Enlace Judío – Ben & Jerry’s seguirá vendiéndose en Israel y Judea y Samaria (Cisjordania), después de que la franquicia israelí llegara a un acuerdo con la empresa matriz del fabricante de helados, Unilever, tras un año de batallas legales por un boicot a los asentamientos, anunciaron las dos partes este miércoles, informó The Times of Israel.

Israel y sus partidarios aclamaron la decisión como una gran victoria contra el movimiento anti-israelí Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).

Unilever vendió sus intereses comerciales de Ben & Jerry’s en Israel a Avi Zinger, el fabricante y distribuidor israelí de la marca, y permitirá que el producto se venda bajo sus nombres hebreo y árabe en Israel y Judea y Samaria. Zinger anteriormente operaba bajo el paraguas de Unilever.

Después de la guerra de mayo del año pasado entre Israel y los grupos terroristas de Gaza, Ben & Jerry’s dijo que ya no permitiría que sus helados se vendieran en los asentamientos israelíes en Judea y Samaria, lo que desató una tormenta de críticas y una serie de importantes desinversiones en Unilever a medida que varios estados de Estados Unidos aplicaron sus leyes contra el movimiento BDS.

Luego, Zinger demandó a Ben & Jerry’s y Unilever en un tribunal federal de Estados Unidos en marzo, alegando que las empresas habían terminado ilegalmente su relación comercial con él.

Unilever y el Centro Brandeis, que representaba a Zinger, anunciaron el miércoles que habían llegado a un acuerdo para resolver el caso.

El conglomerado con sede en el Reino Unido dijo que ha “escuchado las perspectivas sobre este asunto complejo y delicado” y que ha consultado con el gobierno israelí.

La compañía dijo que rechaza el antisemitismo y emplea a unas 2 000 personas en Israel en cuatro plantas de fabricación. Además de Ben & Jerry’s, la compañía vende una gama de otros productos, incluido el helado Strauss, en Israel y Judea y Samaria.

“Esta es una victoria para quienes buscan la cooperación y la convivencia, y una derrota contundente para la discriminación. Es particularmente significativo para aquellos que se han mantenido unidos contra el BDS”, dijo Zinger en un comunicado.

El canciller Yair Lapid saludó la decisión y agradeció a Unilever.

“Los antisemitas no nos vencerán”, dijo Lapid. “La victoria de hoy es para todos aquellos que saben que la lucha contra BDS es, ante todo, para promover la asociación, la conversación y una lucha continua contra la discriminación y el odio”.

“Lucharemos contra el movimiento de deslegitimación y boicot en todos los lugares”, dijo Lapid.

El anuncio del boicot se produjo después de una fuerte campaña de presión por parte de activistas anti-israelíes y progresistas. La decisión provocó revuelo en Israel y entre algunos grupos judíos estadounidenses, muchos de los cuales la llamaron antisemita, ya que la empresa no tiene boicots contra ninguna otra parte del mundo.

La demanda de Zinger contra Unilever argumentaba que el boicot a los asentamientos viola las leyes estadounidenses e israelíes, y dado que no existe un mecanismo legal para continuar con el negocio mientras se violan esas leyes, la medida equivalía a un boicot ilegal de todo el Estado judío. Él y su empresa, American Quality Products (AQP), se negaron a cumplir.

La demanda presentada en Nueva Jersey solicitó que el tribunal federal considere ilegal el movimiento de Unilever y permita que AQP siga vendiendo los productos de Ben & Jerry’s en todo Israel y Judea y Samaria.

También buscó un juicio con jurado y daños y perjuicios. La compañía también violó varias leyes estadounidenses que bloquean los boicots contra Israel, además de numerosas leyes estatales, afirma la demanda.

La firma presentó la demanda en el Tribunal Federal de Distrito de Nueva Jersey, el estado donde tiene su sede la sucursal estadounidense de Unilever. También se presentó contra Conopco, Inc., otra sucursal estadounidense de Unilever, una multinacional con sede en el Reino Unido.

Los críticos del boicot a los asentamientos señalan que Ben & Jerry’s vende productos a países con antecedentes atroces en materia de derechos humanos, incluidos Rusia, Arabia Saudita, Siria, Irán y China. La empresa también vende en otros territorios en disputa, incluidos el Tíbet, Crimea, el Sáhara Occidental y Cachemira.

Los partidarios del movimiento de boicot a Israel dicen que al instar a empresas, artistas y universidades a romper los lazos con Israel, están utilizando medios no violentos para oponerse a las políticas injustas hacia los palestinos. Israel dice que el movimiento enmascara sus motivos para deslegitimar y destruir el Estado judío.

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