras décadas de su existencia el estado judío tuvo que luchar constantemente por su sobre vivencia, pues la amenaza de la Liga Árabe desde su formación siempre fue “destruir el estado judío y tirar a los judíos al mar.” La Guerra de los Seis Días fue tan importante para Israel porque por primera vez se mostró como una nación fuerte con un ejército estable capaz de hacerle frente a la unión de cuatro países que querían destruirlo. Hasta este triunfo con cada guerra que lucho Israel se vio en el riesgo de dejar de existir y ver a su población completamente aniquilada. Y en realidad fue casi un milagro que Israel ganará pues al iniciar las amenazas de guerra por parte de los países árabes nadie esperaba que Israel pudiera ganar e Israel obtuvo el éxito gracias al genio estratégico de los líderes y una movida magistral. Básicamente en Yom Yerushalayim una de las cosas que celebramos es el poder defendernos y el haberlo hecho debidamente.

Contexto de la guerra

Antes de que estallará la Guerra de los Seis Días el líder de la Liga Árabe y presidente de Egipto (Gamal Abdel Nasser) había estado semanas enteras impulsando la guerra con Israel diciendo literalmente que debían destruir el estado judío y tirar sus habitantes al mar, esto ponía bajo alerta a la nación judía y la diáspora alrededor del mundo. A finales de mayo de 1967 las tropas árabes se movilizaron al Sinaí y al norte en la frontera de Israel y Siria. Desde el 20 de mayo se escucharon discursos en la radio árabe sobre distintos líderes afirmando su colaboración en la próxima guerra y mencionando que no debían temer represalias por parte de la ayuda internacional, pues ésta se mostraba claramente ausente. El 22 de mayo Nasser impuso un bloqueo sobre Israel cerrando el acceso a Eilat a todos los barcos que comerciaban con el estado judío, amenazando con dejar sin petroleo al país pues lo aislaba de Irán, su principal comerciante de petróleo.

De ese día en adelante Nasser incitó a Israel a la guerra diariamente y fue claro que sólo sería una cuestión de tiempo, antes que ésta estallará. Realmente nadie creía que Israel pudiera ganar porque no tenía los números en infantería que la Liga Árabe tenía. En ese marco fue que los líderes del ejército israelí tuvieron una idea brillante. El 5 de junio lanzaron un ataque preventivo con pilotos israelíes y destruyeron toda la aviación de Egipto y Siria en dos días. Fue una movida muy arriesgada como les diría Rabin a las tropas en bases áereas “su misión es de vida o muerte si tienen éxito ganamos la guerra – si fallan, que D-os nos ayude.”

Tras ese evento la guerra continuo por tierra, Siria atacó en el Norte y Egipto en el Sur. Israel dejo claro que no tenía pretensiones de iniciar hostilidades con Jordania, sin embargo, Egipto impulsó mentiras (que más adelante fueron comprobadas como falsas) sobre supuestos ataques de tropas aéreas israelíes a aviones jordanos. Por lo cual el rey Hussein se vio en la necesidad de intervenir y atacó el lado judío de Jerusalén donde se encontraba la Knéset (el parlamento israelí). Israel no quería entrar en guerra con Jordania, su misión inicial era proteger una unidad que se encontraba en Jerusalén del Este y defender el parlamento, pero cuando pide el cese al fuego Jordania se rehúsa e Israel se ve obligado a tomar la Ciudad Vieja, y aunque no era el objetivo inicial, porque realmente no se buscaba la guerra e Israel hizo varios intentos de cese al fuego; poder regresar a la Ciudad Vieja, poder estar nuevamente en Jerusalén fue un evento sumamente importante para los judíos del mundo y para Israel.

El regreso histórico a Jerusalén. El contraste entre la Guerra de Independencia y la Guerra de los Seis Días

No podemos entender bien la importancia de Yom Yerushalayim y la entrada de las tropas a la Ciudad Vieja si nos basamos únicamente en los hechos ocurridos en la Guerra de los Seis Días; debemos también entender cuál era la situación del país durante décadas anteriores y el contraste entre esta guerra y la guerra de Independencia tanto en los resultados de la misma como en el desempeño del ejército. En la Guerra de Independencia, Israel no se había creado, no estaba preparado para enfrentar una guerra tan grande; hay un contraste muy fuerte entre el ejército de la guerra de Independencia y el de la Guerra de los Seis Días. En la primera los judíos fueron despojados de muchas de sus tierras y se vieron en la necesidad de luchar por algo que les había sido prometido décadas antes, mientras que la segunda recuperaron un poco de aquello que les fue quitado.

Jerusalén y la Guerra de Independencia

Desde tiempos inmemorables siempre hubo judíos en Jerusalén, al mismo tiempo al ser una ciudad plural y concentrar una gran variedad de lugares importantes para todo tipo de culturas se fueron gestando una gran variedad de comunidades en su interior; sin embargo, como los censos del imperio otomano lo demuestran siempre hubo mayoría judía, porque siempre fue a los judíos quienes más les importó esta ciudad. Había varios barrios judíos dentro de la Ciudad Vieja, había una amplia cultura judía en ella. Todo eso se acabo con la Guerra de Independencia.

Desde 1947 cuando las Naciones Unidas votaron a favor de reconocer el estado judío (29 de noviembre) hubo confrontamientos con los grupos árabes en Jerusalén. Se había decidido que la ciudad fuera un lugar internacional que estuviera bajo el gobierno de la comunidad global. Los grupos árabes radicales que no querían la formación del estado judío reaccionaron generando disturbios masivos donde quemaron tiendas, casas y atacaron vecindarios, lo que se conoce como los disturbios de 1947. Dos meses después (febrero del 1948) empezó la batalla de Jerusalén, que duró hasta finales de la Guerra de Independencia, donde tropas judías y jordanas lucharon por el poderío de la ciudad. Jordania ganó el control de la Ciudad Vieja y la zona este de la ciudad. Se expulsó a los judíos que vivían en ese territorio, se dividió la ciudad en dos y por primera vez en siglos se les prohibió a los judíos acceder a los sitios sagrados. No fue hasta la entrada de las tropas israelíes a la Ciudad Vieja que después de 17 años que los judíos pudimos volver a habitar y hacer nuestros esos espacios. Volvió a haber un barrio judío en la Jerusalén histórica, se restablecieron los rituales y se reconstruyeron sinagogas y edificios que habían sido destruidos, hoy podemos rezar en el Kotel y tener vida judía; eso es realmente lo que celebramos en Yom Yerushalayim.

Los sitios sagrados y los rezos

Desde el Gran Templo ha habido un amor inmenso en el pueblo judío hacia Jerusalén, todos nuestros rezos se dirigen hacia esa ciudad y está presente de forma constante tanto en nuestros rezos como en nuestra literatura. Para quienes vivieron la guerra del 48 que tuvieron que dejar su casa y se acostumbraron a ver a Jerusalén de lejos, rezar hacia el Kotel viendolo desde un mirador lejano; que se acostumbraron a dejar de visitar estos lugares sagrados y que también vivieron las semanas previas a la Guerra de los Seis días, dudando si los siguientes meses estarían vivos o Israel mismo seguiría existiendo; para ellos poder regresar a los lugares sagrados y poder rezar nuevamente en ellos fue de gran importancia.

Paz y diversidad

En nuestros rezos pedimos por paz y pedimos que haya paz en Jerusalén. También es un deseo que todo aquel que ama está ciudad puede acercarse a los sitios sagrados de su cultura, que formaron su historia. Israel nunca ha impedido a musulmanes o cristianos acceder a sus sitios sagrados y cuando han estado en su dominio los ha protegido y Jerusalén permanece como un lugar de encuentro entre varias naciones. En realidad anhelamos que haya armonía entre las culturas que conforman este lugar Yom Yerushalayim es un buen día para recordar ese anhelo y celebrar los tiempos que podemos vivir en paz dentro de esa hermosa ciudad.