Un plan suicida

El 5 de Iyar de 1967, mientras Israel festejaba Yom Haatzmaut (el día de la independencia) el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser envió a sus tropas a invadir la península de Sinaí. Los estados árabes nunca aceptaron la existencia de un estado judío, e hicieron todo lo posible por destruirlo. Las palabras del profesor de historia judía Solomon D. Goitein a un grupo de colegas de la universidad hebrea que abogaban por el establecimiento de un estado binacional en Palestina, representan para mí la mejor explicación para entender por qué los países árabes intentaron destruirnos en el pasado y por qué «ahora» tenemos nuevas oportunidades de paz.

Goitein dijo en 1948: “No estoy dispuesto a arriesgar mi vida por un pacto de paz con ellos [los palestinos y los estados árabes]. Porque yo sé que no hay posibilidad de paz con ellos, mientras crean que pueden destruirnos”. Y en ese momento, Israel era muy vulnerable… En Mayo de 1967 Nasser simplemente «invitó» a las fuerzas de las Naciones Unidas, unos 3.500 soldados de la UNEF, que se retirasen del Sinaí, y a los pocos días, cobardemente y violando todos los acuerdos y las garantías que le habían dado a Israel, se fueron, liberando el Sinaí para que Egipto invadiera Israel. Israel decidió no esperar a ser atacado. El plan israelí era disminuir el poder de la fuerza aérea enemiga.

Los ejércitos árabes de Egipto, Siria, Jordania e Irak contaban con unos 600 aviones. Nasser ya había anunciado que sus aviones estaban listos para bombardear Tel-Aviv. Nadie ignoraba que la superioridad aérea definiría esta guerra. Israel tenía solo 200 aviones y decidió atacar con prácticamente «todos» sus aviones el día lunes 26 de Iyar de 5727 (5 de junio de 1967).

El resultado de esta operación definiría la guerra. La operación se llamaría “MIBTZA MOQUED” y era de altísimo riesgo, una operación suicida. ¿Por qué? Porque los egipcios contaban con equipos de radares y artillería antiaérea muy eficaces. Y estaban naturalmente en un permanente estado de alerta. Se esperaba que Israel perdiera la mayor parte de sus aviones en ese ataque, pero no había otra alternativa…

Dios en la historia

A las 7.15 horas de la mañana del lunes 26 de Iyar despegaron los aviones de la fuerza aérea de Israel con una misión imposible: destruir la mayor cantidad de aviones y aeropuertos militares del ejército agresor: Egipto. Los aviones volaban muy bajo, a 20 metros sobre la superficie, y evitando toda comunicación electrónica entre ellos, para evitar ser detectados y atacados por los sistemas de defensa antiaérea.

A las 7.45 de la mañana se produjo un ataque simultáneo a 11 bases militares aéreas egipcias, en Sinaí, Suez, el Arish etc. Los aviones israelíes, primero destruyeron las pistas de aterrizaje con bombas que penetraban el cemento, de manera que ningún avión enemigo pudiera despegar. Una vez inutilizados los aeropuertos, destruyeron los aviones del enemigo en tierra.

A las 9.05 de esa mañana Israel ya había eliminado a la mitad de la fuerza aérea egipcia, y había dejado fuera de funcionamiento la mayoría de sus pistas de aterrizaje. La gran pregunta es, ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo fue que los egipcios no derribaron a los aviones de Israel? ¿Cómo sucedió que «todos» los aviones de la fuerza aérea de Israel llegaron a su destino? ¿Cómo fue que no fueron atacados con artillería antiaérea? ¿Qué paso con los aviones egipcios, MIG, a los cuales Israel tanto temía? Uno de los mensajes más importantes del libro de Tehilim es nuestro deber de “identificar” la intervención de Dios en la creación, en la naturaleza y también en la historia.

En la Guerra de los Seis Días, sucedieron ciertos «eventos providenciales» que aisladamente pueden ser considerados como una gran casualidad, pero que cuando se los combina –especialmente 3 eventos que ocurrieron en el lapso de la primera hora de la guerra– dejan en evidencia la Intervención divina que le permitió a Israel sobrevivir y triunfar en esta guerra imposible de ganar.

A continuación veremos lo que se podría considerar el primero de estos tres “milagros”.

Tráfico aéreo VIP

La noche del día domingo 4 de junio de 1967 el comando mayor del ejército egipcio decidió realizar un viaje de inspección en la península de Sinaí para examinar a las tropas que estaban allí estacionadas a la espera de la orden de atacar a Israel. En esa delegación VIP estarían entre otros el vicepresidente de Egipto, el ministro de guerra egipcio y el primer ministro de Irak. Los egipcios decidieron que la delegación partiría el día 5 de junio a las 7.00 de la mañana. Y por lo tanto el comando militar egipcio prohibió la activación de cualquier tipo de artillería o sistema de defensa antiaéreo por una hora, entre las 7.00 y las 8.00 de la mañana, para evitar que por error los aviones de esta importante delegación fuesen atacados.

Así, mientras los aviones israelíes sobrevolaban el Sinaí hacia sus destinos, los sistemas de defensa egipcios habían quedado “cancelados”. La orden era que en una situación de emergencia la activación de la artillería antiaérea tendría que ser obtenida directamente del ministro de guerra, que estaba en ese momento volando hacia Sinaí.

A las 7.45 de la mañana, cuando los aviones israelíes llegaron a las bases aéreas militares del enemigo, los soldados egipcios encargados de las defensas antiaéreas estaban desayunando. Al ver que llegaban los aviones israelíes hubo agitadas discusiones entre los soldados y los militares que tenían estrictas órdenes de no operar la artillería sin ordenes del ministro de guerra. Cuando por fin entendieron lo que estaba ocurriendo ya fue demasiado tarde. Israel ya había destruido a la mitad de la fuerza aérea egipcia.

¿Qué hubiera pasado?

Si esto no hubiera ocurrido, si la delegación militar egipcia no hubiera estado en pleno vuelo entre las 7.00 y las 8.00 de esa mañana, las defensas antiaéreas hubieran estado activas , y normalmente una gran cantidad de aviones israelíes –quizás la mayoría– hubieran sido derribados antes de llegar a destino, y no hubieran cumplido con su crítica misión.

Parte de la razón por la cual podemos hablar de «providencia divina» o en hebreo «hashgaja» es que Israel no tenía ninguna información de inteligencia acerca de ese vuelo VIP.

Pero eso no fue todo…. Hubo otros eventos “providenciales” que ocurrieron ese mismo día entre las 7.00 y las 8.00 de la mañana que le permitieron a Israel ganar la guerra de los Seis Días en media hora.

Continuará…

PS: Vale recordar que los pilotos israelíes identificaron a la delegación VIP y pidieron permiso para atacar esos grandes aviones soviéticos, Ilyushin 14, que llevaban a altos mandos del ejército egipcio. El comando israelí no autorizó el ataque por temor a que hubiera víctimas civiles.

Continuará…


 

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