Enlace Judío México e Israel – Saadia Ben Yosef, fue el primer pensador que expuso en lengua árabe una filosofía religiosa sistemática del judaísmo. Nació en Egipto alrededor del año 882 y murió en el 942. Posteriormente se trasladó a la distinguida Yeshiva de Sura construida en siglo III, la casa de estudio de la gran comunidad judía babilónica en la que los Gueonim conducían la vida religiosa y analizaban el trabajo de sus antecesores los tanaítas, amoraítas, saboraítas y finalmente los Gueonim, quienes actuaron principalmente en lugares bajo dominio islámico y el personaje principal que nos ocupa en este ensayo es considerado uno de ellos.

MÓNICA AMKIE DE BETTECH 

Saadia, quien en su magnífica sabiduría fue traductor de la Biblia y un gran filósofo, también se convirtió el principal opositor de los caraítas. Las ideas principales de este gran sabio se hallan expuestas principalmente en su máxima obra Libro de las Creencias y de las Doctrinas. Él toma tres fuentes distintas de pensamiento filosófico: la Biblia y la tradición judía, la filosofía musulmana del Kalam (1) y la filosofía griega.

Cabe destacar, que entre sus principales postulados ocupaba un sitio prominente entre las relaciones entre la Revelación y Razón, también buscaba reconocer la validez de la verdad revelada, por lo que elaboro un sistema de filosofía religiosa. Tres tesis tienen una importancia primordial en el sistema de Saadia: la afirmación de la existencia de D.s, la afirmación del libre albedrío y la afirmación de la inmortalidad del alma.

“D.s está por encima de toda consideración de finalidad externa”, de igual manera, él enumeró los atributos de la vida, poder y saber, destacando que en lenguaje humano no es posible comprender la finalidad de los atributos, y, por tanto, estamos obligados a emplear palabras. La doctrina filosófica religiosa tiene cuatro fuentes de conocimiento: 1) La percepción de los sentidos. 2) El conocimiento autoevidente por la razón. 3) El conocimiento por la necesidad lógica. 4) El conocimiento por la tradición.

La obra cumbre de Saadia y su principal legado filosófico, tal como se mencionó en el párrafo anterior fue el Libro de las Creencias y las Doctrinas.

Éste parte de las cuatro fuentes de conocimiento expuestas en las líneas anteriores, comienza con una gran introducción y se divide luego en diez tratados: 1) De la creación del universo. 2)La unidad de D.s. 3) De los deberes y las prohibiciones. 4) De la adoración y la rebeldía. 5) De los méritos y las culpas. 6) Del alma, la muerte y el más allá. 7) De la resurrección. 8) De la redención de Israel. 9) De la recompensa y el castigo. 10) De la recta conducta del hombre.

Dentro de la Introducción el Saadia analiza el problema de la verdad y la certeza, y dice que la primera certeza está en nuestras almas, pero que podemos ir más allá, pues la raíz de toda certeza está la fe en D.s y en la revelación.

Las fuentes del conocimiento son cuatro: a) La percepción sensorial. B) La intuición racional. c) La interferencia lógica. D) La revelación. La última es la que cierra las fuentes del conocimiento, que prueban la certeza mutua. Siendo Saadia racionalista, debe paradójicamente explicar la posibilidad de la existencia del error, el cual se debe al factor “tiempo”. Los conocimientos abstractos estáticos se presentan al hombre como un ser aprehensible por él en una sola intuición. Es pues esta posibilidad de fragmentación la verdadera causa filosófica del error.

También, Saadia plantea los debates entre ciencia y religión. Su posición es parcialmente similar a la de Filón de Alejandría: “no existe contradicción entre religión y conocimiento”. La fe no se debate contra la razón sino contra la pseudo-razón, es decir factores psicológicos irracionales, tales como el prejuicio, el resentimiento, entre otros, contra estos prejuicios y fallas psicológicas dirige la Torá su lucha. Sus doctrinas no pueden ser reducidas a un mero sistema matemático. El racionalismo es un ideal, más la Torá fue dada a un hombre real.

En ella vemos el deseo del Gaón de convertir al hebreo en una lengua viva, con la esperanza de que sea útil a todo el pueblo. Saadia Gaon aparece ante nuestros ojos. Sufrió persecuciones, luchas y polémicas, sin embargo, fue una luz y una guía para adquirir sabiduría y administrar justicia.

(1) El Kalam apareció en el siglo VIII tratando de conciliar la filosofía con el Corán, esta corriente era una mezcla del aristotelismo, neoplatonismo y doctrinas atomísticas que probablemente tienen un origen hindú.  Sus enseñanzas se convirtieron en poco andar en la única doctrina oficial árabe (Rosenberg, pág. 6).

Bibliografía:

• Libro de las creencias y de las doctrinas, traducción de León Dujovne. Buenos Aires, Sigal, 1959, pp. 45-88.
• Introducción de Saadia Gaón de Shalom Rosenberg. Buenos Aires, Ejecutivo Sudamericano del Congreso Judío Mundial, pp. 3-35.


 

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