Enlace Judío – El presidente sirio, Bashar al-Assad, visitó a su aliado cercano Irán el 8 de mayo para conversar con el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, y el presidente Ebrahim Raisi.

MARTA FURLAN

Lectura de las conversaciones de Irán

Según Nournews, un medio afiliado al Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, durante la reunión, Jamenei elogió a Siria por su victoria en la guerra civil del país y expresó su voluntad de aumentar y profundizar la cooperación bilateral.

Jamenei también expresó sus críticas hacia los países árabes de la región que normalizaron los lazos con Israel o tuvieron reuniones de alto nivel con sus funcionarios, y agregó que esto no refleja la posición propalestina y antisionista de su propio pueblo. Raisi dijo que “las amenazas del régimen sionista en la región también deben considerarse mediante el fortalecimiento y la diversificación de las ecuaciones de disuasión”.

Por su parte, Assad fue citado por el sitio web del líder supremo diciendo a Jamenei y Raisi que las posturas de Irán sobre cuestiones regionales, especialmente Palestina, durante las últimas cuatro décadas han demostrado que “el camino de Irán es un camino correcto”. Assad también dijo que si bien algunos creen que Irán suministra armas al llamado “eje de resistencia” en toda la región, su respaldo más crucial respalda el “espíritu de resistencia”.

Assad agregó que los lazos “estratégicos” entre Irán y Siria y la resistencia de los dos países se habían convertido en el principal factor que impedía el dominio de Israel sobre la región.

Contexto de la visita

La visita de Assad a Irán se produjo cuando reafirmó y consolidó su posición después de más de una década de guerra civil. De hecho, partes del territorio sirio permanecen fuera del control de Assad. El noreste está controlado por las fuerzas kurdas del Partido de la Unión Democrática (PUD), con sus Unidades de Protección del Pueblo (UPP) y la Unidad de Protección de la Mujer (UPM), bajo la égida de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) respaldadas por Estados Unidos.

El noroeste de Siria está controlado principalmente por el grupo armado yihadista salafista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y por el Gobierno Interino de Siria (GIS) respaldado por Turquía. Aun así, el centro de poder de Assad se concentra en el oeste del país, desde Damasco hasta Alepo y la costa mediterránea, o lo que los franceses llaman La Syrie utile.

Durante la guerra, Teherán brindó un apoyo constante y crucial a las fuerzas militares de Assad, directamente a través del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) e indirectamente a través de representantes chiítas armados como el libanés Hezbolá, el afgano Liwa Fatemiyoun y el pakistaní Liwa Zainebiyoun.

Sorprendentemente, este es solo el segundo viaje del presidente sirio a Teherán desde el comienzo de la guerra civil de Siria en 2011 (el primero fue en febrero de 2019). Antes de este encuentro con jamenei, Assad visitó los Emiratos Árabes Unidos. Esta visita atestiguó la disposición de la región para normalizar las relaciones con Assad y el interés en participar en el esfuerzo de reconstrucción. Los Emiratos Árabes Unidos están dispuestos a buscar esa reconciliación para reducir la dependencia de Siria de Irán.

La visita también se produjo en un momento delicado en el que el otro gran aliado extranjero de Assad, Rusia, está centrando la mayor parte (si no toda) su atención en la guerra en Ucrania, redirigiendo los recursos de Moscú desde el Levante hacia Europa del Este. Assad podría haber sentido la necesidad de confirmar su amistad con Teherán, mientras que la Guardia puede intentar aprovechar esta oportunidad para llenar el vacío dejado por una Rusia ocupada.

Además, la guerra en Ucrania le está costando muy caro a Rusia en términos de sanciones. Assad podría haber decidido consolidar su amistad con Teherán, temiendo que la capacidad de Moscú para invertir en la reconstrucción de Siria, que para empezar era escasa, se viera afectada negativamente. Assad también puede intentar enfrentar a Irán con sus rivales del Golfo para obtener recursos de ambos.

Importancia para Israel

La reunión solidificó el eje chiíta sirio-iraní. Los otros miembros de este eje son Hezbolá, múltiples milicias chiítas en Irak y los houthis/Ansar Allah en Yemen.

Para Israel, los estrechos vínculos entre Assad y Jamenei son una fuente continua de preocupación. Los dos países consideran a Israel como su principal enemigo en la región. Por razones obvias, Assad, que negoció con Israel, a través de intermediarios, hasta 2011, nunca disintió de los repetidos llamamientos de Irán para la desaparición del Estado judío del mapa.

Sin embargo, lo que más preocupa a Israel en el contexto de esta amistad sirio-iraní es la libertad de movimiento que Damasco ha concedido en los últimos años a Irán y Hezbolá, especialmente en las zonas del suroeste más cercanas a la frontera con Israel.

Al mismo tiempo, Irán ha estado utilizando el territorio sirio como ruta de tránsito para entregar armas y equipos militares avanzados a Hezbolá. La preocupación por la seguridad de Israel es aún más aguda por la reciente expansión de Irán, tanto cuantitativa como cualitativamente, de su flota de vehículos aéreos no tripulados.

Frente a esta amenaza a la seguridad, la continuación de lo que hasta ahora ha sido el enfoque de Israel en la guerra en Siria parece ser el curso de acción más deseable. Durante los últimos ocho años, Israel ha estado involucrado en una “campaña entre guerras”, en la que realizó ataques aéreos dirigidos contra posiciones iraníes y vinculadas a Irán en Siria para degradar la capacidad de Teherán y la de sus aliados para atrincherarse en el país.

La campaña de Israel no ha acabado con el proyecto iraní en Siria, sino que lo ha debilitado. Sin embargo, la reunión de Assad-jamenei sirve como un recordatorio de que la presencia e influencia de Irán en Siria solo se consolidará a medida que Teherán participe en el esfuerzo de reconstrucción de la posguerra, que involucra muchos campos diversos, como la electricidad, la infraestructura, los centros religiosos y las escuelas.

Por lo tanto, si bien la campaña de Israel ha resultado exitosa en los últimos ocho años, Israel también debe ser consciente de sus límites para contrarrestar la presencia iraní multidimensional en Siria.

 

Publicado originalmente en The Jerusalem Institute for Strategy and Security


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