Enlace Judío – El jefe del Servicio de Seguridad Shin Bet, Ronen Bar, visitó hoy Egipto, en un intento de Israel por reparar los lazos entre Jerusalén y El Cairo, aparentemente tensos desde el alto al fuego negociado por Egipto para poner fin a la Operación Alot Hashajar en Gaza a principios de este mes, informó The Times of Israel.

La visita de Bar no fue confirmada por fuentes oficiales de Israel ni de Egipto, pero fue ampliamente reportada por los medios israelíes.

Altos funcionarios israelíes dijeron que durante el viaje, Bar se reunió con el jefe de espionaje egipcio Abbas Kamel, según los medios locales.

El Shin Bet se negó a comentar el asunto.

Según los informes, las relaciones entre Jerusalén y El Cairo se tensaron tras la breve operación de Israel contra la Yihad Islámica en Gaza, debido a un malentendido sobre las medidas que Israel tomaría para mantener la calma.

Egipto desempeñó un papel clave en la mediación del alto al fuego. El servicio de espionaje egipcio, dirigido por Kamel, ha servido durante años como principal conducto para las conversaciones entre Israel y los grupos terroristas en Gaza.

Según el diario Haaretz, en una llamada telefónica con el primer ministro Yair Lapid el presidente egipcio Abdel-Fattah el-Sisi entendió que Israel limitaría sus operaciones de seguridad en Judea y Samaria (Cisjordania) durante el delicado período que siguió al estallido en Gaza.

Sin embargo, menos de 48 horas después, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo una incursión en Nablus, matando al comandante de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, Ibrahim Nabulsi, y a otras dos personas, e hiriendo a docenas más en medio de enfrentamientos con fuerzas israelíes. Al parecer, la operación enfureció al gobierno egipcio.

Poco después del conflicto de tres días, el embajador de Egipto ante las Naciones Unidas, Osama Abdel Khalek arremetió contra Israel, durante un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Aunque Egipto y otros países árabes que mantienen vínculos con Israel siguen manteniendo tradicionalmente líneas críticas hacia el país en la ONU, la retórica empleada por Khalek fue mucho más allá de lo que suelen utilizar públicamente los funcionarios egipcios, sobre todo en los últimos años, cuando los lazos entre Israel y Egipto se han estrechado.

El reproche se produjo tras el agradecimiento del embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, a Egipto y a Sisi, “que fueron esenciales para restaurar la calma y la estabilidad en nuestra región”.

El primer ministro Yair Lapid transmitió un mensaje similar al líder egipcio en una llamada telefónica.

Las tensiones con Gaza se desencadenaron cuando las fuerzas de seguridad israelíes detuvieron a Bassem Saadi, líder de la Yihad Islámica en Judea y Samaria (Cisjordania), el 1 de agosto, en Jenín.

Días después, Israel llevó a cabo ataques aéreos contra objetivos de la Yihad Islámica en Gaza en respuesta a lo que, según el ejército, era una amenaza concreta de una célula terrorista de disparar misiles antitanque contra tropas o civiles israelíes en venganza por la detención de Saadi. Los ataques fueron seguidos por el lanzamiento de casi 1,000 cohetes hacia Israel, y 170 contraataques israelíes.

Según el Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, el número de víctimas mortales en la reciente ronda de combates en Gaza ascendió a 48. Israel sostiene que algunas de las muertes se debieron a cohetes fallidos de la Yihad Islámica.

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