Enlace Judío- Hanna Arendt es una de las filósofas judías más importantes de la primera mitad del siglo XX. Intelecto
precoz, mente inquieta, lucidez envidiable y honestidad intelectual como pocas veces hemos visto, su obra está llena de ideas controversiales que tienen la singular ventaja de surgir de la óptica de una mujer.

Irving Gatell nos habla de sus exilios, de sus obsesiones, de sus ideas sobre el mal, sobre el autoritarismo, y sobre el Estado de Israel. El conjunto total de las propuestas filosóficas de Arendt sigue siendo un mundo de interrogantes que hay que abordar sin miedo, y el modo en que ella lo hizo sigue siendo un ejemplo a seguir para todos nosotros.

Muy particularmente, porque el mundo parece que se ha infestado de eso a lo que Hanna Arendt tanto miedo le tuvo: la banalidad. Los temas de los que hablamos, y el modo en el que lo hacemos, reflejan una falta de compromiso con el rigor, que con mucha frecuencia nos pone al filo de la insensatez.

Parece banal lo que estoy diciendo, pero Arendt podría decir muchas cosas —de hecho, las dijo y las dejó escritas—
sobre cómo esas cosas banales y aparentemente bobas, de pronto se pueden convertir en el régimen criminal que puede arrastrar a toda la humanidad a una guerra que deje millones de muertos.

Y por eso la importancia de releerla, de redescubrirla.